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Si te paseas por el aprendizaje-servicio, encuentras lo mismo que si te paseas por un encinar: ¿Es un bosque más bien fresco y oscuro? Entonces encontrarás boj, madroños, enebros… ¿Es un bosque seco y cálido? Entonces, posiblemente encontrarás lianas, zarzamoras, y toda suerte de arbustos espinosos.
Además, frecuentemente los encinares no son totalmente puros e incluyen pinos y robles, lo cual a veces puede llegar a despistar… ¡Nada parecido a un jardín artificioso de una única y repetitiva especie!
Nuestro ecosistema de aprendizaje-servicio es biodiversidad en estado puro: todo bulle, todo se mezcla, todo se alimenta: hay proyectos grandes, inmensos, como encinas milenarias, de ésas que han invertido mucho tiempo en ganar envergadura; y hay proyectos pequeños y ligeros que se reproducen fácilmente y lo colonizan todo, aportando verdor y frescura a ras de suelo. Es importante reconocer también las especies pequeñas, no fijarnos sólo en las majestuosas y monumentales que tanto admiramos.
Los Premios Aprendizaje-Servicio son una buena muestra de esta diversidad. Este año hemos alcanzado la 6a edición. Se han presentado 330 proyectos -el año en que más-, de todas las Comunidades Autónomas, impulsados por 541 centros educativos y entidades sociales, en los que han participado 36.629 niños, niñas y jóvenes, dedicando un total de 732.580 horas de servicio a la comunidad.
Por niveles educativos, ha habido un 44% de Secundaria y Bachillerato, un 35% de Infantil y Primaria y un 21% de Formación Profesional. Una proporción que se ha mantenido bastante estable a lo largo de estos años.
Los Premios Aprendizaje-Servicio están impulsados por la Red Española de Aprendizaje-Servicio y la editorial Edebé, con la colaboración del Ministerio de Educación y Formación Profesional y constituyen una alianza entres tres sectores: el sector social, el sector público y el sector privado, en los cuales están representadas empresas, administraciones públicas, asociaciones y fundaciones de carácter educativo, social, cultural, sanitario y ambiental: DKV Seguros, Obra Social la Caixa, Plena Inclusión, CENEAM-Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, OEI-Organización de Estados Iberoamericanos, Educo, Fundación Princesa de Girona, Esemtia, Fundación Ana Bella, Mullor S.A, Torresco, Esade-Universitat Ramon Llull.
Además, el encuentro estatal que enmarca la entrega de premios lo acoge cada año una ciudad diferente. Este año el anfitrión es el Ayuntamiento de Cáceres que ya está preparando, junto con el Grupo ApS de Extremadura el XIII Encuentro Estatal de Aprendizaje-Servicio on line para el 11 de diciembre.
Los premios son para:
- Reconocer la labor de los centros educativos y entidades sociales que integran el aprendizaje de las y los estudiantes con acciones solidarias destinadas a mejorar la calidad de vida de la comunidad.
- Poner en valor las prácticas de aprendizaje-servicio como herramienta de éxito educativo y compromiso social.
- Fortalecer y difundir una cultura participativa, solidaria y de compromiso cívico, estimulando la divulgación y la implementación del aprendizaje-servicio.
El hecho de ser una iniciativa compartida e impulsada por ámbitos y sectores diferentes, unidos por un objetivo común, aporta a esta iniciativa fortaleza, sostenibilidad y capacidad de impacto.
Los premios están apadrinados por una entidad, empresa o institución, de manera que hemos podido repartir 20 premios de salud, medio ambiente, solidaridad y derechos humanos, personas mayores, inclusión, fomento de la lectura, inmigración, cooperación al desarrollo, TIC, equidad de género, participación, empoderamiento juvenil, ODS…
Además, cada año se reconoce a aquel centro que incluye el aprendizaje-servicio en el corazón de su proyecto educativo global, de manera que el alumnado puede tener una experiencia continuada a lo largo de la escolaridad.
Estos son los centros/entidades premiados y finalistas:
Muchos de estos proyectos se han llevado a cabo en el contexto de la pandemia y expresan la obstinación en unir el éxito educativo al compromiso social a pesar de las circunstancias adversas.
Premiados y finalistas son ejemplo viviente de biodiversidad de nuestro ecosistema de aprendizaje-servicio: hay proyectos grandes y pequeños, maduros y jóvenes, de procedencias y temáticas bien distintas.
Todo en este ecosistema tiene su función, su lugar y su sentido. Por eso, el aprendizaje-servicio no es una plantación de encinas, sino un encinar.