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El inicio de cada año suele invocar en las personas una necesidad de marcarnos nuevos propósitos, normalmente inspirados con una pátina de positivismo en concordancia con la energía con la que los enumeramos y la motivación con la que se intuye que se llevarán a cabo. Luego, casi sin querer, vemos las noticias en la televisión o las escuchamos en la radio, leemos la prensa y, lo que es peor, entramos en las redes sociales… o, sencillamente, miramos a nuestro alrededor, y el optimismo con el que nos habíamos propuesto empezar el año se deshace en un baño de realidad.
Esa capacidad de mirar a nuestro alrededor y alertarnos de futuros posibles, quizás con ánimo de anticipación, con seguridad con ánimo de reflexión, es la que tiene el sabadellense Ricard Fernández Villanueva, que firma su obra con el nombre artístico de Efa. Entre 2023 y 2024 ha publicado en francés para la editorial belga Éditions Dupuis una trilogía que acontece en un futuro que se nos antoja relativamente próximo (la historia se sitúa en mitad del siglo XXI), en el que en las primeras páginas nos advierte que la contaminación en el planeta ha llegado hasta tal extremo que el agua de los océanos tiene un pH ácido, lo que la ha convertido en altamente corrosiva y reactiva, eliminando una gran parte de las especies marinas. Además, unas gigantescas olas han devastado continentes enteros, lo que ha provocado la necesidad imperiosa de construir muros de contención para proteger el reducido territorio habitado de los efectos de lo que el autor denomina «Nocéano». Una contaminación en el ambiente que se visualiza en primer plano con las mascarillas que deben de llevar los ciudadanos.
El primer volumen de la trilogía es Nocéano 1. Atari y Tika (Nocéan 1. Atari & Tika, 2023), con guion, dibujo y color de Efa, publicado en castellano por el sello Astronave con traducción de Alba Pagán, y en catalán por la editorial Mai Més, con traducción del mismo autor. Efa nos presenta a las que serán las protagonistas de la historia, las dos jóvenes huérfanas Atari y Tika, que por azar se convierten en amigas, con una ambición compartida: la de luchar contra las desigualdades de la sociedad. La madre de Atari parece que formaba parte de un movimiento insurgente y es asesinada cruelmente por la policía, aun estando desarmada, en presencia de la hija que apenas tenía diez años cuando contempla escondida lo acontecido. Esa acción con la que empieza la trama nos sitúa en una civilización autoritaria separada por estratos sociales, con una fuerte represión por parte de los cuerpos de seguridad, y con barreras físicas entre los diferentes niveles de la ciudad, con accesos fácilmente protegidos, puesto que la población debe de llevar unos chips identificativos implantados para su detección automática. Un gran hermano evidente, en la línea del que ya nos había anticipado George Orwell en su visionaria 1984 (1949).
En pocas páginas ya tenemos a Atari como adolescente, una joven inconformista que no olvida el desenlace fatal de su madre y que consigue contactar con un grupo reaccionario clandestino. En este primer volumen se vislumbra cómo la educación se realiza a distancia de forma virtual, cómo la escasez de recursos condiciona la vida de los ciudadanos, en especial la falta de agua potable, o cómo se prohíben las manifestaciones críticas con la autoridad, que son repelidas con extrema violencia por parte de la policía. También vemos cómo el mercado negro y de segunda mano tiene una presencia importante, así como el reciclado de tecnología aparentemente obsoleta ante la falta de medios de producción o de acceso a los productos por parte de la mayoría de la población.
El encuentro con Tika y las vicisitudes en su nuevo grupo de amigos insurgentes provoca una reflexión sobre el uso de la fuerza como elemento de respuesta. Bombas contra la represión despiadada, terrorismo contra la autocracia de las grandes corporaciones. Una reflexión oportuna y una respuesta contundente por parte de las protagonistas: la de actuar sin violencia. Una reflexión moral en un relato de ciencia ficción sociológica que invita a la reflexión con numerosos paralelismos con la sociedad actual.
Las inquietudes sobre la desigualdad manifiesta se expresarán en su máxima magnitud en el segundo volumen de la trilogía: Nocéano 2. Hola, avatar (Nocéan 2. Allô avatar!, 2023), con guion y dibujo de Efa y color de Isàvena Comeras, publicado en castellano por el sello Astronave con traducción de Alba Pagán, y en catalán por la editorial Mai Més con traducción del mismo autor. Las protagonistas intentarán resolver el caso de un asesinato de un niño desconocido, un suceso que la policía no muestra ningún interés en resolver. ¿A quién le importa lo que le sucede a un menor no acompañado? Es la respuesta de la autoridad.
