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Eliminar totalmente de los centros educativos el uso de teléfonos móviles y relojes inteligentes por parte del alumnado en todas las etapas educativas obligatorias a partir del curso 2025-26. También para usos pedagógicos, entendiendo que ya existen otros dispositivos en el aula que lo permiten. Esta es una de las principales medidas del Plan de Digitalización Responsable presentado este viernes por el Departamento de Educación y Formación Profesional. Actualmente, el móvil está prohibido en infantil y primaria, y restringido en secundaria y en la postobligatoria.
La nueva normativa incluye una restricción progresiva de las pizarras digitales interactivas en las aulas de infantil, manteniéndolas en el resto de etapas, así como la eliminación del uso de tabletas digitales en educación infantil.
Se continuará dotando de ordenadores portátiles a todo el alumnado de ESO y también a 6º de primaria con el objetivo de facilitar la preparación para la ESO, si bien, a partir del curso 2026-27, los dispositivos portátiles de 5º de primaria permanecerán en el centro. La dotación de portátiles a partir del próximo curso incluirá a todo el alumnado de FP Básica.
Para llegar a estas conclusiones, el Departamento ha tenido en cuenta el Informe de la comisión sobre el uso de dispositivos móviles y pantallas por parte de niños, niñas y jóvenes de 0 a 18 años en contextos socioeducativos en Cataluña, elaborado por la Comisión para una Digitalización Responsable en los Centros Educativos, constituida el pasado mes de noviembre. Las medidas también se apoyan en la Evaluación del uso de dispositivos digitales y de la regulación de los móviles en los centros educativos del Instituto Catalán de Evaluación de Políticas Públicas (Ivàlua).
La consellera de Educación, Esther Niubó, explicó durante la presentación del Plan que no se trata de ir “en contra de la digitalización”, ya que “sería ridículo negar que vivimos en un mundo digitalizado, tanto como lo sería negar los conocimientos que aporta esta digitalización a nuestro alumnado”, pero sostuvo que las medidas actuales han sido percibidas como “insuficientes” por la mayoría de la comunidad docente.
En este sentido, el estudio de Ivàlua indica que un 68 % de docentes y equipos directivos están de acuerdo con una prohibición total de los móviles en secundaria, un 89 % perciben un impacto positivo de la prohibición o regulación vigente en el curso 2024-25 en lo que respecta a convivencia, atención y rendimiento académico, y entre el 63 % y el 66 % del profesorado no ha utilizado el móvil en ninguna actividad de aula durante este curso.
Núria Comas, analista de Ivàlua y responsable de las evaluaciones de políticas públicas en Educación, destacó que el profesorado detecta efectos positivos y negativos derivados del uso de dispositivos digitales en el aula. En el primer caso, se valora positivamente la capacidad de motivar al alumnado, fomentar el trabajo colaborativo y favorecer la atención personalizada. En cambio, entre los principales riesgos se señalan las distracciones, los usos inapropiados y el hecho de que los dispositivos dificultan el trabajo de expresión escrita y comprensión lectora.
Las aportaciones del profesorado apuntan hacia una visión de la digitalización educativa que combine un impulso tecnológico planificado con un fuerte apoyo a los centros. Por ello, las recomendaciones de Ivàlua se centran en establecer una estrategia sobre el uso de dispositivos digitales en los centros educativos, reforzar el rol de las Estrategias Digitales de Centro (EDC), implementar un plan de capacitación docente, desarrollar un repositorio de prácticas para garantizar la competencia digital del alumnado y reforzar el soporte técnico.
Por su parte, Màrius Martínez, relator y coordinador de la Comisión, subrayó la diversidad de opiniones dentro de los equipos de trabajo, si bien todos coinciden en la necesidad de una digitalización activa, crítica y segura, así como en el papel clave de la administración, los centros, las familias y los propios niños y jóvenes.
Martínez remarcó la “sobrecarga digital” con la que llega el alumnado a clase y alertó sobre posibles adicciones y vulneraciones de derechos debido al mal uso de los datos personales. Lo más “complicado”, indicó, es el uso no supervisado de dispositivos y los contenidos inapropiados en pantalla. La comisión también apuesta por coordinaciones digitales en cada centro y la atención a las necesidades específicas, y considera que los centros educativos son una oportunidad para contribuir a una experiencia de digitalización con garantías. A nivel familiar, el diálogo, el control de pantallas y la supervisión de contenidos resultan claves.
Otras medidas
El Plan de Digitalización aboga por la formación del personal docente y del alumnado. A modo de ejemplo, este verano hay 2.700 solicitudes de profesorado para realizar tres cursos sobre inteligencia artificial relacionados con la educación. Además, el Plan incluye formación en IA para el alumnado de ESO, incluyendo sus limitaciones y riesgos.
Está prevista la creación de un repositorio de buenas prácticas para todas las etapas al alcance del profesorado y, para las familias, se elaborará la guía Educación y Digitalización: Guía para el acompañamiento familiar. Así, se recomienda a los centros que en las reuniones de inicio de curso informen a las familias sobre la importancia de acompañar a sus hijos e hijas en el uso de las tecnologías y, en concreto, en aspectos como el control parental, los contenidos nocivos y la sobreexposición a las pantallas. Esto irá acompañado de una campaña de concienciación en redes sociales y de la elaboración de cápsulas formativas.