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Este 12 de enero se celebran los 600 años de la llegada del Pueblo Gitano (P. G.) a la Península Ibérica. El salvoconducto expedido por Alfonso V de Aragón en Zaragoza a Juan de Egipto Menor, el 12 de enero de 1425, constituye el primer testimonio documental que acredita la entrada de un grupo de gitanos en nuestro país.
Dicho documento se conserva en los Registros de Cancillería del Archivo de la Corona de Aragón y está digitalizado en la web de la Diputación de Huesca y en la de la Unión Romaní: https://ahphuesca.blogspot.com/2021/04/los-primeros-gitanos-en-espana-1425.html https://unionromani.org/documento/
Transcripción literal.
Johannes de Egipto N’Alfonso, etc. Als nobles, amats e feels nostres universes e sengles governadors, justicies, veguers, sotsveguers, batles, sotsbatles, e altres qualsevol officials e subdits nostres, e encara qualsevol guardes de ports e coses vedades en qualsevol parts de nostres regens e terres al qual o als quals les presents pervendran e seran presentades o als loctinents de aquells, salut e dilecció. Com l’amat e devot nostre don johan de Egipte Menor, de nostra licència anat en diverses parts, entena passar per algunes parts de nostres regnes e terres, e vullam aquell èsser bentractar e acollit, a vosaltres e a cascun de vos dehim e manam expressament e de certa sciència, sots incorriment de nostra ira e indignació que lo dit don Hohan de Egipte e los que ab ell iran e l’acompayaran, ab totes ses cavalcadures, robes, bens, or, argent, beaces e altres qualsevol coses que ab si portaran, lexets anar, estar e passar per qualsevol ciutats, viles, lochs e altres parts de nostra senyoria salvament e segura, tota contradicció, impediment e contrast remoguts. Povehints e donants a aquells segur passatge e conduyt si e quan per lo dito non Johan request no serets durant lo present nostre salvoconduyt, lo qual volem que dur per tres mesos (1) del dia de la data de la present en avant continuament comptadors. Dada en Çaragoça sots nostre segell secret a XII dies de janer en l’any de la nativitat de Nostre Senyor Mil CCCCXXV (2) Rex Alfonsus. Franciscus Exalon, mandato regio facto ad relacionem Francisci d’Arinyo.
Probata:
Sigue tachado, ilegible. 2. Corregido de XXVIII.
Traducción del catalán antiguo
Johannes de Egipto El Rey Alfonso, etc., a todos y cada uno de sus nobles, amados y fieles nuestros y sendos gobernadores, justicias, subvengueros, alcaldes, tenientes de alcalde y otros cualesquiera oficiales y súbditos nuestros, e incluso a cualquier guarda de puertos y cosas vedadas en cualquier parte de nuestros reinos y tierras, al cual o a los cuales la presente ser presentada, o a los lugartenientes de aquellos, salud y dilección. Como nuestro amado y devoto don Juan de Egipto Menor, que con nuestro permiso ir a diversas partes, entiende que debe pasar por algunas partes de nuestros reinos y tierras, y queremos que sea bien tratado y acogido, a vosotros y cada uno de vosotros os decimos y mandamos expresamente y desde cierto conocimiento, bajo pena de nuestra ira e indignación, que el mencionado don Juan de Egipto y los que con él irán y lo acompañarán, con todas sus cabalgaduras, ropas, bienes, oro, plata, alforjas y cualesquiera otras cosas que lleven consigo, sean dejado ir, estar y pasar por cualquier ciudad, villa, lugar y otras partes de nuestro señorío a salvo y con seguridad, siendo apartadas toda contradicción, impedimento o contraste. Proveyendo y dando a aquellos pasaje seguro y siendo conducidos cuando el mencionado don Juan lo requiera a través del presente salvoconducto nuestro, el cual queremos que lleve durante tres meses del día de la presente contando hacia adelante. Entregada en Zaragoza con nuestro sello el día doce de enero del año del nacimiento de nuestro Señor 1425. Rey Alfonso. doce de enero del año del nacimiento de nuestro Señor 1425. Rey Alfonso.
