El pasado 21 de marzo, en nuestra casa salesiana de Estrecho, personal docente y orientador de varios colegios de Madrid pertenecientes al programa de Convivencia de ECM, pudieron conocer de primera mano el proyecto de ciberayudantes que desarrollamos con nuestro alumnado. Esta iniciativa, que involucra a estudiantes de FP Básica como «ciberayudantes» de alumnado de primaria, busca abordar la problemática del uso seguro y responsable de las TRIC.
La jornada permitió compartir experiencias y reafirmar la importancia de metodologías innovadoras que no solo transmiten conocimientos, sino que también fomenta valores y habilidades esenciales para la vida. En este contexto, emerge el aprendizaje-servicio (ApS) que se presenta como una metodología poderosa, capaz de unir la formación académica con el compromiso social. A partir de esta filosofía nace nuestro proyecto, integrando el aprendizaje con la responsabilidad de formar (o Ciudadanía) ciudadanas y ciudadanos digitales críticos y comprometidos con un mundo cada vez más digitalizado.

El aprendizaje-servicio: una metodología con propósito
El aprendizaje-servicio es una metodología educativa que combina la adquisición de conocimientos con la prestación de un servicio a la comunidad. Según la Red Española de Aprendizaje-Servicio, se trata de una propuesta pedagógica que permite que el alumnado aprenda mientras responde a necesidades reales del entorno. En el contexto de la formación profesional, el ApS cobra una especial relevancia, ya que permite a chicas y chicos aplicar sus competencias en escenarios reales, fortaleciendo su sentido de responsabilidad y su preparación para el mundo laboral.
El proyecto ciberayudantes: un caso de éxito
Uno de los proyectos más significativos dentro de nuestra comunidad educativa es el programa «Ayudantes TIC», en el que se enmarca el proyecto ciberayudantes, una iniciativa que busca fomentar el uso responsable de las Tecnologías de la Información y la Comunicación en las aulas. Desarrollado en primaria y en la FP de Grado Básico, este proyecto parte de la necesidad de generar conciencia sobre los riesgos digitales y promover valores de respeto, empatía y convivencia en el ámbito digital. A través de este programa, buscamos formar al alumnado de 16/17 años como líderes y mentores digitales, para guiar a las y los estudiantes más jóvenes (de 10 a 11 años) en el desarrollo de competencias digitales y cívicas.
El currículo del ciclo formativo de grado básico (CFGB) de Informática y Telecomunicaciones incluye formación en diversas áreas clave para el uso seguro de las TRIC, como:
- Identidad digital y huella digital: cómo afecta lo que publicamos en nuestra reputación.
- Netiquetas.
- Contraseñas seguras.
- Configuración segura de redes sociales y privacidad en dispositivos.
- Control del tiempo en pantalla. evitar la adicción a dispositivos electrónicos y videojuegos.
Por otro lado, desde el ámbito de Comunicación en Lengua Castellana y Sociedad, desarrollan a lo largo del curso diferentes competencias y habilidades que ponen en práctica en el momento de impartir las formaciones al alumnado mas pequeño:
- Habilidades para hablar en público y expresión oral.
- Lenguaje corporal y voz.
- Uso de ejemplos y anécdotas para captar la atención del público.
- Estructura de una presentación.
- Uso adecuado de diapositivas.
- Cómo mantener el interés del público.
- Creación de actividades atractivas.
A través de diversas fases formativas, el alumnado mayor ha actuado como formador de sus compañeros y compañeras más jóvenes, transmitiéndoles pautas para un uso seguro de Internet y las redes sociales. Esta estrategia en cascada refuerza la implicación de la comunidad educativa y empodera a las y los estudiantes, otorgándoles un rol activo en la mejora de la convivencia escolar.
Las fases del proyecto se estructuran de la siguiente manera:
- Formación del alumnado ayudante. Se les capacita en temas como respeto, privacidad, seguridad en redes sociales y habilidades de comunicación.
- Desarrollo de las sesiones formativas. El alumnado de FP Básica diseña y lleva a cabo talleres para el alumnado de primaria.
- Desarrollo de las charlas con el alumnado de primaria. El de FP Básica imparte las charlas al de primaria.
- Evaluación. Se realiza una evaluación continua del proyecto, incluyendo la autoevaluación, la coevaluación y la evaluación por parte de quienes la reciben la formación.

