En los últimos años, el voto juvenil en España ha empezado a desplazarse hacia la derecha, un giro especialmente marcado entre los ultras. No es un fenómeno aislado: también lo vemos en Francia, Alemania o los Países Bajos. Pero en nuestro país adquiere matices propios. La mezcla de precariedad económica, bloqueo vital, desafección política y batalla cultural explica gran parte de este desplazamiento.