“El mar será muy ancho y muy grande. Pero sobre todo profundo. El agua estará más caliente que la de los ríos. Y tiene que ser muy salada. El mar es donde se va a baños. Por él pasan los barcos. Al lado habrá alguna casilla, para secarse cuando salen de bañarse. A la orilla debe de haber arena».
Así explicaba Anita Ortiz en 1936 como imaginaba ella que sería el mar. Era una de las 17 alumnas del maestro Antoni Benaiges en la escuela de Bañuelos de Bureba (Burgos), donde fue destinado este docente originario de Mont-roig del Camp (Tarragona). La historia de Benaiges durante su etapa en este pueblo ha sido recuperada en la película ‘El maestro que prometió el mar’, basada en el libro homónimo del periodista Francesc Escribano, en la documentación del fotógrafo Sergi Bernal y en el libro de José Antonio Abella ‘Aquel mar que nunca vimos’.
Cuando Benaiges se dio cuenta de que sus estudiantes no habían ido nunca a la playa, les hizo una promesa: ir a ver el mar. Consiguió el permiso de las familias y, para preparar el terreno, hicieron un cuaderno que se llamaba ‘El mar. Visión de unos niños que no lo han visto nunca’. El aula, ubicada en una aldea de unos 200 habitantes sin electricidad ni agua corriente, tenía imprenta y hacía sus propias publicaciones gracias a la tenacidad del docente.
Los originales, guardados durante más de 80 años
Benaiges, comprometido con los valores de la República y partidario de la pedagogía Freinet, fue torturado y asesinado en julio de 1936 en manos de milicianos falangistas. Su obra educativa, sin embargo, ha sido rescatada de la memoria y agrupada en una colección publicada por el editorial Blume, después de estar muchas décadas guardada. Si bien la mayoría de los cuadernillos fueron quemados o destruidos los primeros días de la guerra, el maestro los había ido enviando a sus sobrinos de Mont-roig del Camp, Jaume, Mercè y Elisa, y la familia los ha preservado durante más de ocho décadas.
Se trata de los textos que publicaron los alumnos de Benaiges entre enero del 1935 y julio de 1936, tiempo durante el cual fue maestro de la Escuela Nacional Mixta de Bañuelos de Bureba. El más conocido es el relacionado con cómo debe de ser el mar, en que Lucía Carranza explica que no lo ha visto nunca y que el maestro dice que irán a bañarse; Antonio García dice que tiene que tener muchos metros de profundidad; Soledad Palacios cree que tiene que ser muy claro, y así, hasta doce relatos de los niños y las niñas que tenían que ir a ver el mar.
La vida en Bañuelos de Bureba
En los cuadernos, el alumnado habla de su vida cotidiana, de canciones, de adivinanzas y también explica cuentos. Severina García recoge la llegada del médico en Bañuelos, de quien dice que es joven y cariñoso: “No es cómo otros que venían a visitar y ponían un genio que hacía asco”. Fermina Sáez explica qué son los zuecos: “Los zuecos son unos zapatos de madera que se ponen sobre otros zapatos. Algunos tienen clavos a la suela. Los zuecos son muy buenos para el barro. En Briviesca los venden desde medio duro hasta siete y ocho pesetas”.
Tratan, por ejemplo, sobre quiénes son las personas más mayores del pueblo, sobre qué han soñado e, incluso, recuerdan el día que llegó un fotógrafo cuando algunos no sabían qué era una foto. La imagen también queda retratada en la película y, sin duda, guarda parecidos con lo que se escribe en ‘El retratista’, que empieza así:
“Un día vino un retratista a la escuela. El maestro preguntó:
-¿Quién es usted?
-Soy de Briviesca y vengo por si quería sacar una fotografía de los niños de la escuela.
-Sí, sí, ya tenía ganas de tener una fotografía de los niños”.
El fotógrafo colocó a los niños y a las niñas, captó la instantánea y se la enseñó. Así lo recordaron: “El maestro reía y decía que solo uno había salido con cara de bobo”.
Niños y niñas escribieron sobre el día en que vino un fotógrafo y que, sin saberlo, dejó esta instantánea para la memoria | Pol Rius
La fotografía, que acompaña los cuadernillos recientemente publicados, fue tomada a principios de 1936 por un retratista ambulante y permite conocer las caras de los protagonistas de la historia.
Homenajes
La edición catalana del libro ‘El maestro que prometió el mar’ (‘El mestre que va prometre el mar’ ha alcanzado la tercera edición en menos de un año. Escrito por Francesc Escribano, Queralt Solé, Francisco Ferrándiz y Sergi Bernal, rescata del olvido la historia de aquel maestro joven el cadáver del cual todavía no se ha encontrado y pone en contexto las bases pedagógicas que utilizaba en el aula, así como el entorno histórico en que los docentes republicanos fueron fusilados. La obra también aporta fotografías de la época, como por ejemplo de Benaiges con su familia o con los compañeros de magisterio o de la escuela de Bañuelos de Bureba con la imprenta.
Son muchos los homenajes que ha recibido este maestro, como símbolo de toda una generación de docentes que creía en el derecho a la educación para todas y para todos con criterios de equidad, en una época en la que cultivar el pensamiento libre y no seguir las doctrinas franquistas se pagaba con la muerte.
También El Diari de l’Educació vive de cerca el recuerdo de Benaiges. Hace 10 años nació con el objetivo de crear una publicación por y para la comunidad educativa y el primer acto que organizó llevaba como título ‘Escuela de la República, maestros de libertad’, en que participaron los autores del documental ‘El retratista’, Alberto Bougleux y Sergi Bernal, sobre la figura del maestro que prometió el mar.
El Diari de la Educació celebra este año su décimo cumpleaños con ‘El ciclo de la educación: Cine y debates para crecer juntos’, una serie de cinefórums que se inauguró el pasado mes de febrero con la proyección de ’El maestro que prometió el mar’, poniendo énfasis en los valores que todavía perduran y en la necesidad de que haya maestros que ilusionen.
1 comentario
que maravilla.