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El aprendizaje-servicio es una fábrica de humanidad.
Josep Maria Puig
Amigo lector, sé que me vas a perdonar la libertad de tutearte y de redactar este artículo hablándote un poco sobre mi vida personal y docente. Me quiero presentar, literalmente, como el peor currículum de España. Empezamos bien, ¿no? Soy maestro diplomado de Educación Física, entrenador nacional de fútbol, con participación en una empresa de alquiler de trajes de Moros, Cristianos y Reyes Magos, y poco más. Vamos, todo lo contrario de lo que tiene que tener un tutor de primaria, que es lo que soy.
Me quiero sincerar contigo y confesarte que estudié maestro por las vacaciones, así podría compaginar horarios con la empresa familiar. Me avergüenza un poco decirlo, pero así fue. Por suerte, como dice el gran Ken Robinson, al final he acabado encontrando mi elemento como a quien le toca un boleto de lotería.
Sigo con mi vida… Terminé la diplomatura y a los 21 años estaba trabajando en el colegio San Roque de Alcoy como maestro de Psicomotricidad. En esa época, había un niño que tiraba mesas a los maestros y se sentaba en el alféizar de la ventana. Un alumno que llegó a apuñalar con un lápiz a mi directora preferida. Como yo tenía una buena relación con él, decidieron convertirme en su tutor en 4º de educación primaria. A pesar de decir adiós a mi pasión por la Educación Física, fue un tiempo que recuerdo con mucho cariño y en el que entré en el monótono día a día del trabajo en serie del típico tutor acomodado. ¿Qué recordarán estos niños del colegio?, me preguntaba. Yo, personalmente, recuerdo muy pocas cosas. Tuve una educación sin emociones y sin ellas cualquier enseñanza carece de sentido. No quería eso para mis hijos del cole. Por ello, después de autoformarme un poco, decidí quitar los libros de texto, trabajar por proyectos interdisciplinares para, más adelante y por accidente, empezar la aventura de los trabajos por aprendizaje-servicio, los cuales me han cambiado la vida como docente. Gracias a ellos me he dado cuenta que podemos mejorar la sociedad más cercana desde nuestra labor en el aula y que el alumnado puede ser un ejemplo social muy potente sin esperar a que se haga adulto. Esto último es el principal motivo del artículo que tienes entre las manos: una educación real al servicio del mundo presente.
Salta a la vista que vivimos en una sociedad enferma y la filosofía del aprendizaje-servicio (ApS) es cada vez más necesaria. Si aplicamos el sentido común, entenderemos que hacer proyectos de ApS y contextualizarlos cerca del colegio es el camino más directo para formar ciudadanos cívicos. Por desgracia, en todos los lugares existe algún problema social que requiere solución. Por ello, hay que diseñar una programación de aula donde lo aprendido en clase llegue a la sociedad como servicio para la dificultad detectada con el objetivo de superarla o suavizarla. De esta manera, el alumnado motivado se convertirá en el principal protagonista de su aprendizaje y se convencerá de que aquello que ha trabajado en clase tiene una utilidad efectiva.
De mi experiencia con este tipo de proyectos, entre otros muchos más, quiero destacar Adoptem un riu, en el que se limpió el tramo de un río; A cada porc li arriba el seu Sant Martí y Som peregrins, en los que se recaudaron 10.000 euros para Cáritas en cada uno de los proyectos; Un espai para Félix, con el que la ciudad de Alcoy homenajeó al gran Félix Rodríguez de la Fuente; o Félix ens enseña, donde protegimos unas carrascas y algarrobos centenarios en peligro de ser taladas para construir casas.
Mientras tanto, investigando para autoformarme en lo que para mí es ya una manera de aprender de la que me declaro adicto, descubrí la Red Nacional de Aprendizaje-Servicio. Hablamos de una asociación perfectamente coordinada, promotora y divulgadora de esta metodología. Una red organizadora de unos premios nacionales que catapultan la difusión y el efecto contagio de este tipo de trabajos no sólo en España, sino también en Latinoamérica. Por ello, creo que merecen mención aparte tres ApS presentados a estos premios nacionales, que han troquelado mi vida personal y, sin lugar a dudas, también la de todo el alumnado. Son los siguientes:
Caminem Junts
Premio Nacional de aprendizaje-servicio a la Solidaridad/Derechos Humanos 2018.