A pesar de esa buena acogida inicial hacia el P. G., a finales de ese mismo siglo XV “las nuevas corrientes de pensamiento y el debate respecto a los falsos pobres, pusieron a los gitanos en el punto de mira, una vez que ya había caído sobre sobre los judíos y moriscos todo el peso del poder real de los Reyes Católicos”, (Manuel Martínez: https://adonay55.blogspot.com/search?q=moriscos). Estos monarcas el 3 de marzo de 1499 firmaron en Madrid la primera pragmática antigitana, que ordenaba acabar con los derechos que se habían concedido a los gitanos como peregrinos y con sus rasgos culturales (lengua, vestimenta, trabajos…): «Mandamos a los egipcianos que andan vagando por nuestros reinos y señoríos […] que vivan por oficios conocidos […] o tomen vivienda de señores a quien sirvan. […] Si fueren hallados o tomados, sin oficio, sin señores, juntos […] que den a cada uno cien azotes por la primera vez y los destierren perpetuamente de estos reinos, y por la segunda vez que les corten las orejas, y estén en la cadena y los tomen a desterrar […]»
Según investigó Antonio Gómez Alfaro (2009 y 2010), en España se han promulgado “más de 250 disposiciones legales” ordenando el acosamiento al P. G. y “su disolución como grupo diferenciado”. Todavía en 1978 el diputado gitano Juan de Dios Ramírez Heredia se veía obligado a solicitar al parlamento la derogación de la última normativa antigitana, los artículos 4, 5º y 6º del Reglamento de la Guardia Civil (que criminalizaban al P. G.), que quedaron suprimidos por Orden del 19 de julio de 1978.
Esta profusa legislación “demuestra un radical rechazo demonizador” y un afán por lograr “la reducción social de los gitanos” (A. Gómez Alfaro, 2009). Y tantos siglos de persecución y de exclusión han dejado un poso de marginación en muchos sectores del Pueblo Rom, así como un conjunto de prejuicios y estereotipos estigmatizadores latentes en la sociedad mayoritaria hacia los miembros de esta minoría étnico-cultural (David Martín Sánchez, 2018).
2025, “Año del Pueblo Gitano en España”
El pasado día 7 de enero de 2025, “con motivo del 600º aniversario de la llegada del pueblo gitano a España”, el Consejo de Ministros aprobó la “Declaración de 2025 como año del pueblo gitano en España”.
En esta Declaración institucional se señala que esta efeméride supone “una oportunidad histórica”, pues posibilita:
1) Reconocer y celebrar la profunda huella cultural, social y lingüística que el pueblo gitano ha dejado en nuestra nación. “Un pueblo cuya historia, cultura y contribuciones han sido fundamentales en la construcción de la identidad colectiva de nuestro país”. “Desde su llegada el 12 de enero de 1425, el pueblo gitano ha tejido lazos con nuestra tierra, dejando una huella profunda en nuestro país. En este tiempo ha aportado valores que han permeado nuestra sociedad y son esenciales para entender y conformar la España y la Europa actuales”.
2) Reconocer las injusticias históricas y actuales a las que se enfrenta el pueblo gitano para garantizar una vida en igualdad y libertad. “A lo largo de los siglos, el pueblo gitano ha enfrentado innumerables adversidades: legislación discriminatoria, expulsiones, estigmatización y falta de reconocimiento. A pesar de ello, ha demostrado una gran capacidad de resiliencia y adaptación, manteniendo viva su identidad cultural y enriqueciendo el desarrollo de España”. “Reconocemos que estas desigualdades [actuales] son el resultado de siglos de rechazo, racismo, discriminación y marginación”.
3) Poner de relieve que hoy las personas gitanas continúan enfrentándose a importantes barreras en áreas clave como la educación, el empleo, la vivienda y la salud. La discriminación estructural y los prejuicios no solo limitan sus oportunidades, sino que perpetúan la exclusión social y económica.
4) Recordar que “para contrarrestar y mitigar los efectos de estas injusticias, España ha realizado en los últimos años importantes avances institucionales”: la creación del Consejo Estatal del Pueblo Gitano (2005) y de la Fundación Instituto de Cultura Gitana (2007), la declaración del día 8 de abril como Día del Pueblo Gitano y el reconocimiento de sus símbolos (2018), la aprobación de la Ley Integral para la Igualdad de Trato y la No Discriminación (2022), la Ley de Memoria Democrática (2022) y la Comisión de Memoria y la Reconciliación con el Pueblo Gitano (2024), la aprobación del Pacto de Estado contra el Antigitanismo y por la Inclusión del Pueblo Gitano (2023), la Estrategia Nacional para la Igualdad, la Inclusión y la Participación del Pueblo Gitano en España 2021-2030, el Plan de Mejora de la Empleabilidad de la Población Gitana 2025-2028 y el Marco Estratégico de Ciudadanía e Inclusión, contra el Racismo y la Xenofobia 2023-2027 –que “reconoce a la población gitana como población con mayor riesgo de sufrir discriminación y otras formas de intolerancia”–.
