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El 17 de mayo se celebra el día de Internet. Esta conmemoración viene impulsada por la Asociación de usuarios de Internet y la Internet Society. Su objetivo es mostrar las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías para mejorar el nivel de vida de los pueblos y los ciudadanos. Es una buena oportunidad para reflexionar sobre cómo internet nos cambia socialmente.
Muchas aplicaciones de internet se podían haber quedado solo en el ámbito científico, académico o militar. Pero aprovechamos las páginas web, recursos 2.0 y las redes sociales de forma cotidiana. Cada vez se abren nuevas posibilidades de uso y apenas se intuyen las muchas aportaciones que supondrá la Inteligencia Artificial, Realidad Virtual, el Big Data, la Robótica o la Internet de las Cosas. Elegimos tres aspectos que ya han sido noticia para que nos ayuden a valorar en qué punto del camino donde nos encontramos.
1. Derecho a la conexión. Se trata de un caso de innovación social que pretende que las personas sin hogar no pierdan la red de confianza que tienen o puedan crear una nueva. A través de un servicio de telefonía móvil se pretende que se puedan comunicar con sus familias, trabajos y mejorar su calidad de vida. Se trata de Mobile 4 All. En estos momentos ya se hace difícil imaginar un futuro en sociedad sin el derecho a estar conectado a los otros, a las cosas que nos rodean y en las redes de las que queremos formar parte.
2. Derecho a la desconexión. Después de meses de protestas entra en vigor en Francia la ley que da derecho a los asalariados y obliga a las grandes empresas a regular el uso de las tecnologías de la información y de la comunicación para garantizar el respeto a el horario de descanso y de las vacaciones. El fácil acceso a los servicios web ha difuminado las barreras temporales personales / profesionales de manera similar a como ha contribuido a dificultar la diferenciación entre el yo real y el yo virtual.
3. Derecho a la educación digital. Entre la conexión y la desconexión necesitamos aprender a regular nuestros usos tecnológicos. No todos los usos son buenos o malos para sí mismos, dependen en parte del contexto social, el tiempo, el espacio y los objetivos que nos proponemos en cada caso. En edades tan tempranas, ¿queremos niños hiperconectados o los acompañamos para ir aprendiendo a regularse? No todos los gadgets infantiles son recomendables. El acompañamiento activo y responsable por parte de los adultos será necesario para encarar temas tan complejos como son los contenidos inapropiados, el acoso, la usurpación de la identidad, la ballena azul o la ciberseguridad.