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Una de las señas de identidad de la LOMLOE es el enfoque ecosocial en el currículo, promoviendo el pensamiento crítico y holístico, de forma que el alumnado pueda ser sujeto activo de cambio hacia la sostenibilidad ecológica y la justicia social. Esta mirada interpela a realizar una revisión de todas las materias, incluso aquellas asignaturas que tradicionalmente se consideran con más aprendizajes vinculados con el conocimiento del planeta como la Biología y Geología.
En este sentido, es oportuno cuestionar algunos de los paradigmas científicos, tales como la infalibilidad de la ciencia o el tecnoentusiasmo, que transmiten la idea de que solucionaremos todo aquello que va mal con máquinas o con inteligencia artificial, sin sopesar sus impactos ecológicos y sociales, y sin reflexionar sobre si suponen verdaderos cambios encaminados a solucionar los problemas que los originan. Por otro lado, la investigación científica no está exenta de la influencia de aspectos de corte socioeconómico como la importancia del poder corporativo en lo que se investiga y lo que no o la invisibilización de muchas mujeres científicas a lo largo de la historia.
Otro elemento fundamental de la materia es la idea de ecodependencia y la certeza de que nuestra especie, junto con los otros millones con las que compartimos la Tierra, forma parte de la trama de la vida. No podemos modificar el planeta a nuestro antojo y poner en riesgo las condiciones que nos permiten estar vivos como el ciclo del agua, la fotosíntesis o la polinización. Y más aún, que hemos de entender a la naturaleza como algo a venerar, algo irrenunciable a conservar. No sólo desde una mirada utilitarista, sino desde el disfrute, la vivencialidad, el respeto y la admiración. La historia geológica y de la vida en el planeta han conformado un planeta maravilloso de características únicas, como mínimo, en nuestro sistema solar.
Es también relevante reconocer el papel de todos los seres vivos que nos acompañan en la aventura de la vida. La biodiversidad se debe de interpretar en toda su complejidad, mucho más allá de un listado de especies, y conocer las interacciones, las redes y las sinergias que facilitan la expansión de la vida. Considerar el papel de las bacterias, de los hongos o los invertebrados, frecuentemente relegados en favor de los grandes mamíferos o los árboles centenarios. Poder entender la biosfera como un todo, en el que todos los seres vivos aportan y dependen de los otros, es decir, trascender la idea de la competitividad como elemento mayoritario y valorar la cooperación como estrategia de supervivencia del conjunto.
Es importante ser consciente de la crisis civilizatoria en la que nos encontramos, caracterizada por el cambio climático, la sexta extinción de especies, la sobreexplotación de recursos o las tasas de desigualdad. Una crisis global que tiene como causa un modelo socioeconómico que da culto al crecimiento continuo, en un planeta finito y sujeto a límites. Un modelo de desarrollo que engulle recursos, deja suelos fértiles bajo el asfalto, tala bosques primigenios en favor de monocultivos y genera residuos de todo tipo que los ecosistemas no pueden asimilar.
Un aspecto importante es imitar a la naturaleza como modelo de referencia y así poder reorganizar un nuevo pacto con la vida de forma biomimética. Gaia lleva miles millones de años de recorrido que han supuesto un proyecto de éxito de vida, utilizando la energía procedente del Sol, cerrando los ciclos de materiales con tasas de reciclaje cercanas al 100% y generando diversidad de especies, poblaciones y ecosistemas. El reto es desarrollar las comunidades humanas en armonía con sus contextos ecológicos y que permitan cubrir las necesidades de toda la población, con criterios de justica social. No en vano son las personas y territorios que menos impacto ecológico generan, los que más suelen sufrir los efectos.
En De lo macro a lo micro. Todo se cambia y todo se conecta, el libro de curso completo de Biología y Geología para 4º de la ESO, hemos desarrollado el enfoque ecosocial a través de cuatro situaciones de aprendizaje que fomentan el pensamiento crítico del alumnado a partir de preguntas de activación como: ¿podremos vivir en Marte?, ¿qué nos hace seres vivos?, ¿debemos permitir la manipulación genética? y ¿por qué y cómo evolucionamos los seres vivos?
La estructura de todas las situaciones de aprendizaje parte de una primera fase o “zona de embarque”, en la que se activan los conocimientos previos del alumnado, se les motiva y se les lanza el reto al que han de dar respuesta competencial. El proceso educativo se concreta en diversas estaciones en las que se van abordando los aprendizajes necesarios para realizar un producto final o “estación de llegada”, en la que el alumnado resuelve el reto planteado, de una forma creativa, holística y crítica, que permite múltiples planteamientos. Durante toda la situación de aprendizaje se proponen metodologías activas, en las que el alumnado es el protagonista de su aprendizaje, que construye en interacción con el profesorado y el resto de la clase.
Este título incluye un libro para el alumnado que contiene lo necesario para abordar todas las competencias específicas, criterios de evaluación y saberes básicos, y el libro para el profesorado, suma al del alumno una serie de recomendaciones para desarrollar la práctica docente: sugerencias de tipo metodológico para dinamizar las actividades, la formulación de objetivos competenciales, la concreción curricular, el desarrollo de la evaluación competencial y aclaraciones sobre el enfoque ecosocial. Este libro de curso está disponible en castellano, catalán, euskera y gallego.
1 comentario
Hola Charo!!
Te saluda un antiguo alumno y socio de Ecologistas
Me encanta que sigáis con el trabajo Ecosocial
No necesitaréis un currito….