Las ratios volverán a lo que fueron. Más de 25 chavales en primaria y entre 230 y 35 en secundaria y bachillerato. La pandemia no ha terminado, pero las administraciones educativas ya han acordado, junto a las sanitarias, una disminución de la distancia en las aulas de hasta 1,2 metros por estudiante. A pesar de los beneficios que la situación provocada por la pandemia ha sacado a la luz de la reducción de ratios: mejora de la atención al alumnado y mejora de los resultados educativos.
Mientras las comunidades se centran en la posibilidad de ahorrar costes en la contratación de profesorado, a la que se han visto obligadas durante todo este curso, el Ministerio de Educación lleva días insistiendo en que todas ellas contarán con financiación extra proviniente de los fondos de recuperación europeos, así como del Ministerio de Hacienda para hacer frente a gastos como pudieran ser ua bajada de las ratios. Eso sí, la supresión del decreto de 2012 que consagró los grandes recortes de profesorado, no llegó tan lejos como para bajar las ratios máximas; es una posibilidad que sugiere y deja abierta a las administraciones educativas.
Esta situación, la de la falta de una apuesta decidida por parte de unas y otros de bajar el número de chicas y chicos por clase ha llevado a Yo Estudié en la Pública a realizar un vídeo en el que profesorado y alumnado habla de esta situación. Por una parte, de la previa a la pandemia y los diferentes problemas que suponía ser tantas personas en aulas mal acondicionadas y, por otra, la mejora de la situación para docentes y discentes cuando se han encontrado siendo menos de 20 en esos mismos espacios.
Cuestiones como una mejora de la atención al alumnado, a las familias, más tiempo para tutorías y comunicación, el aumento de la cohesión dentro de los grupos-clase o una disminución de los conflictos en los centros educativos públicos son algunas de las razones que se esgrimen para defender esa misma bajada de ratio.