Convivencia como eje del proyecto
Con el proyecto Ciberayudantes, buscamos no solo capacitar en competencias digitales, sino también construir una comunidad educativa más cohesionada y positiva, en el que el alumnado mayor siente el orgullo de guiar a quienes son más pequeños, que encuentran en sus referentes mayores figuras de apoyo y orientación. Este proyecto refuerza el espíritu de comunidad educativa, donde cada miembro se siente parte activa de un entorno seguro y respetuoso, tanto dentro como fuera del ámbito digital.
De esta manera, el impacto del proyecto va mucho más allá del aula, convirtiéndose en un verdadero generador de convivencia en el centro. La relación que se establece entre el alumnado de FP Básica y el de primaria transforma por completo la dinámica escolar: el alumnado pequeño antes apenas conocía al mayor, ahora se saludan con entusiasmo en los pasillos y buscan su mirada cómplice cuando se cruzan en el patio. Durante las clases de Educación Física, no es raro ver cómo niñas y niños se acercan a sus “ciberayudantes” para compartir anécdotas o pedirles consejo, generando un ambiente de cercanía y confianza. Para el alumnado de FP Básica, este cambio supone un auténtico empoderamiento: de sentirse en un segundo plano dentro de la comunidad escolar, pasan a convertirse en personas referentes, admiradas, protagonistas del aprendizaje de las más pequeñas y piezas clave en la vida del centro.
La autoestima de estas personas jóvenes se fortalece al verse reconocidas, valoradas y útiles, lo que contribuye a su motivación y compromiso con el entorno educativo. Además, los lazos que se crea con niñas y niños de Primaria no solo mejoran el clima escolar, sino que refuerzan el sentido de pertenencia y la cohesión entre etapas, haciendo del colegio un espacio más unido, inclusivo y humano, donde cada alumno, cada alumna, tiene un papel significativo en la comunidad.
Mejorar la convivencia escolar no se trata sólo de establecer protocolos de actuación ante los conflictos, sino de apostar por la prevención y la creación de espacios donde el respeto, la empatía y la colaboración surjan de manera natural. Un proyecto como «Ayudantes TRIC» no solo instruye sobre el buen uso de las tecnologías, sino que también actúa como una herramienta de prevención, generando dinámicas de convivencia positiva entre el alumnado. Al fomentar el contacto y la interacción entre estudiantes de diferentes edades, se refuerzan los lazos de confianza y se establecen referentes cercanos que pueden detectar y frenar posibles situaciones de conflicto antes de que escalen.
Además, este proyecto no solo trabaja la prevención de conflictos en el ámbito escolar, sino que también incide en la prevención de riesgos digitales. A través de la formación y la sensibilización, el alumnado aprende a identificar situaciones de peligro en el entorno digital, como el ciberacoso, la suplantación de identidad o la difusión no consentida de información personal. Se les enseña la importancia de una ciudadanía digital responsable, promoviendo el uso ético de la tecnología y la necesidad de denunciar cualquier conducta inadecuada en la red. De esta manera, «Ayudantes TIC» no solo mejora la convivencia dentro del centro, sino que también dota a las y los estudiantes de herramientas para desenvolverse con seguridad en el mundo digital, fomentando un entorno más seguro tanto dentro como fuera de las aulas.
El encuentro del día 21 de marzo dejó una certeza clara: la educación no es solo un proceso de transmisión de conocimientos, sino una herramienta transformadora que forma ciudadanía capaz de mejorar su entorno. Desde la Formación Profesional hasta la educación primaria, proyectos como «Ayudantes TIC» evidencian el impacto positivo del Aprendizaje-Servicio, no solo como una metodología pedagógica, sino como un motor de cambio; es un generador de convivencia y empatía, un puente que acerca al alumnado a la vida real, haciéndole partícipes activos de su comunidad.
Quiero expresar mi más profundo agradecimiento al Programa de Convivencia de ECM y a todo el profesorado que, con su dedicación, hace posible iniciativas como esta. Porque, al final, en la vida solo perseguimos lo que pensamos que merece la pena, y si creemos que apostar por la convivencia, por la educación integral de nuestra juventud, por sus valores y su responsabilidad es el camino, conseguiremos, sin duda, enfrentarnos a cualquier gigante, al más puro estilo quijotesco, con la certeza de que cooperando podemos transformar la realidad.

