Se estrenó el pasado domingo 2 de octubre a las 20.00 en TVE1. Su share fue de un 5,2%, pero Poder canijo llevaba tiempo dando que hablar. Sobre todo entre el sector de los educadores con presencia en redes sociales que, no sin humor, vertían comentarios sobre el programa incluso antes de su primera emisión.
Basten como ejemplo solo un par de Twitter:
Maestra de Pueblo @maestradepueblo
Lo cierto es que el sector crítico, aunque ruidoso, no era el único. También había voces que cuestionaban a los contestatarios:
Mientras, la cuenta oficial del programa, @EducacionFtef sumaba 56.400 seguidores. Pero no solo en el entorno virtual, también en el físico, muchos eran los docentes que conocían de la existencia de Poder canijo antes de su primera emisión. Su lanzamiento se había anunciado a bombo y platillo e incluso, al más puro estilo MasterChef, se habían convocado a lo largo del pasado curso castings en Madrid, Barcelona, Valencia o Sevilla para buscar “a los docentes más innovadores de España para mostrar las metodologías más innovadoras que aplican en sus aulas”.
El objetivo, señalaban entonces desde Fundación Telefónica y TVE, sus artífices, era “reconocer el talento de los docentes y su contribución a la transformación del mundo educativo” dentro de un “programa de entretenimiento para toda la familia”.
En vistas del resultado, ¿es posible conjugar ambas aspiraciones? ¿Se han alcanzado las expectativas?
Sentamos ante sus televisores a un público diverso para conocer sus pareceres. Por un lado, tres personas que son, en principio, su audiencia potencial (una niña de siete años y dos docentes). Por otro, a un catedrático de Comunicación, una pedagoga y una crítica de televisión.
Esto es lo que vieron en un programa que, domingo a domingo, presentará cómo 32 docentes abordan su día a día en las aulas (con propuestas como tertulias dialógicas, educación emocional, robótica o realidad aumentada), experiencias que se presentan a través de vídeos en los propios centros de esos profesores y que se complementan con experimentos, un acercamiento al mundo de la ciencia y la tecnología para niños, humor a cargo de las mascotas Tikis y Mikis y las intervenciones de los niños en el plató (de 6 a 12 años) y de aquellos que, como en aquel Juego de niños con Xavier Sardà, han sido grabados en sus colegios preguntados por algún aspecto concreto (en algunos casos, se trata de los mismos niños).
Natalia, alumna de 2º de Primaria, 7 años
“Me ha parecido divertido. Me encantaron experimentos como el de la rueda y también me gustaron las bromas de los presentadores y los extraterrestres: se parecen un poco a los de ‘El hormiguero’, pero estos me gustan más, sobre todo cuando chocan las orejas. De lo que hacían los niños en sus coles me acuerdo del cohete que llenaban de agua y hacían volar o de cuando tenían un saco lleno de tierra y lo abrían para dejar escapar la tristeza. También, de cuando la profe les enseñó una caja con un espejo donde ponía ‘El mejor tesoro eres tú’. Me pareció muy gracioso cuando los niños sentados en sus bancos del cole contaban cómo roncaban sus padres y no podían dejar de reír. Si pudiese, volvería a verlo”.
Maestra de Pueblo. @maestradepueblo
“Creo que es un programa de entretenimiento con una pequeña parte en la que algunos docentes exponen experiencias educativas aisladas, pero para nada un programa sobre educación. Es un ‘mini-Hormiguero’ y, si no tienes nada que hacer un domingo por la tarde con tu familia, puede ser entretenido: tiene experimentos, tecnología, cosas curiosas… incluso sale algún maestro. Pero que no lo vendan como un programa que trata de poner en valor la innovación docente.
Igual que proliferan programas de cocina últimamente, parece que la educación vende y cada vez se habla más del tema (deberes, los mejores maestros de España, informe PISA, Finlandia…) pero no sé si la manera de abordarlo es la apropiada. La televisión es espectáculo y la educación es interesante, pero no espectacular. Se podría hacer un documental sobre las tendencias educativas que funcionan en España y en otros países, o ver el día a día y las dificultades de un docente en su labor, pero es mucho más espectacular ver a una persona normal cocinar un plato dificilísimo como si fuese un auténtico chef”.
Inma Contreras. Profesora de Dibujo en el IES Antonio Calvín,en Almagro (Ciudad Real)
“Existe una demanda real del colectivo docente de que se valore su trabajo, de que se difunda la educación: sus problemas, buenas prácticas, la dificultad de la gestión de los centros, la relación con las familias, el inmenso número de leyes educativas, la problemática social y su reflejo en las aulas… pero desde un punto de vista riguroso y respetuoso. Mostrar las diferentes metodologías que se usan en nuestras aulas me parece interesante, pues es una manera de dar a conocer desde dentro la cocina de la práctica docente y el cómo lo reciben los alumnos, y esta transparencia es muy necesaria para una sociedad que no siempre valora o entiende la diversidad de modos de trabajar en el aula en nuestros días.