5) Los avances experimentados son claramente insuficientes, por lo que el Gobierno «recoge el compromiso de combatir las desigualdades que aún persisten”. “Este aniversario no es solo un acto de memoria histórica, sino un compromiso institucional para actuar con mayor determinación en la construcción de una sociedad más inclusiva, igualitaria y democrática”. “El Gobierno de España reconoce la necesidad de continuar trabajando, aumentando los esfuerzos para erradicar la discriminación y promover la plena igualdad del pueblo gitano en todos los ámbitos de la sociedad”.
6) “El Gobierno de España reafirma su compromiso con el reconocimiento institucional y la celebración de la contribución histórica, social, cultural y lingüística del pueblo gitano a nuestro país”.
La declaración institucional concluye: “Todo ello nos impulsa a conmemorar el 600º aniversario de la llegada del pueblo gitano a la Península Ibérica no solo como un homenaje y un reconocimiento a sus contribuciones en nuestra sociedad, sino también como un refuerzo del compromiso del Gobierno de España para abordar las desigualdades históricas y asegurar la participación plena y efectiva del pueblo gitano en la sociedad española: por 600 años de historia, por un presente de verdad, justicia y reparación y por un futuro de igualdad”.
Pasar de la retórica al logro de lo enunciado
Así pues, esta Declaración del Consejo de Ministros que designa el 2025 como el Año del Pueblo Gitano en España deja bien claro su propósito de servir de acicate “para reflexionar sobre los retos históricos y actuales que aún persisten” y “continuar colaborando estrechamente desde las instituciones públicas con la sociedad civil para asegurar un futuro más equitativo y justo para el pueblo gitano y, por ende, para toda la sociedad española.»
Por todo lo expuesto, considero que nos hallamos ante una declaración institucional valiosa y bien argumentada.
Ahora bien, mi amigo el escritor gitano Antonio José Heredia me comenta: “Como gitano, se agradece a este Gobierno la declaración del año 2025 como año del pueblo gitano. Otra cosa es la situación y el estado en que están gran parte de las familias gitanas en España 600 años después, en donde el fracaso escolar, la infravivienda y la ausencia del estado de bienestar sigue en aumento año tras año. Nada que celebrar mientras no haya una ley integral de memoria histórica con el Pueblo gitano”. Y en uno de los medios que se hacen eco de esta noticia un lector exclama airado en referencia a las manifestaciones del ministro Pablo Bustinduy: “Que dice este flipao? ¿Esto es una broma? Pero si viven de nosotros de las ayudas la gran mayoría, que vais a montarles una fiesta”.
Estos dos testimonios contrapuestos nos ilustran de que no solo persisten unas enormes desigualdades, sino también un antigitanismo por el que sectores importantes de la sociedad mayoritaria culpabilizan de su situación a los propios gitanos y gitanas. Por consiguiente, es obvio que el desafío estriba en cómo pasar de la retórica de lo señalado en esta declaración gubernamental al logro de los objetivos enunciados en la misma.
El imperativo democrático de acabar con las discriminaciones y la exclusión
Las asociaciones gitanas llevan insistiendo desde el comienzo de la democracia en la doble necesidad de acabar con la multisecular trayectoria de discriminación y exclusión social de su pueblo y en el reconocimiento político y cultural del mismo. Cuatro demandas que considero más relevantes del movimiento asociativo gitano son:
1) Hacer efectivo el derecho al trabajo y a unos medios de vida dignos
Como estudiara John Ogbu para los afroamericanos en EE. UU., los miembros de una minoría étnica autóctona a menudo se encuentran con un “techo limitado de empleo”, no solo por la escasez de formación reglada y de cualificación profesional, sino también por la ausencia de red de influencias (“enchufismo”) y por la estereotipia negativa proyectada sobre ellos por los empleadores (“aun con igual titulación, no tienen las mismas oportunidades laborales”). A lo que hay que añadir los obstáculos en el ejercicio de sus empleos tradicionales. Todo ello tiende a abocarlos a trabajos en una posición más vulnerable, ingresos bajos y un mayor riesgo de exclusión. Como ya señalara la Unión Romaní en 1994, “es el trabajo quien marca los modos de vida, quien pone barreras entre la realidad y la ficción, quien sienta las bases para conseguir objetivos personales. La marginalidad en el trabajo es el primer paso hacia la marginación social de toda la familia”.