Proyecto a favor de los niños con cáncer, realizado por los alumnos de 5º de primaria con tres grandes objetivos. En el primero, el curricular, donde se aprendieron hábitos para prevenir enfermedades. El segundo, el de acompañar, donde se consiguió sensibilizar a alumnos y familias sobre la enfermedad, se caminó con niños oncológicos hospitalizados en el Hospital General Universitario de Alicante y se luchó por la inclusión de los niños “recuperados” en su vuelta al cole. Y, como tercer objetivo, en dos promociones distintas, se consiguió recaudar más de 60.000 euros mediante actividades culturales abiertas para destinarlos a la causa. Pincha la imagen para ver el vídeo.
Grilletes para el recuerdo
Premio Nacional de aprendizaje-servicio a la Solidaridad/Derechos Humanos 2019.
En este proyecto el alumnado prestó un primer servicio humano y académico a las quince personas privadas de libertad que formaban parte del programa Reincorpora de “La Caixa”, abriéndoles las puertas de la clase y fomentando la Literatura, realizando tertulias literarias en el aula, con cuentos con la temática del Alzheimer, y mesas redondas de experiencias de vida, tanto de los internos como de otras personas participantes (deportistas de élite, ancianos, sacerdotes…). También mejoraron los pisos de acogida de la Pastoral Penitenciaria de Alicante, con bibliotecas de libros “recolectados”, para fomentar la lectura de todas las personas y familias que los vayan ocupando en sus salidas temporales de prisión. Y, como segundo servicio, y ya junto con los miembros del proyecto Reincorpora, los alumnos realizaron una jornada solidaria para los ancianos de la Asociación de Familiares y Amigos de Enfermos de Alzheimer de Cocentaina, a quienes prepararon un almuerzo y relataron cuentos, poesías, juegos de mesa, e incluso recrearon una plaza de pueblo para realizar bailes de la época de los ancianos.
Este proyecto, por tener una temática arriesgada, requirió una reunión con las cien familias de la promoción. Fue el propio alumnado el que eligió el tema del ApS, pero algunas familias no estaban del todo convencidas. Por ello, se presentó el servicio de manera voluntaria y la parte curricular de aula como obligatoria. De 98 alumnos de la promoción 94 realizaron el proyecto con todas sus condiciones (los cuatro restantes votaron a favor, pero sus padres no quisieron). Si se hubiera “obligado” el servicio para y con los internos, posiblemente, Grillons per al record nunca se hubiera realizado.
SOS Mariola
Premio Nacional de aprendizaje-servicio a la Educación Ambiental 2022.
En esta ocasión, el alumnado de 5º de primaria identificó cuatro problemas en el parque natural de la Sierra de Mariola, el más importante de la provincia de Alicante, que hacían referencia a la naturaleza, al patrimonio, a las personas y a los animales. Para solucionarlos, los niños limpiaron 122 km del espacio verde, consiguieron sustituir una campana del santuario de Agres valorada en 5.900 euros y que llevaba años inservible, colaboraron en la no-extinción de dos especies domésticas autóctonas (la oveja valenciana y la gallina alicantina) y ayudaron a las familias más necesitadas de Banyeres de Mariola mediante la donación de 140 litros de aceite de oliva con aceitunas recolectadas en el bancal. Servicios que estuvieron vertebrados por la vida y obra del poeta Miguel Hernández, fomentando así la lectura y la poesía. Y, al tiempo que trabajaron el currículo en el aula, aprendieron a valorar las montañas españolas, descubrieron el mundo del toque manual de las campanas, recolectaron aceitunas para obtener aceite para el prójimo y conocieron las características de animales domésticos en peligro de extinción y qué hacer para evitarlo. De esta manera se consiguió vertebrar un proyecto de concienciación y compromiso social.
