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La publicación del libro Un rêve d’enfant étoilé: comment la pâtisserie lui a sauvé la vie et l’a éduqué ([El sueño de un niño con estrella: cómo la pastelería le salvó la vida y lo educó], 2016), en el que narraba la historia real del reconocido pastelero Yazid Ichemrahen, que en ese momento contaba con apenas 25 años, sirvió para dar a conocer la resiliencia, perseverancia y determinación con la que había actuado desde hacía más de una década. Nacido en Épernay, de padres marroquíes, Ichemrahen creció en Chouilly con una familia de acogida, desde los dos hasta los diez años, después del abandono de su padre y la adicción al alcohol de su madre.
Después de pasar por diferentes hogares, descubrió la pastelería a los 14 años, con la complicidad de una de las familias de acogida, que le hacía partícipe en los quehaceres de la cocina en las celebraciones. Esa ilusión le llevó a buscar trabajos de aprendiz con diferentes chocolateros y pasteleros, y llegó a formarse en la prestigiosa escuela del chef Jöel Robuchon, reconocido en su momento por lucir más estrellas Michelin del mundo, hasta 28 en 26 restaurantes de doce ciudades de todo el mundo. A todos sus mentores, Ichemrahen siempre les hacía la misma pregunta: ¿qué hay que hacer para ser el mejor?
Esa determinación del joven era un reconocimiento implícito a las oportunidades que podría tener ante una capacitación profesional que le permitiera adquirir unos conocimientos y habilidades que le facilitaran desempeñar un trabajo concreto, aumentando su empleabilidad y dotándole de una potencial carrera laboral de éxito. Ese esfuerzo no solo mejoraría su confianza y autoestima, le estaba proporcionando una posibilidad de ascenso social teniendo en cuenta la situación precaria con la que había vivido desde siempre, acrecentada por los vaivenes de su madre, que no estaba en condiciones de preocuparse por él.
Este relato real de resiliencia y actitud encomiable y conmovedora a la vez, atrajo al productor Laurence Lascary por considerar que incluía unos valores dignos de mostrar siguiendo un proceso concreto: afán de superación, ascenso y éxito final. Aunque la idea inicial era encargarse él mismo, finalmente la dirección quedó en manos de Sébastien Tulard, un cineasta con gran experiencia en el sector (ha sido director de la segunda unidad en varias producciones importantes), pero que para él esta película representaría su primer largometraje. En las entrevistas, Tulard reconoce un cierto paralelismo con el protagonista de la historia: aunque en su caso no tenía problemas con su familia, sí que provenía de un entorno social modesto y sin contactos previos en el sector.
Y el resultado final es la película Repostero y chef (À la belle étoile, 2023), donde el título original se podría traducir como una expresión parecida a “al raso” o a la “intemperie”, evocando esta idea de que la ambición no tiene límite si estudias y trabajas con osadía y audacia. La película transcurre entre los 16 años del joven, mientras vivía en una residencia donde, aparentemente, está rodeado de compañeros problemáticos que contrastan con su responsabilidad y dedicación, hasta los 24 años, edad en la que gana el certamen mundial del mejor pastelero, en 2014, el más joven en ganarlo hasta la fecha. También incluye escenas en una edad infantil que nos permite observar el suplicio que suponía depender de una madre alcohólica (no queda explícito, pero todo ello podría tener relación con la muerte de su hermano pequeño, al menos vemos como él mismo es el que se tiene que preocupar de darle el biberón en una de las escenas, por ejemplo).
La película funciona como un trayecto de un instante a otro. Vemos sus inicios de aprendiz, aceptando todas las tareas que le encargan mientras aprovecha cualquier oportunidad para aprender y practicar, todo ello en contraste con las condiciones en las que vivía. Vemos imágenes en las que duerme en algún portal protegido de la lluvia por haber perdido el último tren, o como acaba durmiendo habitualmente en un saco de dormir en un parque próximo al restaurante donde trabaja para poder quedarse hasta tarde practicando. Esa evolución nos permite ver al protagonista en diferentes situaciones que van forjando su carácter, la determinación y proactividad en su quehacer diario, y su ambición de aprovechar cualquier oportunidad para aspirar a progresar a nivel personal y profesional, siempre en busca del reconocimiento y de la legitimidad de su propio estilo.
Curiosamente, el actor que interpreta a Yazid Ichemrahen es Riadh Belaïche, más conocido en las redes como Just Riadh, o Riadh. Este es su primer papel como protagonista, después de varias pequeñas colaboraciones en producciones más próximas a la comedia, más en consonancia con los vídeos por los que realmente se convirtió en alguien muy popular en Francia. Con más de cuatro millones y medio de seguidores en las redes, es un generador de contenidos desde la adolescencia (la revista Stratégies le otorgó el premio Influencer del año en 2022). Nacido en Argelia, acabaría dejando los estudios superiores para dedicarse íntegramente a generar vídeos para la plataforma Instagram.
De nuevo, se intuye otro paralelismo entre el actor y el personaje real. Los dos se aferraron a sus sueños y pasiones, y los dos tenían una gran capacidad artística y, a la vez, una gran capacidad técnica como resultado de la práctica y el estudio. “Tienes la idea de un video, lo escribes, lo filmas, lo editas, lo publicas y lo promocionas. Nada que ver con el cine”, decía el mismo Riadh en una de las entrevistas promocionales de la película, en un papel que ha resuelto de forma muy verosímil, tanto por la evolución en los años en que transcurre (de 16 a 24), como por la habilidad manifiesta en la cocina y en su obra (memorable la escena de escultura sobre un bloque de hielo en la final del campeonato), y más teniendo en cuenta que se trataba de un papel dramático.
La película acaba en 2014, pero ahora sabemos que Yazid Ichemrahen abrió una pastelería de alta gama en Avignon, a pesar de tener ofertas de los mejores hoteles del mundo tras ganar un galardón tan pretigioso. Más tarde abrió nuevas tiendas en París y, a nivel internacional, en Grecia, Suiza y Qatar, entre otros destinos. La pandemia del 2020 le enseñó la volatilidad y la fragilidad del éxito, al tener que parar su actividad de forma drástica, una experiencia que aprovechó para escribir su segundo libro, Créer pour survivre et vivre pour ne pas sombrer ([Crear para sobrevivir y vivir para no hundirse], 2023), donde, a diferencia del primero, insiste en esta ocasión en la importancia de mantenerse y no solo en llegar a lo más alto. En 2022 fue detenido acusado de simular un robo en su propia casa y estafar a la compañía de seguros. Ante las evidencias, reconoció que estaba pasando por un mal momento económico. Con la coincidencia, en 2023, de la publicación del libro y del estreno de la película y volver a tener un gran impacto publicitario, puede que sea un buen momento para aprovechar a educarse también en valores. Quizás la idea le sirva para un tercer libro en el futuro.