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Los premios extraordinarios de PFI y ciclos formativos reconocieron a mediados de junio a una cincuentena de alumnos de las diversas familias profesionales por sus expedientes durante el curso 2023/24. Algaie Jarju, formado en la Escuela Profesional Salesiana, recibió el galardón correspondiente al Programa de Formación e Inserción (PFI) de la rama de Electricidad y Electrónica por su expediente académico, con un 9,90.
La consellera de Educación y FP, Ester Niubó, definió a los galardonados con los Premios Extraordinarios de PFI y ciclos formativos como “un ejemplo de rigor y determinación”. ¿Cómo viviste el hecho de que te dieran el premio?
Cuando me dijeron que me darían este galardón me sentí muy feliz, la verdad. He pasado por una experiencia vital muy difícil, pero nunca he parado. Y, al final, me han salido bien las cosas. Me siento muy feliz de poder decir que las dificultades no me han detenido, y siempre digo que todo lo que pueda hacer, lo haré.
¿Qué trayectoria vital has seguido hasta llegar aquí?
Llegué a España procedente de Gambia el 16 de octubre de 2022 en patera, a la isla de El Hierro. Desde allí, la Cruz Roja me llevó a Málaga y luego a Cataluña. Estuve siete meses en el centro de menores L’Estrep de Sant Salvador de Guardiola (el Bages), pero el 27 de julio del año pasado me echaron, siguiendo los protocolos de la DGAIA. Un amigo de Granollers me dijo que allí había un parque bastante tranquilo donde poder pasar las noches, y ese fue mi hogar durante un tiempo. Mientras tanto, mis amigos Malang Saidy, Lamin Sey y Dawda Saine me estuvieron llevando alimentos.
¿Y cómo lograste entrar en el PFI?
Desde el centro de menores buscan cursos para los chicos que acogen, y mientras estaba allí me tramitaron el PFI de Electricidad y Electrónica en los Salesianos de Sarrià. Mientras vivía en el parque de Granollers, me llamaron de los Salesianos diciendo que para septiembre tenía la plaza que se había tramitado en su momento, y así fue como empecé el curso, yendo y viniendo desde Granollers en autobús.
¿Dónde pasabas la noche?
Seguía durmiendo en el parque. Fue mi hogar desde que salí del centro de menores. Cuando se lo conté a mi profesor, Òscar, la escuela decidió asumir la responsabilidad de ayudarme con el apoyo de los servicios sociales de Sarrià-Sant Gervasi, y después de pasar por el hostal Martí-Codolar de los salesianos, el 1 de noviembre empecé a vivir en un piso de alquiler. Los Salesianos me trataron muy bien, Òscar y el director me ayudaron mucho, y sin ellos y sin Servicios Sociales, no habría podido ni estudiar ni nada.
¿Empezaste a estudiar mientras vivías al raso?
Sí, y guardaba las libretas y el material en la mochila. Por suerte, fueron solo dos semanas.
Viendo el premio, se puede deducir que aprovechaste al máximo el programa.
Sí. Y en la Fundación Trinijove hice cursos de castellano y de cómo utilizar el ordenador. En el PFI, las clases me fueron muy bien, sobre todo la parte práctica, y también las prácticas en la empresa. La parte teórica, con las matemáticas, costaba más. En Gambia, de hecho, no llegué a acabar la educación obligatoria, y ahora he terminado el primer año del Ciclo de Grado Medio de la rama sociosanitaria.
¿No has continuado por la rama formativa de la electrónica?
Me gusta mucho trabajar con la gente. De hecho, en Gambia ya hacía voluntariado con la Cruz Roja, y cuando llegué aquí no encontré ningún PFI de un ámbito más humano. Pero tener el PFI de electricidad me ha permitido acceder al ciclo, en el cual ahora hago prácticas en una residencia de la fundación Estimia. Y mi idea es que cuando lo acabe, trabaje por las tardes y por las mañanas estudie un Grado Superior de Integración Social. El problema es que no lo hacen en los Salesianos y tendré que cambiar de centro… ¡pero es que allí me tratan muy bien!
Tienes un objetivo muy claro, entonces.
Sí, quiero seguir formándome e implicándome en proyectos de ayuda a los demás. Colaboro con la asamblea de Cruz Roja de L’Hospitalet y ayudo a Servicios Sociales de Sarrià.