Por ello, se requieren “políticas públicas dirigidas a la inclusión social de la población gitana”, que han de combinar “medidas universales con enfoque inclusivo o mainstream con medidas específicas o target”; es decir, se precisan políticas que propicien el trabajo suficiente y en buenas condiciones para toda la población y, a la vez, programas destinados a incrementar la empleabilidad de la población gitana en situación más desfavorecida (Estrategia Nacional para la Igualdad, la Inclusión y la Participación del Pueblo Gitano, 7).
Además, es fundamental que el Ingreso Mínimo Vital se haga efectivo siempre que sea necesario. El IMV nació en 2020 como una prestación destinada a garantizar unos ingresos mínimos para las familias en situación de extrema pobreza. Pero “el proceso de solicitud y aprobación ha demostrado ser excesivamente lento y burocrático”. Según datos recientes, “muchas familias, incluidas numerosas del Pueblo Gitano, han tenido que esperar meses, e incluso más de un año, para recibir una respuesta a sus solicitudes” o “han visto rechaza su solicitud por errores administrativos menores”.
Para garantizar que el IMV cumpla con su objetivo de combatir la pobreza extrema, la exclusión social y atender a las familias más vulnerables, es imprescindible implementar medidas concretas que agilicen su gestión y eliminen las barreras actuales. El asegurar que ninguna familia quede atrás en la lucha contra la pobreza y la exclusión social debe constituir una prioridad.
2) Hacer efectivo el derecho a la vivienda
El acceso a la vivienda en España es una problemática estructural, pero se agudiza en algunos sectores de la población, como es el P. G.
Existe una gran heterogeneidad en las familias gitanas en cuanto al tema de la vivienda; pero, en términos generales, subsiste una clara desventaja en relación a la población mayoritaria.
Hay una herencia envenenada provocada durante los grandes procesos de realojamiento tras la época del desarrollismo y el éxodo rural de la segunda mitad del siglo pasado: a muchas familias gitanas fue las últimas a las que se las atendió y con harta frecuencia se las ubicó en asentamientos de infraviviendas y segregadas donde la ciudad se acaba (Teresa San Román, 1980 y 1994; Rafael Buhigas, 2024). Un mínimo botón de muestra: en Burgos se realojó a familias gitanas en “viviendas prefabricadas”, “en la carretera de Quintanadueñas, a un kilómetro del casco urbano”, en un poblado llamado pomposamente “El Encuentro” (“El Norte de Castilla, 30-6-1993). Además, en muchas ocasiones los intentos de realojo, fueron acompañados de movilizaciones antigitanas (ib.)
En la actualidad persiste la desigualdad en el acceso a la vivienda, tanto por motivos económicos, como de antigitanismo (con negativas directas o camufladas en el alquiler). En el estudio “Discriminación racial en el ámbito de la vivienda y en los asentamientos informales” (2022) se constató que un número importante de arrendadores se niega alquilar su casa en familias gitanas en base tres tipos de prejuicios: presunción de que las personas de esta minoría no van a pagarles el alquiler, que realizarán un mal uso del inmueble y lo estropearán y que van a plantear problemas de convivencia…: “ideas preconcebidas, consecuencia de un racismo estructural”.
Hoy en gran parte de las localidades de nuestro país muchas familias gitanas se enfrentan a diversos problemas en los inmuebles donde viven: a) pervivencia de algunos núcleos de infraviviendas (e incluso barraquismo), sin acceso adecuado a servicios básicos como agua potable, electricidad o saneamiento; b) segregación urbanística y guetización; c) deficiencias en las viviendas y hacinamiento; d) dificultad para hacer frente a los gastos de la casa; e) aislamiento de los servicios y oportunidades que ofrecen los núcleos urbanos; y f) falta de equipamiento urbano en el entorno.
