Cada vez hay más escuelas donde las disciplinas artísticas desempeñan un papel protagonista en su proyecto educativo. Escuelas que han comprobado cómo, a través de las artes, el logro de aprendizajes curriculares y el trabajo en valores de convivencia tienen incluso mejores resultados que en proyectos educativos más tradicionales y conservadores. La escuela de Àngela Roca de Viladecans nos ha abierto las puertas para dar ejemplo.
Han pasado nueve años desde que el Ayuntamiento de Viladecans y el departamento de educación encargaron al equipo directivo de Àngels Roca un proyecto pionero donde las artes fueran el centro. Como explica Sílvia Sillero, jefa de estudios, «somos un equipo potente y enérgico, y enseguida nos animamos, ¡era todo un reto!». Primero visitaron escuelas cercanas para inspirarse, como la Joaquim Ruyra de l’Hospitalet de Llobregat o la Pepa Colomer del Prat de Llobregat. Y comenzaron a formarse y especializarse en artes, así como en otras innovaciones pedagógicas como las comunidades de aprendizaje. El cambio empezaba a gestarse.
El socio en este nuevo proyecto educativo lo encontraron en el Ateneu de les Arts, una entidad cultural de Viladecans que es todo un referente artístico en la ciudad. Juntos crearon el proyecto Arts Makers, donde todos los alumnos desde i3 hasta 6º tienen acceso y formación en diferentes disciplinas artísticas, especialmente en la música. Esto se pudo implementar en el centro poco a poco gracias a la ampliación de horario con una sexta hora, más profesores especialistas y la adaptación de nuevos espacios en el centro como dos salas insonorizadas y aulas específicas para trabajar cada disciplina.
Itinerarios artísticos e instrumento
El proyecto Arts Makers ofrece a los estudiantes la oportunidad de conocer diferentes disciplinas artísticas. Estas entran al aula en forma de itinerarios, en total se ofrecen cuatro: teatro, danza, percusión corporal y artes plásticas. A partir de primero, cada alumno elige un itinerario, que puede cambiar cada año si así lo desea. Así, durante la semana tienen una hora de itinerario artístico además de la música y la educación visual y plástica.
De hecho, en infantil ya se trabajan las artes. En i3 hay una familiarización y en i4 e i5 los niños comienzan a explorar cada uno de los itinerarios para decidir en primero cuál querrán hacer.
Esta hora de itinerario artístico es interciclo, se realiza con dos profesores en el aula, uno es maestro de la escuela y el otro es un profesor experto en la disciplina que viene del Ateneu de les Arts.
Además, a partir de 3º de primaria se suma una hora más en la educación musical, ya que también trabajan la música a través de un instrumento. Pueden elegir entre guitarra o saxofón cada año. Y en 6º también tienen la posibilidad de hacer una hora de combo instrumental, un grupo formado por guitarras eléctricas, bajo eléctrico, batería, teclado, cajón y voz. Una bonita manera de concluir todos los conceptos musicales aprendidos desde 3º de primaria.
Los itinerarios artísticos siempre se hacen en grupo y permiten trabajar valores como la escucha, la atención, el respeto o la concentración
Arts Makers no es solo el proyecto de la escuela, ha llegado a formar parte de todas las áreas curriculares de los diferentes ciclos. Así, cualquier nuevo aprendizaje es una excusa perfecta para seguir trabajando o hacer mención a los diferentes itinerarios artísticos. Y también es una buena manera de dar a conocer lo que se trabaja en cada uno de ellos al resto de compañeros.
Salidas culturales y una muestra al final del curso
Toda esta dedicación y producción artística se respira en todas las paredes del centro y también se lleva fuera de la escuela. Cada curso realizan salidas culturales, van a ver espectáculos en el Àtrium de Viladecans, visitan exposiciones en museos, participan en el encuentro Dansa Ara de Barcelona o en la Cantània en el Auditorio, entre otros. Además, para dar visibilidad a todo lo que se hace en la escuela, han empezado a celebrar los días internacionales de la danza, la música o el arte, haciendo pequeñas muestras en las calles de la ciudad. «Ellos también quieren tener un público. Poner en escena lo que han aprendido y saben hacer siempre es positivo y beneficioso, y así ven la reacción de este», comenta la directora de Àngels Roca.
Como cierre de todo lo que se ha hecho durante el curso, la escuela ofrece el Open Arts, una jornada que muestra todo el trabajo realizado durante el curso a las familias de la escuela. En el mes de junio, a lo largo de cuatro días, se montan espectáculos y exposiciones por ciclo donde los grupos de cada disciplina artística tienen una participación relevante.