Para mí, hay tres pilares fundamentales para realizar este tipo de proyectos: la dirección del centro, las familias y el propio alumnado. La dirección es la piedra angular y se les convence siendo un buen trabajador. Sin ellos lo único que podemos hacer son parches; pero si están de tu lado lo debes aprovechar. Por norma general a todos los directores les encantan los maestros con iniciativas y suelen facilitar el trabajo. Ahora bien, si un director es reacio a esta manera de trabajar, se convierte en un yugo más pesado que el ancla de un transatlántico. En este caso, no te queda otra que guardar tus iniciativas en un cajón para rescatarlas en otro momento y buscar otras diferentes que te motiven como docente. Ten paciencia, siempre vienen tiempo mejores.
A las familias, debes conducirlas dentro de tu “redil” en la reunión inicial de curso. Prepárala a conciencia. Hay que exponer la idea principal y presentar metas sugestivas y reales que se van a conseguir. Solicítales su ayuda y participación para llegar al destino diseñado. Ante el asombro de las ideas y los productos finales, la gran mayoría lo verá bien. Si pones pasión, confiarán en ti.
Yo diferencio aquí dos tipos de grupos: uno, el que no se atreverá a decir nada porque tienen miedo a levantar la mano y luego hablarán por detrás; y otro, el que levantará la mano para discutir tus “locas” decisiones. A estos últimos debes intentar convencerlos hasta que empiece a rodar el proyecto, esa es la meta. Nada más empezar el ApS, los dos grupos estarán dentro del carro, totalmente convencidos que esa es una manera fantástica de trabajar. Y, ¿quién los habrá convencido? Pues sus propios hijos. Y si pasa el tiempo y continúan sin creer, deberán resignarse porque a sus hijos les ha tocado este docente con una manera concreta de trabajar, que cumple la ley a rajatabla y tiene el apoyo de dirección. Que levante la mano quien no le ha tocado un maestro que no le haya gustado en algún momento de su vida. Presenta los proyectos de tal manera que las familias se sientan protagonistas. Abre las puertas de tu clase. Y cuando se te meta una piedrecita en el zapato -lo normal es que te entren piedrecitas también de otros lugares-, camina con ella que no tardará en aparecerte un callo que te protegerá del dolor.
Al alumnado hay que romperle los esquemas e intentar emocionarlo siempre (en el proyecto del cáncer, por ejemplo, en las primeras sesiones, muchos niños lloraban profundamente y acabaron haciendo lo que jamás hubieran imaginado: visitar la planta oncológica de un hospital). Una vez en el barco, ellos se verán como los capitanes protagonistas y motores del cambio. Hay que mostrarles los objetivos educativo y solidario. No podéis imaginaros lo que un grupo de niños motivados y con una meta marcada puede llegar a conseguir. Desearán que llegue el lunes para venir al colegio y eso es un claro indicador de que el barco va viento en popa.
Respecto a cómo se realizan los proyectos, no os voy a decir nada que no sepáis. La fundamentación siempre debe ser la propia Ley de Educación. Hay que interpretar los objetivos y criterios de evaluación y diseñar los ejercicios, actividades y tareas para alcanzarlos. Analiza los contenidos obligados, transfórmalos en una idea atrevida, conéctalos con una necesidad que haya en el entorno cercano y empieza a trabajar sin rendirte. Con un poco de imaginación, podrás convertirlos en un proyecto de aprendizaje-servicio real, con resultados a la vista de todo el mundo y así actuar como ejemplo. No tengas miedo. Rodéate de gente maravillosa, especialistas en temas a los que tu solo no puedes llegar y organiza las actividades pensando en cómo te gustaría que te las dieran a ti, o a tus hijos, si es que los tienes. Dirige el trabajo con constancia, esfuerzo y pon cariño y pasión en cada cosa que hagas, que no es tan complicado.
