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Pamplona recibió a varios centenares de expertos y expertas en formación profesional tanto de administraciones, representación del empresariado y centros educativos con el objetivo de analizar los retos que enfrenta la formación profesional desde que, con la nueva ley de FP se impuso la obligatoriedad de la dualidad, es decir, de pasar un alto porcentaje de los módulos en los centros de trabajo.
Sobre la base de dos estudios que han elaborado desde la Fundación, uno con expertos (realizado por Oriol Homs, quien participó en el propio Foro) y otro con encuestas con estudiantes para que dieran su opinión sobre qué puede mejorarse en este nuevo tipo de FP.
Durante los próximos tres años, la Fundación tiene previsto trabajar sobre estos retos con la idea de estudiar y ofrecer soluciones a estos retos.
En el Foro, impulsado por la Fundación Bertelsmann y la Confederación Empresarial Navarra (CEN), se celebraron sesiones plenarias para desgranar precisamente estos estudios así como escuchar a expertos de empresas y administración sobre las diferentes problemáticas. En el segundo día, cuatro grupos de trabajo, compuestos aleatoriamente por administración, centros y empresas, trataron de enumerar nuevos retos además de los que la organización había identificado (19 divididos en tres grupos: administración, empresas y centros
Retos como la formación del profesorado relacionada con la nueva ley de FP, la orientación de chicas y chicas a lo largo de su vida académica y desde edades tempranas, autonomía de los centros, la dificultad que los centros tienen para encontrar empresas en las que el alumnado pueda desarrollar sus prácticas -particularmente el alumnado de primero, que con 16 años tiene nula experiencia y solo tres semanas de estancia-, la relación entre los tutores de empresa y de centros para decidir qué contenidos se imparten en el instituto y cuáles en el centro de trabajo… La lista no es corta y, en ocasiones, cada reto parece enorme.
La idea era filtrar tres retos por grupo y luego, sobre cada uno, anotar las diferentes aristas o dificultades internas y la manera que se ha detectado en cada contexto para enfrentarlo. Es decir, buenas prácticas que hayan podido ayudar a encarar cada uno de ellos.

Retos detectados
Los centros educativos enfrentan varios retos clave en relación con la orientación, el liderazgo y la formación del profesorado. Uno de los principales desafíos es iniciar la orientación profesional desde edades tempranas, incluso en Primaria, con el apoyo de las familias y un conocimiento más profundo del entorno de la Formación Profesional (FP). Para ello, se propone dotar a los centros de mayores recursos, fomentar visitas a empresas de la zona y establecer una orientación continuada y contextualizada. Otro reto relevante es el liderazgo para el cambio: los equipos directivos necesitan una mejor comprensión de la Ley de FP y un calendario claro de objetivos y formación. Se sugiere crear redes de docentes líderes que impulsen la innovación y la actualización. Por último, la formación del profesorado se presenta como un eje crítico: la desmotivación y la falta de conocimiento del nuevo sistema requieren una formación más práctica, coordinada y contextualizada, tanto para tutores docentes como laborales, que permita conectar la realidad educativa con la empresarial.
En el ámbito de las empresas, los retos giran en torno a la orientación, la fidelización y la colaboración con el sistema educativo. El primer desafío es reorientar a distintos perfiles de alumnado: jóvenes fuera del sistema educativo, universitarios que abandonan sus estudios, personas con discapacidad o dificultades de aprendizaje, y adultos sin cualificación. Las soluciones pasan por desarrollar programas de recualificación, sistemas de acreditación de competencias y formación en orientación dentro de las propias empresas. Otro gran reto es fidelizar a las empresas en los programas de FP Dual, estableciendo vínculos duraderos con los centros y ofreciendo un acompañamiento continuo. Se propone preparar a los tutores de empresa, crear espacios de encuentro entre estos y los centros educativos, y fomentar la comunicación constante para generar confianza. Además, se destaca la necesidad de una orientación temprana global, con campañas de sensibilización y formación de orientadores desde la educación primaria para mejorar la percepción social de la FP.
Por su parte, la administración enfrenta el reto de fortalecer el acompañamiento a las empresas, especialmente a las pymes, para que se integren activamente en el nuevo modelo de FP. Se subraya la importancia de contar con figuras coordinadoras en los centros educativos que faciliten los trámites y apoyen a las empresas en los aspectos administrativos y formativos. Otro reto crucial es la actualización del currículo, que debe responder a las necesidades reales del tejido productivo y a las tendencias futuras. Para lograrlo, es esencial un flujo bidireccional de información entre las empresas, los formadores y los reguladores, garantizando una formación alineada con la demanda laboral.
Finalmente, la formación del profesorado y los tutores aparece como un elemento transversal. La administración debe establecer calendarios de formación continua que incluyan estancias en empresas, fomentando el intercambio de experiencias y la colaboración entre tutores académicos y laborales. Asimismo, se plantea la necesidad de revisar las condiciones laborales y administrativas para evitar rigideces y favorecer la cooperación entre distintos ministerios. Un problema urgente es la situación del alumnado sin documentación legal, que no puede ser dado de alta en las empresas, lo que crea un vacío formativo y laboral que requiere una solución normativa específica. En conjunto, los tres ámbitos —centros, empresas y administración— coinciden en que la clave del éxito radica en la colaboración, la orientación temprana y la formación continua.