Pues parece que a alguien sí que le importa, incluso se descubre un precario hospital clandestino para curar a los menores heridos, algunos con muestras de maltrato evidente y cruel, aunque el desenlace sorprenderá al lector. Eso sí, siempre subyacen las consecuencias de la estratificación de la ciudad, donde los pobres solo pueden ir al nivel de los ricos con permisos de trabajo. En este volumen descubriremos el potencial de los futuros videojuegos, capaces de generar un verdadero mundo virtual, donde nuestro avatar actúa con consecuencias en el mundo real. Efa nos advierte de una involución en los principios morales de las clases pudientes, con el peligro de que vuelvan prácticamente a la época en la que los patricios disfrutaban con los combates a muerte de los gladiadores.
Si el primer volumen tenía una intencionalidad de análisis sociológico, en este se le añade una capa de estética ciberpunk que entronca con las novelas clásicas de los años sesenta y setenta o sus posteriores adaptaciones en los ochenta y noventa, que nos alertaban de forma premonitoria de cómo la inteligencia artificial y los avances tecnológicos se podían volver en contra de la humanidad, huyendo de las utopías propuestas por la generación anterior de autores. La sociedad evoluciona hacía un modelo más sombrío y sórdido, con un elevado nivel tecnológico, en un entorno dominado por las grandes corporaciones, que controlan los medios de comunicación, los políticos y el poder judicial… Y lo llaman género de ciencia ficción.
Los tres cómics contienen tramas independientes y autoconclusivas, pero los tres están conectados entre sí, lo que permite desarrollar el carácter de las dos protagonistas, lo que contribuye a que el lector comprenda las decisiones que toman en función de los datos que van descubriendo, en consonancia con la evolución de sus decisiones. El tercer volumen de la trilogía es Nocéano 3. Fisuras (Nocéan 3. Fissures, 2024), con guion y dibujo de Efa y color de Isàvena Comeras, publicado en castellano por el sello Astronave con traducción de Alba Pagán, y en catalán por la editorial Mai Més con traducción del mismo autor.
Este volumen contiene la trama más radical, puesto que empieza con la apertura de una grieta en los muros de contención del agua ácida, provocando una riada sobre la población que vive en las cotas inferiores de la ciudad, mientras que los muros intermedios entre niveles están protegidos por una policía que dispara contra todo el que quiere ponerse a salvo al otro lado del muro. La única solución es dirigirse a los lugares más altos, como rascacielos, y esperar a que baje el nivel del agua, si es que baja. Riadas mortales sobre una población trabajadora desamparada mientras las élites comen ajenos a las tragedias que acontecen muy cerca de ellos. Ciencia ficción sociológica escrita por el autor entre 2022 y 2023 y publicada en agosto de 2024.
A pesar de que el relato está, aparentemente, lastrado por el evidente maniqueísmo, la realidad es que es verosímil reconocer que de haber una codicia desproporcionada de una minoría privilegiada y de que algunas de las situaciones tienen una semblanza con algunas situaciones actuales. Aun así, la intención última del autor es optimista, puesto que son los jóvenes protagonistas los que tienen la opción de realizar acciones esenciales que están en sus manos, donde prevalece la decisión de potenciar una red de soporte y de curas como motor revolucionario, huyendo del activismo iracundo y violento.
El veterano autor tiene dos hijos gemelos en la adolescencia y parece que el guion está más pensado en lo que haría esa generación, adaptando las tendencias narrativas al siglo XXI, en un contexto de cambio climático y, sin ser condescendiente, con unos personajes que aprenden a lo largo de las páginas, que comprenden el entorno en el que se encuentran y que actúan en consonancia al carácter forjado a través de sus experiencias. La ayuda a los demás pasará por encima del ansia de venganza con el que empezaba la protagonista su periplo particular.
Y todo ello lo podemos disfrutar a través de un ritmo trepidante, con un color fundamental en la creación de ambientes, con un diseño de personajes sugerente, también para los secundarios. Una distopia con reminiscencias ecológicas salpicada de briznas de esperanza, sustentado sobre la importancia del compromiso hacia los otros y que para conseguir nuestros objetivos hay que recordar que el fin no justifica los medios. Palabra de Efa.