«Se adaptan obras de teatro o incluso se escriben desde cero, hay parte de música y danza, y los de artes plásticas hacen los decorados. También se hacen exposiciones de arte en la sala del Ateneu Picasso con visitas guiadas de los propios alumnos», explica Sílvia Sillero.
Además, en el patio de la escuela se preparan los Córners, cuatro espacios donde se muestra el trabajo de cada uno de los itinerarios artísticos a las familias. Aquí se proponen actividades participativas para que también puedan experimentar con el arte, el teatro, la percusión corporal y la danza acompañados de sus hijos e hijas.
Seguimiento, valoración y nuevos retos
El centro realiza una revisión constante de Arts Makers. Por eso, organiza reuniones semanales con los profesionales de cada uno de los itinerarios y una vez al mes recibe el acompañamiento y seguimiento de la administración con una reunión con un responsable del Ateneu de les Arts, una técnica del ayuntamiento y, si es necesario, el responsable de inspección de educación de la zona.
Los profesionales del Ateneu de les Arts tienen una valoración muy positiva del proyecto. Para ellos, es todo un reto despertar la motivación en niños que no tienen el mismo interés que un niño o niña que hace una actividad artística extracurricular.
Y antes de cerrar el curso, la escuela realiza un cuestionario de valoración del proyecto a maestros, alumnos y familias. Estos siempre tienen un retorno positivo y consideraciones que les ayudan a mejorar año tras año. En la imagen se muestra un ensayo de danza de ciclo medio | Escola Àngels Roca de Viladecans.
Incluso tienen nuevos retos, como la expansión de Arts Makers al instituto. Realizan una actividad conjunta y a mitad de curso algunos de los itinerarios de ciclo superior se desarrollan en el centro de secundaria. En el fondo, también les sirve como un proceso puente, ya que así los alumnos pierden el miedo a la nueva etapa y tienen un primer contacto. «Nos gustaría que nuestro proyecto pueda tener continuidad en el instituto, para que el interés por las artes no termine con la primaria», dice Rodríguez.
Es importante que entendamos que muchos de nuestros alumnos tienen la oportunidad de conocer las artes gracias a la escuela.
Las familias agradecen mucho que sus hijos puedan acercarse a las artes y han acabado viendo todos los beneficios. Ahora, desde la dirección, están intentando obtener becas para aquellos alumnos que muestran un especial interés y buenos resultados en las disciplinas artísticas, para que puedan continuar aprendiendo fuera del centro con actividades extracurriculares específicas.
Comunidades de aprendizaje y otros proyectos
Además de Arts Makers, el equipo directivo y docente de la escuela Àngela Roca también tiene otras iniciativas y proyectos que la convierten en un buen ejemplo de buenas prácticas.
Al conocer las comunidades de aprendizaje, vieron la posibilidad de abrir la escuela a las familias. Así, crearon grupos interactivos en las áreas instrumentales de lengua y matemáticas. En estas materias, las clases se organizan en cinco grupos y en cada uno se trabaja una parte del área. Esta dinámica es posible gracias a que, además de dos docentes en el aula, hay la ayuda de voluntarios que guían las actividades de los grupos de consolidación. «Es una experiencia que nos funciona muy bien. Tenemos voluntarios de todo tipo: padres, hermanos, abuelos, profesores jubilados, etc., y todos ellos nos ayudan mucho», explica Sillero, orgullosa.
En este centro educativo son muy conscientes de que sin comprensión lectora no hay aprendizaje posible. Por eso, aplican el proyecto de impulso de la lectura (ILEC) donde todos los grupos clase dedican 30 minutos al día a la lectura de diferentes géneros literarios. Además, realizan tertulias literarias de clásicos universales e incluso tertulias ideológicas y musicales. Todo ello permite generar debates, diálogo y potenciar el espíritu crítico de los niños.
Incluso se han lanzado al mundo de la programación de robótica desde i3 hasta 6º. Los alumnos de 5º, además, tienen clase de robótica en un aula de tecnología del instituto con chicos y chicas de primero de ESO que les hacen de tutores, un aprendizaje de edad cruzada.
Como proyectos futuros, quieren lanzar una propuesta digital que les permitirá tener micrófonos de radio, cámaras de vídeo y chromas. Y recientemente, un grupo motor del centro se está formando para convertirse en una escuela FAIG. Sus proyectos de aula se podrán materializar con una producción final hecha por sus alumnos utilizando máquinas como una bordadora, una cortadora láser, un plotter de vinilo o una impresora 3D.
Está claro que al grupo de maestros de la escuela Àngela Roca no se les acaba la energía y que la vocación por su trabajo les permite atender adecuadamente la diversidad de alumnos de la escuela.
Esta información ha sido publicada en el blog Art&Educació