Parche Maestro surgió del convencimiento de que todo cambio que quiera instalarse en la sociedad colombiana, para que sea duradero y realmente apropiado, debe pasar por la escuela como institución y por los maestros y las maestras como actores sociales clave.
Firmemente persuadidos de que la escuela es un espacio de construcción de paz, como del rol transformador de la educación para la consolidación de ciudadanas y ciudadanos con capacidad de argumentar, inferir y contrastar sus realidades para agenciar cambios fue que empezamos a idear la escuela de verano a partir de diversas conversaciones entre la Fundación Kreanta (España) y la Fundación Proantioquia (Colombia). A través de un diálogo coral, abierto y propositivo, apostamos por la construcción de un encuentro que partía de una idea previa y reflexiva acerca de los diversos modelos de escuelas de verano llevados a cabo en España, que adaptamos a la realidad colombiana.
En Colombia, y específicamente en Medellín, un “parche” es un término que significa tanto un lugar de encuentro con amigos, como una comunidad y una forma de valorar las actividades que se disfrutan. Como buen Parche, varias fueron las instituciones que se unieron a esta iniciativa, entre ellas USAID Colombia, la Universidad de Antioquia a través de su grupo Diverser, la Universidad EAFIT, el Instituto de investigaciones biológicas Humboldt, y la Comisión de la Verdad, además de un buen número de profesionales de la comunidad educativa de la ciudad que, de manera activa, decidieron integrarse.
Esta diversidad de instituciones develó que, a pesar de los temas de trabajo de cada organización, compartíamos una premisa clara: la prioridad de resignificar los encuentros de maestros y maestras como profesionales que permanentemente construyen saberes, y no como simples operarios de un oficio estandarizado. Esto, en otras palabras, significó sumar esfuerzos para visibilizar a los docentes como intelectuales. Esta condición hacía relevante apostar por su formación, pero también mostrar, desde su práctica diaria, lo que hacen y producen.
Medellín acogió, durante tres días (del 10 al 12 de junio de 2019) el Parche que fue, ante todo, un espacio para que profesionales de la educación de diversas procedencias y formas de pensamiento, se encontraran para construir rutas de formación con pares, compartir experiencias para la formación y el desarrollo, intercambiar ideas y prácticas e inspirarse, desde la reflexión tranquila, sobre la profesión docente, sus retos y sus posibilidades en un país como Colombia.
Se plantearon cinco dimensiones o ejes temáticos distribuidas
- Cuerpo primer territorio: entendiendo el cuerpo como un espacio privilegiado para la construcción y confrontación cultural, pero también como el primer material concreto para favorecer los vínculos con los otros, con el mundo y con la propia identidad.
- Territorio y comunidades: buscando tejer relaciones en la manera como, en calidad de seres sociales, nos apropiamos del territorio y lo reconstruimos desde nuestras propias relaciones con pares.
- Territorio y otredad: buscando establecer reflexiones sobre cómo construimos, en nuestros territorios, puentes o muros para relacionarnos con otras maneras de existir y vivir en el mundo.
- Territorio sostenible: reflexionando acerca de nuestro rol en la construcción de una noción de sostenibilidad que incluya nuestras prácticas cotidianas y nuestro pensamiento político.
- Territorios para construir paz: reconociendo la necesidad de obtener victorias tempranas en la construcción de paz territorial a través de la formación ciudadana.
El resultado fue que más de 400 maestras y maestros de 24 municipios de 7 departamentos del país participaron en del Parche Maestro. También fueron parte 50 invitados procedentes de España, Uruguay y Colombia que lideraron las actividades de formación e intercambio. El total de actividades programadas fueron 56, que transitaron entre conferencias, talleres e intercambio de experiencias de aula:
- Las conferencias buscaron consolidarse como charlas entre profesionales que presentaron algunas ideas, con un enfoque conceptual, para ampliar la capacidad de reflexión sobre los grandes temas trabajados.
- Los talleres favorecieron el reconocimiento y la apropiación de algunas metodologías y prácticas posibles para ampliar los horizontes de sentido en la práctica de maestros.
- Las experiencias de aula buscaron que maestros y maestras de diversos lugares del país pudieran tener un lugar como expertos, mostrando el saber que producen y situándose como grandes productores de capitales culturales.
A modo de conclusión, algunas valoraciones para seguir construyendo. Si bien las reflexiones posteriores a un escenario de este tipo son múltiples y comprometen los afectos de quienes hemos participado en este proceso, hay tres ideas que pueden facilitar la concreción.
En primer lugar, nuestro Parche ha sido y quiere continuar siendo un espacio para narrar y narrarnos. Contar nuestras experiencias profesionales, pero también nuestras miradas del mundo es un camino posible para formar(nos) en ciudadanía. Invitaremos siempre a nuestros maestros y maestras a reivindicar el poderoso papel de la escuela en la construcción de sujetos con capacidad de argumentar sus ideas, pero también de escuchar las posturas de los otros. Creemos profundamente que la diversidad de voces es una fuente valiosa para consolidar diálogos que, como propone Martha Nussbaum, favorezcan el florecimiento de nuestra propia humanidad.
En segundo término, las complicidades entre maestras y maestros, tanto desde lo personal como lo institucional, han permitido y tienen que continuar permitiendo concretar, tejer y engrandecer las ideas para construir nuevas relaciones. Creemos que a los maestros hay que dejar de llevarles miradas unidireccionales de grandes gurús y situarlos como expertos y productores de saber. Las instituciones que trabajamos con docentes tendremos el compromiso de crear escenarios horizontales, diversos y, en alguna medida, disruptivos.
Finalmente, pero muy fundamental, un reconocimiento hacia las maestras y los maestros participantes. Ellas y ellos no solo han sido y serán del Parche, sino que son los actores priorizados en la construcción de una nueva idea de país para Colombia. Cualquier cambo social sostenible pasará por la escuela como escenario para favorecer lo universal y por nuestros docentes como grandes líderes de los procesos de transformación cultural.
Esperamos que el Parche Maestro sea la apertura de muchas formas de conversación e intercambio.
¡Gracias por parchar con nosotros!
Para saber más:
https://www.proantioquia.org.co/escuela-de-verano-parche-maestro/
https://www.proantioquia.org.co/asi-vivimos-la-escuela-de-verano-parche-maestro/
Juan Felipe Aramburo. Área de Educación y Cultura de la Fundación Proantioquia
Roser Bertran Coppini. Directora Cátedra Medellin-Barcelona de la Fundación Kreanta