Las carencias y discriminaciones en la vivienda tienen enormes repercusiones: en la economía familiar, la inclusión social, laborales (al constreñir la red de relaciones e influencias familiares y de amistades), la salud, la escolaridad (favorece la creación de centros educativos segregados) y en la calidad de vida. Y “contribuye a reforzar los estereotipos y prejuicios que existen hacia la comunidad gitana, al asociarla exclusivamente con la pobreza y la marginalidad”, como se señala en un documento del Consejo Estatal del Pueblo Gitano.
Por todo ello, es urgente que las administraciones públicas adopten políticas eficaces de tipo general que hagan factible el acceso a la vivienda a los sectores sociales menos adinerados y, además, se precisan medidas específicas para abordar el acceso a la vivienda para los grupos sociales más vulnerabilizados, como es el P. G. Y “es fundamental que las políticas de vivienda se diseñen con la participación activa de las entidades gitanas”.
Por otro lado, “es necesario abordar de manera decidida la discriminación en el acceso a la vivienda, tanto en el ámbito del alquiler como en la compra de viviendas. Las administraciones deben implementar mecanismos de control y sanción frente a los arrendadores o propietarios que discriminen a las personas gitanas, garantizando que todas las familias tengan las mismas oportunidades de acceder a un hogar digno. También es fundamental que se promuevan campañas de sensibilización para erradicar los prejuicios raciales y fomentar la convivencia intercultural en los barrios y comunidades de vecinos” (documento del Consejo Estatal del Pueblo Gitano).
3) Hacer efectivo el derecho a la educación
En las casi cinco décadas de democracia los logros en el campo educativo son palpables: en cuanto a la escolaridad plena de la infancia gitana, el aumento del tiempo de permanencia en el sistema educativo y la erradicación del analfabetismo entre las generaciones jóvenes. Pero persisten tres retos ineludibles:
3.1. Pasar de la mera escolarización y el fracaso escolar a una sólida formación académica y cualificación profesional
Pese a ese impulso en los niveles escolares básicos, la brecha del alumnado gitano en relación con los estándares del conjunto de la población española es escandalosa, ya que el 62,8 % de las y los estudiantes gitanos no obtiene ni siquiera el título de la ESO (FSG, 2024) y, a pesar de cierta mejoría, sigue siendo muy escasa la presencia de estudiantes gitanos en educación secundaria postobligatoria y en la universidad se puede calificar de exigua (solo el 0,3 % del alumnado gitano llega a realizar estudios universitarios).
3.2. Acabar con la segregación escolar y hacer real la inclusión educativa
En el debe de la democracia pesan los procesos inmisericordes no solo de segregación urbanística, sino también de segregación escolar sufridos por amplios sectores de la población gitana española.
Según el estudio de la Federación de Mujeres Gitanas Kamira (2024) el 60 % de la infancia gitana está escolarizada en centros guetos. Este fenómeno de “huida” de los centros educativos con estudiantes gitanos es una manifestación más del antigitanismo. El gueto conlleva ausencia de convivencia con otros escolares no gitanos y carencia de referentes de alumnado con aspiraciones de continuidad escolar y tiende a alimentar la desconfianza de esas familias hacia el sistema escolar.
Además, en nuestros días una parte sustancial del alumnado gitano se ve sometida a segregación intra-centro, por la vía de la repetición de curso o la ubicación en “grupos de apoyo” o de “educación compensatoria”… fuera de las aulas ordinarias y por los “grupos de nivel” (clases “C”, solo para “alumnado de minorías étnicas”) en los primeros cursos de la ESO. Lo cual denota también un sesgo de clasismo y antigitanismo y bajas expectativas sobre este alumnado.
La segregación escolar implica una discriminación estructural, “una seria violación de los derechos de la infancia” y “una violación flagrante del derecho a la educación y del derecho fundamental a no sufrir discriminación del artículo 14 de la Constitución Española” (Fernando Rey, 2021). Además, toda forma de segregación choca frontalmente con las prescripciones de la LOMLOE.
La segregación escolar constituye una situación tan escandalosa como silenciada. “Parece que todo el mundo está contento. […] Estamos en una especie de ficción, como que aquí no pasa nada y, sin embargo, es un desastre” (Fernando Rey, 2021).
