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¿Qué tareas realizas como líder de la escuela?, ¿cuáles son tus prioridades como líder?, ¿cuáles son los principales retos a los que te enfrentas?, ¿cómo influyes sobre lo que pasa en el aula?, ¿qué haces para que tus profesores sean mejores?, ¿cuál es tu rol en la formación de tu profesorado?, ¿qué haces para que las buenas prácticas de un docente se transfieran al resto de docentes?, ¿cómo colaboras con otras escuelas del entorno?
Preguntas como estas son las que han estado formulando estos últimos días un equipo de expertos del Centro de liderazgo para el aprendizaje del Institute of Education (IOE) de la University College London (UCL), una entidad de referencia en todo el mundo. En una semana cinco expertos han visitado nueve centros de Madrid y Barcelona, públicos y concertados, de primaria y secundaria, y han hablado con sus equipos directivos, profesores y alumnos. También han organizado grupos de discusión, talleres y paneles fuera de los centros en los que han participado directores, docentes, académicos, inspectores y cargos de la Administración.
Además, el equipo del IOE ha contrastado los resultados de su visita con un grupo de especialistas españoles, con quienes codiseña el programa Liderazgo para el Aprendizaje, promovido por Educaixa y que se pondrá en marcha el próximo curso en 50 centros de toda España. La convocatoria se abre esta misma semana, coincidiendo con la conferencia que Louise Stoll, catedrática de Educación del IOE, imparte hoy en el Caixaforum de Madrid en el marco del ciclo de conferencias (R)evolución educativa.
“Sabemos que lo que más influye en el aprendizaje de los alumnos es su entorno socioeconómico y cultural –comenta la investigadora y profesora de la UB, Anna Jolonch–, pero en cuanto a lo que pasa exclusivamente dentro de los centros en primer lugar influye la calidad de la enseñanza del profesorado y, en segundo lugar, el liderazgo, que tiene una repercusión indirecta enorme sobre los aprendizajes, entendidos de manera amplia y no únicamente como rendimiento académico de los alumnos. Y esto lo tenemos muy abandonado”. Jolonch es la persona que Educaixa ha puesto al frente del programa para coordinar la tarea del IOE con el consejo académico que se ha creado con expertos españoles para colaborar con el desarrollo del programa, y del que forman parte Màrius Martínez (UAB), Enric Roca (UAB), Serafín Antúnez (UB), Joan Mateo (UB), María José Fernández (UCM), Antoni Tort (UVic), Antonio Bolívar (UGR), Aurelio Villa (Universidad de Deusto) y Anna Pons (OCDE Educación). También participan en las tareas de coordinación Miquel Martínez (UB) y Meritxell Ruiz, exconsellera de Ensenyament.
Los expertos ya han regresado a Londres para acabar de definir el programa, que “tiene que ser compatible con cualquier tipo de escuela”, apunta Jolonch. Los investigadores británicos han podido constatar “que hay una gran diversidad de centros, y que esta diferencia no depende solamente de si son públicos o concertados, o del porcentaje de alumnado inmigrante, puesto que hay escuelas públicas con mucha inmigración que están haciendo unos cambios brutales. Por eso son tan importantes los equipos humanos y sus liderazgos”, añade.
Resistencias al cambio
Hace unos días, El Diario de la Educación acompañó a uno de estos equipos en la visita a uno de los centros. Los principales factores de resistencias al cambio no eran muy diferentes a los que los expertos del IOE ya han escuchado en intervenciones que han llevado a cabo en otros países. Por ejemplo, la actitud de profesores dinousaurios, habitualmente desalineados del proyecto educativo de centro y reacios a toda propuesta de cambio metodológico. O la falta de tiempo para hacer todo el que se debería hacer, a causa de la burocracia y la carga de trabajo. O la escasa tradición en codocencia y en observación en el aula. “En Inglaterra los directores pasan bastante tiempo observando a los profesores para después dar un feedback positivo”, explicaba uno de estos expertos a un director que reconocía que solo tiene tiempo de hacer esta tarea (y porque está obligado a ella) con los profesores noveles.
Estas son el tipo de cosas con las que se tendrá que trabajar, dice Jolonch, si bien subraya que “siempre desde una vertiente positiva”. “Cuando se detecta un caso de mala praxis lo que no se tiene que hacer con ese docente es señalarlo ni abandonarlo, sino que hay que preguntarse por qué no se siente involucrado y mirar cómo se le motiva y apoya a través de un plan individual de desarrollo profesional”, argumenta. Y si este trabajo se hace a partir de evidencias y método “se pierde esa vertiente subjetiva que puede dar pie a malentendidos”.
Lo que se intenta promover, continúa Jolonch, “no son liderazgos verticales, sino el empoderamiento de los equipos; buscamos catalizadores del cambio para que surjan otros liderazgos”. Esto pasa, entre otras cosas, por más cooperación en el seno del claustro. “Ese trabajo cooperativo que pedimos a los chicos lo tenemos que pasar a hacer los docentes”, opina.
Formación y acompañamiento
Según explica Patricia Alocén, directora de Acción Educativa de la Fundación Bancaria La Caixa, «Educaixa está dando un giro a su proyecto para ayudar al sistema educativo. Antes poníamos más el foco en dar recursos a los alumnos, a través de sus maestros, y ahora ponemos el foco en el sistema y en los docentes como motores del cambio. Queremos apoyarles en su rol de motor de la transformación educativa». Por eso, defiende, el liderazgo y la capacitación docente “se tienen que promover a partir de la evaluación y las evidencias, este es el gran reto, y tiene sentido que como obra social estemos aquí, aunque nunca solos, sino haciendo equipo con otras instituciones”.
Los centros que quieran optar a participar en el programa tendrán que presentar un proyecto de liderazgo para el cambio en sus escuelas e institutos. Los 50 seleccionados lo sabrán antes de que acabe el curso, y entonces recibirán una formación de unos días antes de las vacaciones de verano, y a lo largo de todo el curso 2019-2020 el programa pondrá a su disposición lo que se conoce como un facilitador (en estos momentos hay 16 personas que se están formando en Londres para serlo). La finalidad es que ayuden a los equipos directivos a aplicar su proyecto de cambio a sus centros. Y, a partir del resultado de este primer año, la idea es seguir extendiendo el programa a más centros durante los siguientes cursos.