Cuando se habla de que ‘el entretenimiento no está reñido con el respeto y la seriedad’ parece que quieren tomarnos el pelo: ¿Cómo sentir ese respeto si son las prácticas educativas lo que menos porcentaje de tiempo tiene en el programa? Por supuesto que los profesores que presentan sus prácticas lo harán con la mejor de sus voluntades y, probablemente, sea esto mismo lo que ha llevado a realizar este programa, cuya misión es ser escaparate de la innovación en educación. Pero plantear la educación como un espectáculo, como un entretenimiento y, por tanto, como algo inconsistente y vacuo, no es el mejor camino.
Si algo debo decir en su favor es que ha abierto una brecha para que se hable de la calidad de la educación y de las diferentes maneras de enseñar y aprender en este país, lo que es en sí toda una hazaña fuera de las redes”.
José Manuel Pérez Tornero. Catedrático de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Autónoma de Barcelona
“Es un programa positivo en general. Es un programa educativo sobre las escuelas… Debería haber más en la tele, de todos los géneros.
Visualiza, de alguna manera, la educación, la tarea de los profesores y profesoras, la imaginación pedagógica, la innovación… Algunos problemas: fiscaliza el cambio en un/a profesor/a, cuando los cambios serios son colectivos. Tiene algo de show, propio de la televisión, pero las clases pueden ser interesantes, nunca un show.
La presencia de niños es buena, pero tal vez debería ser más diversa, más realista (aunque esto es difícil en televisión). La implicación de las familias debería ser fundamental. Son clave en la educación. Y se necesita que comprendan bien qué pasa en los colegios.
Con la participación de los espectadores irá mejorando. Hay que volcarse en ello. A una televisión pública le corresponde liderar la televisión educativa. Hay que seguir. Esto es un paso más. Cualquier crítica constructiva puede enriquecer el programa y la programación”.
Amparo Escamilla. Pedagoga y experta en formación del profesorado
“Considero de gran valor que los medios de comunicación se ocupen de la educación y de lo que ocurre en los centros: sus proyectos, sus problemas, su metodología, su vida. Que hagan visibles las inquietudes y el trabajo que profesores, alumnos y familias están llevando a cabo. La escuela no puede ser siempre una fuente de la que se extraen solo noticias negativas, los medios han de dar voz a todo lo que ocurre allí, para equilibrar la visión.
Del programa, valoro el refuerzo al trabajo de profesores que buscan nuevas formas de aprender y enseñar, de captar la atención y favorecer la comprensión de los alumnos. También, el interés por la divulgación científica y técnica y alguna de sus aplicaciones (me parecieron reseñables las impresoras 3D y su materialización en prótesis para perros).
Pero creo que podría y debería mejorar. Por ejemplo, Juan y Medio debería mostrar un poco más de contención en algunos comentarios, que le prepararan los cierres de las experiencias de los profesores para que fueran menos improvisados y planos.
También debería cuidarse más la transmisión de la fundamentación pedagógica y didáctica de algunas experiencias, con un equipo técnico pedagógico, sin cargar aquí contenido, que entiendo que no es el momento ni el espacio. Por poner un ejemplo, en la experiencia de educación emocional se habló varias veces de emociones y sentimientos como si fueran lo mismo, y se dijo que era un proyecto piloto porque la educación emocional es algo nuevo. Esto no es así. En estos momentos hay miles de centros en España llevando a cabo experiencias en esta línea. Hay proyectos que se están aplicando desde hace más de 12 años. Esto es algo fácil de arreglar, y subrayo que la experiencia que mostraron me pareció bonita y valiosa”.
Mariola Cubells. Periodista y analista de televisión
“Es una buena idea, un programa blanco, que juega a complacer a todo el mundo. Creo que no va a mover nada educativamente hablando, pero tampoco creo que lo pretenda. Ante una realidad controvertida, con muchas aristas, nos devuelve una imagen edulcorada, pero no me parece un mal programa. Es más o menos entretenido, pretende conectar con todo tipo de público, es transversal, y se vale del tirón de los niños, muy apetecibles en televisión. No es un programa que pueda ofender, salvo a los profes que trabajan día a día enfrentándose contra todos los elementos, a los que les puede chirriar este mundo feliz que se pretende transmitir desde una tele pública, sin fracaso escolar, sin complejidades… Lanza una mirada amable sobre el mundo de la educación. Y no tiene más. No creo que persiga más.
Desde luego, innovador no es, con Juan y Medio, que lleva 20 años haciendo programas de niños, con todos los ingredientes que un híbrido como este: niños dicharacheros, que miran a cámara, momentos de documental, secciones de ciencia… Y educativo… quizá seudoeducativo, pero nada que ver con los programas divulgativos que tiene la BBC, el canal francés, la televisión alemana, que son minoritarios pero merecen de verdad enclavarse en ese epígrafe. Para nada, este no sería un programa de La 2 sobre educación, y la mirada, que pretende intentar colar contenidos a través del humor, quizá nos devuelve una imagen un poco distorsionada. Salvando todas las distancias, porque no hay nada dañino en él, me recuerda un poco a ‘Entre todos’, de Toñi Moreno, donde bajo el disfraz de la solidaridad y la caridad se ocultaba la realidad tremenda de la gente paupérrima en este país”.