Como ya analicé con mayor extensión en El Diario de la Educación, la segregación escolar tiene consecuencias devastadoras:
- Obstaculiza la convivencia interétnica y el conocimiento mutuo.
- Daña la autoestima académica y entraña una profecía negativa.
- Comporta pérdida de oportunidades de aprendizaje.
- Propicia actitudes reactivas y de desafección (como el absentismo).
- “Contribuye a reforzar las desigualdades socioeconómicas” (OCDE, 2014).
Por todo ello, las políticas educativas deben priorizar el hacer frente a cualquier tipo de segregación escolar. A su vez, a un nivel meso o intermedio se debe realizar una apuesta inequívoca por la inclusión desde las congregaciones religiosas dedicadas a la educación y los centros concertados, las Asociaciones de Familias, sindicatos, ONGs, Facultades de Educación, publicaciones pedagógicas, etc. Y a nivel micro o de relaciones interpersonales cotidianas, los diversos agentes socio-educativos debemos asumir un compromiso nítido e inequívoco con la inclusión y radicalmente crítica frente a cualquier tipo de segregación escolar. A todas y todos nos corresponde el hacer posible que los centros educativos y las aulas –en lugar de ser espacios disfuncionales que contribuyen a la reproducción de las fracturas de la sociedad– cumplan lo que los derechos humanos y las leyes estipulan y sean un lugar de inclusión social, de convivencia, conocimiento, valoración y colaboración mutua.
3.3. Incluir la historia y cultura gitana, así como la crítica a los prejuicios racistas en los centros educativos
El que la LOMLOE y los Reales Decretos del currículum del Ministerio de Educación contemplen como prescriptivo el estudio de la historia y cultura del P. G. y la crítica a los prejuicios y estereotipos racistas constituye un logro evidente.
El artículo 92 del texto consolidado de la LOMLOE establece que: “En el currículo de las diferentes etapas de la educación básica se atenderá al aprendizaje de la prevención y resolución pacífica de conflictos en todos los ámbitos de la vida personal, familiar y social” y que entre “los valores que sustentan la democracia y los derechos humanos y prevención y resolución pacífica de conflictos” se debe incluir “el estudio y respeto de otras culturas, particularmente la propia del pueblo gitano y la de otros grupos y colectivos, contribuyendo a la valoración de las diferencias culturales, así como el reconocimiento y la difusión de la historia y cultura de las minorías étnicas presentes en nuestro país, para promover su conocimiento y reducir estereotipos”.
El Real Decreto 157/2022, de 1 de marzo, por el que se establecen la ordenación y las enseñanzas mínimas de la Educación Primaria recoge específicamente que uno de los saberes básicos a desarrollar en el alumnado en el área de Conocimiento del Medio Natural, Social y Cultural ha de ser “valorar la diversidad cultural” y “las distintas etnoculturas presentes en el entorno” y la “Historia y cultura” del “pueblo gitano”. Y el Real Decreto 157/2022, de 1 de marzo, por el que se establecen la ordenación y las enseñanzas mínimas de la Educación Secundaria Obligatoria recoge específicamente que en el área de Geografía e Historia se contemple “la realidad multicultural en la que vivimos”, la “diversidad social, étnico-cultural y de género”, así como la “Historia y reconocimiento del pueblo gitano”.
Por otra parte, el enfoque competencial del currículum que propugna la actual legislación educativa posibilita la inclusión de la historia y cultura del Pueblo Gitano en muy diversas situaciones de aprendizaje. En efecto, una vía privilegiada para fomentar en nuestro alumnado la capacidad de análisis y el pensamiento crítico y la aplicación de los aprendizajes a la práctica puede ser el que trabajen la historia del P. G. y sus manifestaciones culturales, así como el estudio de los sesgos cognitivos de los que se nutren los prejuicios y estereotipos y el antigitanismo.
Sin embargo, a pesar de estas prescripciones y virtualidades, en la práctica, estos núcleos temáticos siguen brillando por su ausencia tanto en el desarrollo curricular realizado por algunas comunidades autónomas, como en los libros de texto y en las situaciones educativas cotidianas de la mayor parte de los centros educativos y de las aulas de nuestro país.