Y no debemos olvidar que uno de los pilares básicos del aprendizaje-servicio es la difusión. Son tareas sociales impactantes y los medios de comunicación siempre se hacen eco, aprovéchalo. Si queremos causar buen ejemplo tenemos que publicar en webs, blogs y redes sociales aquellos productos que vamos consiguiendo para provocar el deseado efecto contagio. Si no lo das a conocer, ¿qué sentido tiene este trabajo? Te dirán que lo publicas por ego personal. Ni caso, sabes que eso no es cierto. Contando las cosas todos ganamos y, además, podemos ser inspiradores para otros colegios y, por ende, para toda la sociedad. Llegarán unos feedbacks que te ayudarán a seguir adelante con tu misión y otros que lo harán para mejorar el proyecto en cuestión. Marcos Pla, un gran amigo mío siempre me dice: “Gracias por vuestro trabajo, pero, sobre todo, gracias por contarlo”.
Ahora bien, ¿hay dificultades? Claro que sí. Mi intención no es quitarte la ilusión, más bien todo lo contrario. Utilizaré un símil para que entiendas mi experiencia, por si te sirve. Imagina un mar con una isla preciosa a cierta distancia a la que tienes que llegar nadando. Cada ola que te golpea en la cara es una dificultad que te vas a encontrar en tu travesía. Este mar algunos días está revuelto, te cuesta avanzar e, incluso, puede hacerte retroceder; pero aprovecha cuando esté templado y avanza rápidamente.
A las constantes olas saladas hay que sumarle las medusas que te salen de donde menos te lo esperas para picarte; pero esas picaduras no matan sino que deben darte fuerzas para seguir. Ojo con los cantos de las bonitas sirenas que pueden hacerte perder el rumbo. Sobre todo, presta mucha atención a los tiburones, ya que estos pueden hacerte daño. Os puedo asegurar que el esfuerzo para llegar a la isla vale la pena. Trabaja tu personalidad y sigue adelante; olvídate de los horarios; sacrificarás tiempos de familia (que sean los menos posibles); gastarás tu teléfono personal; recibirás críticas; te arriesgarás con temas atrevidos y, por ello, te subirá la tensión. Tendrás escasas felicitaciones en tus éxitos; se harán importantes tus fracasos. Pero no van a poder contigo.
A la vista está que a nivel personal todo el alumnado coincide en que los ApS les han hecho mejorar como personas. Sobre Caminem Junts, hay un ejemplo en un portfolio de Aitana que lo resume todo. Dice que “no quería bajar al hospital a estar con los niños con cáncer y mi madre tampoco, pero decidí seguir adelante. En el autobús me sudaban las manos y me temblaban las piernas a causa de los nervios. No sólo entré en el aula de la quinta planta, sino que visité también la sala de quimioterapia para darle caramelos y animar a una niña que se le estaba suministrando el medicamento. Me gustaría ser oncóloga”.
Y a nivel académico, ¿se mejora? Otro testimonio, en este caso de Pepe, un potencial repetidor. Dice en su evaluación que “cada vez que me suena el despertador por las mañanas y me cuesta levantarme, cada vez que tengo pereza por hacer los deberes, cada vez que algo me cuesta y no me apetece hacerlo, pienso en los niños del hospital que quieren llevar una vida normal y saco fuerzas para seguir adelante. Soy muy afortunado de tener lo que tengo”. Aprobó primaria con una media de notable. ¿Será a causa de esta metodología? Yo estoy seguro de que sí.
En resumen, por todo lo expuesto y vivido, me atrevo a asegurar que el aprendizaje-servicio va directamente dirigido a la mejora de la sociedad en una toma de conciencia que favorece una elevada participación activa. Permite conectar los aprendizajes curriculares con un servicio real, que siempre circula en dos direcciones y que potencia la autoestima. Hablamos de una autopista que recorre el camino desde el centro escolar a la sociedad más cercana. El aprendizaje-servicio consigue transformación social, inclusión, empoderamiento, cuidado, igualdad, concienciación, trabajo en red, colaboración, compasión (empatía en acción), afectividad, solidaridad, compromiso, competencias, ética del cuidado… Una metodología que deja en evidencia cualquier ley educativa. Os invito a poner en práctica el Triángulo de las Bermudas de Nélida Zaitegi: ideas que salen del corazón, se piensan con la cabeza y se ejecutan con las manos. ¿A qué esperas para vivir esta apasionante aventura?
Hay gente que vive para trabajar, gente que trabaja para vivir; pero el objetivo es vivir apasionadamente el trabajo.
Vaquero de la Warner