4) Avanzar en el reconocimiento institucional del Pueblo Gitano
El reconocimiento oficial del P. G. en España supondría un acto de justicia histórica, al dar fe de la exclusión y del sufrimiento del que ha sido objeto y saldar así, en alguna medida, una deuda con un pueblo que ha sido invisibilizado, cuya historia se ha silenciado y cuyas contribuciones a la cultura y la sociedad española han sido ignoradas o minimizadas.
Pero el reconocimiento cultural y político del P. G. no solo es un acto de justicia histórica, de corrección de las injusticias y estereotipias del pasado, sino también un paso para promover en el presente una sociedad más equitativa e inclusiva, plural y respetuosa con los derechos humanos. La representación política y social del P. G. propiciaría que las decisiones que afectan directamente al Pueblo Gitano se tomen con su participación en todas las fases de los proyectos y “se abriría un espacio para que sus representantes puedan participar en los procesos políticos y sociales del país de manera efectiva” y para propiciar “que el Pueblo Gitano conserve y promueva sus tradiciones, lengua y cultura dentro del marco de la pluralidad cultural de España”, tal como reclaman desde el Consejo Estatal del Pueblo Gitano y el Instituto de Cultura Gitana.
Sentirnos interpelados
Por todo lo expuesto, existe el riesgo de que la conmemoración de esta efeméride de los 600 años de la llegada del Pueblo Rom a España se quede reducida a una ocasión más desaprovechada, que oscile entre el silenciamiento desdeñoso y la reducción a un “paripé” (término de origen romanó, por cierto) que se agota en un número acotado de manifestaciones y actos… Sin embargo, y a pesar de todas las dificultades, puede representar una oportunidad de reparación histórica y social y también pedagógica del P. G. En cualquier caso, pienso que constituye un aldabonazo para el conjunto de la sociedad española y también para nuestros centros educativos, ante el que no debiéramos hacer oídos sordos.
Centrándonos en el campo educativo, la celebración de este VI centenario de la presencia del P. G. en España supone una ocasión para la reflexión en nuestros centros escolares y para que nos replanteemos cómo intensificar y hacer más efectivos nuestros esfuerzos en el doble reto de impulsar el éxito y la inclusión escolar de las nuevas generaciones gitanas y de hacer presente la historia y cultura del P. G. en nuestras aulas.
Considero clave que el profesorado nos sintamos interpelados ante la desigualdad y la segregación que sufre una parte notable del P. G. después de seis siglos en nuestro país y de cinco décadas de democracia: ¿por qué el silenciamiento y la ausencia de su historia y cultura en nuestros centros educativos?, ¿hemos analizado qué estrategias y enfoques se han demostrado más eficaces para propiciar el éxito y la continuidad escolar del alumnado gitano?
Propiciar la vinculación académica del alumnado gitano nos concierne
En nuestros días muchas familias gitanas se hallan en una situación de encrucijada: les encantaría un futuro mejor para sus hijos e hijas y que siguieran estudiando; pero, dadas sus condiciones socio-económicas y de estigmatización social y segregación y de falta de tradición académica en su medio social y, sobre todo, los frecuentes malos resultados escolares de sus menores, lo ven improbable y se desalientan. Sin embargo, no debemos obviar que esas familias pueden inclinarse por la continuidad en los estudios si comienzan a percibir en la práctica que sí que es viable el que su hijo o hija estudie con aprovechamiento. La aspiración de continuidad escolar es relacional, encarnada. El deseo de estudiar no es una variable independiente ni que surja por generación espontánea en los aprendices y/o en su familia, sino una dimensión condicionada por el contexto interpersonal y por los logros que se van obteniendo. El punto de inflexión estriba, en definitiva, en sentirse vinculado (social y académicamente) y esto se ve propiciado cuando alguno(s) de los agentes educativos proyecta altas expectativas sobre el estudiante. Y también cuando éste constata éxitos. La adquisición de logros y la percepción de vinculación social y académica genera auto-confianza en el aprendiz y alimenta dinámicas de implicación y buenos resultados, así como un proyecto de continuidad académica.
Hay varias estrategias o líneas de actuación, confluyentes, que se han evidenciado eficaces en potenciar la vinculación del alumnado que parte de unas condiciones socio-económicas desfavorables y, en concreto, del alumnado gitano:
1) Evitar segregaciones: Ausencia de apoyos y de grupos segregados y de medidas desvinculadoras (sustituirlo por desdobles heterogéneos y docencia compartida, tutorización individualizada, apoyos extraescolares, etc.)
2) Trabajo cooperativo: Situaciones de aprendizaje basadas en la vinculación social y el aprendizaje dialógico, así como actividades de ocio y complementarias grupales.
3) Vivenciar éxitos escolares cotidianos cada alumn@: El percibir avances constituye una motivación fundamental para la implicación académica.
4) Potenciar la acción tutorial.
5) Clima relacional valorizante: Relaciones cordiales, afectivas y potenciadoras de autoestima (afecto unido a exigencia).
6) Evaluación al servicio de la mejora: No centrada en el examen y la calificación, sino en el seguimiento y ayuda individualizados.
7) Extensión del tiempo de aprendizaje y de convivencia interétnica.
8) Propiciar la vinculación con las familias y su participación en el centro: Mimar las comunicaciones que se les envían (cartas, mail, notas…); hacer llegar a los padres mensajes alabando los logros de su hijo/a; hacer todo lo posible para que participen en las celebraciones del centro educativo; pedir a las familias y a asociaciones gitanas su colaboración para la planificación y celebración del Día Internacional del Pueblo Gitano; etc.
9) Potenciar su competencia digital y el que cuenten con dispositivos digitales.
10) Coordinación del equipo docente y con otro profesorado que trabaja con este objetivo: Llegar a acuerdos sobre las estrategias a implementar y quedar periódicamente para evaluarlas; organizarnos como seminario de formación para este objetivo; etc.
11) Contar con referentes y promotores o mediadoras escolares gitanas.
12) Incluir la historia y cultura del Pueblo Gitano y el sentido crítico frente al antigitanismo en el aula.
Pienso que sentirnos interpelados por la situación del alumnado gitano implica plantearnos en qué podemos mejorar en nuestra práctica pedagógica en cada una de estas vías de actuación.
Incluir la historia y cultura del Pueblo Gitano en las clases nos concierne
El Ministerio de Educación, en colaboración del Grupo de Educación del Consejo Estatal del Pueblo Gitano, ha editado unos materiales muy útiles para facilitar el estudio de la historia y cultura del Pueblo Gitano en los centros educativos:
• AA.VV. (2020). Materiales didácticos sobre el pueblo gitano para Educación Primaria: https://www.libreria.educacion.gob.es/libro/materiales-didacticos-sobre-el-pueblo-gitano-para-educacion-primaria_180997/
• AA.VV. (2022). Materiales didácticos sobre Historia y Cultura del pueblo gitano para Educación Secundaria. Educación frente al Antigitanismo: https://www.educacionfpydeportes.gob.es/prensa/actualidad/2022/02/20220203-materialespueblogitano.html
• AA. VV. (2024). La historia y cultura del pueblo gitano. Breve guía de orientaciones para su inclusión en el marco curricular LOMLOE: https://www.libreria.educacion.gob.es/libro/la-historia-y-cultura-del-pueblo-gitano-breve-guia-de-orientaciones-para-su-inclusion-en-el-marco-curricular-lomloe_184546/
Por otra parte, la Asociación de Enseñantes con Gitanos ha elaborado la “Exposición Historia y cultura del Pueblo Gitano” (2021 y 2024), con diversos materiales para trabajar en las aulas: https://www.aecgit.org/exposicion/historia-y-cultura-del-pueblo-gitano.html
En cada uno de estas publicaciones, a su vez, se pueden encontrar numerosas referencias a otras publicaciones y enlaces de estudios, materiales didácticos y páginas web de entidades gitanas.
Tal como se señala en el documento de la Asociación de Enseñantes con Gitanos “600 años del Pueblo Gitano en España. Algunas fechas en el camino” (en prensa):
“Parafraseando lo que señalara Salomón Vargas en el prólogo del libro “Los gitanos herreros de Sevilla” (1982), antes de juzgar a un gitano debemos revisar nuestra propia mirada, y también conocer sus circunstancias y analizar en los rincones “de nuestro pasado y en el de ustedes”; pero, en cualquier caso, lo que no podemos perder de vista es que los hechos que ocurran en el futuro “dependen mucho de lo que hagamos todos ahora”.