César Bona es un maestro de un pueblo de Aragón de 1.500 habitantes. Tiene 45 años y lleva dos viajando por España, recorriendo colegios y universidades. Aprendiendo y escuchando a compañeras y compañeros, a niñas, niños, adolescentes. “Todo esto es un regalo, me siento privilegiado”, dice de sí.
Nos recibe en una salda de profesores del centros de formación Padre Piquer, un centro concertado de Madrid de uno de los barrios populares históricos de la capital, La Ventilla. Es una de las escuelas de las que habla en su segunto libro, Escuelas que cambian el mundo.
Tenemos 15 minutos para hablar con él antes de que comience la presentación del libro en un salón de actos abarrotado por 500 personas. El consejero de Educación de Madrid entre ellos. Al rededor del 70% del resto, docentes en activo y en potencia.
¿Cuántos coles has visitado en este tiempo?
En el libro recojo siete, pero no te puedo decir cuántos. Llego dos años viajando por coles, universidades para dar alguna conferencia, o porque ves un centro al que te puedes acercar para ver lo que hacen.. Pero en el libro hablo de siete.
¿Cuáles son los elementos más característicos o que destacan en ellos?
Sobre todo que se escucha a los niños y adolescentes. Que no es poco. Que se les escucha y se les invita a participar tanto en el centro como en la sociedad. Que se les invita a ser agentes de cambio.
Esto significa que cuando invitas a alguien, y digo invitar tres veces, cuando le muestras que su acción puede mejorar lo que tienen alrededor, que pueden ser ejemplo para otras personas, la sensacion que tienen es de que por fin sirven, que se les escucha, que por fin pueden cambiar algo.
¿El sistema educativo está capacitado para escuchar?
La gente habla del sistema, pero el sistema muchas veces lo conforman escuelas como esta (Centro de Formación Padre Piquer) y, sin darnos cuenta, los cambios vienen desde abajo. Es muy difícil seguramente crear un cambio desde arriba. El cambio se genera desde el lugar donde se hacen las cosas cada día. Y en ese sentido se están haciendo muchas cosas. Algunas incluso desde hace 40 años.
Creo que no depende solo de los maestros o solo de la administración, sino de toda la sociedad. Fíjate, todo el mundo habla ahora de que se necesita un cambio educativo, todo el mundo habla de educación, pero hay que preguntarse si estamos preparados para ese cambio.
¿Crees que no estamos preparados?
No, no digo que no estemos preparados. Yo me lo pregunto (risas). Me lo pregunto porque cualquier cambio que se hace en una escuela parece que es recibido con reticencias. Pero cualquier cambio que sucede fuera, dices “guau, qué valientes, qué decididos…”.
Queremos educar a nuestros niños como nosotros hemos sido educados. Y que no somos conscientes de que todo va evolucionando: comunicaciones, medicina… la educación ha de evolucionar.
¿Sometemos a nuestros jóvenes a la “tortura» a la que fuimos sometidos?
Todo esto (risas) lo dices tú… Entiendo que hay de todo. Que hay gente que lo vive una tortura cuando está estudiando. Yo no viví una tortura, salvo cuando me tocó matemáticas hasta que me las pude quitar. Era bastante malo en matemáticas. Y por más que insistían yo no podía mejorar en eso. Hasta que dije: Latín y Griego… y me encanta la lengua…
Sí es verdad que si miramos la educación con perspectiva, y vemos que existe fracaso escolar, pongamos medidas. Y si esas medidas son mirar las cosas que se están haciendo en España, que existen, qué mejor. Lo tienes cerca y están con las puertas abiertas para ser visitados.
¿Qué medidas podrían ser algunas de ellas?
Pues si partimos de lo práctico, de lo que está sucediendo, te he hablado antes de la participación. La participación de los chicos en el centro y en la sociedad, porque somos seres sociales. No podemos seguir pensando que la juventud sigue siendo un recipiente que nosotros tenemos que llenar, es mucho más. Si no, saldrán con conocimiento -ahora mismo el conocimiento se comparte, ya no lo sabes tú como maestro, la información está en todos sitios- y tenemos que hacerles entender que viven dentro de una sociedad y que sus gestos, sus palabras, van a influir en los demás.
Tienes que hacerles conscientes de que vivimos en un medio que tenemos que proteger. Mira lo que ha pasado estos días atrás con la contaminación en Madrid. Curiosamente la gente se ha enfadado porque miraba para dentro: “Es que yo no puedo coger el coche…” y no eran conscientes de lo importante que está siendo esto. Hay que hacerles conscientes de las cosas que tenemos que mejorar entre todos.Hay una frase bonita que leí que dice algo así como: “Yo no soy yo sin nosotros”.
También la formación es importante, pero, en estos años he conocido miles y miles de maestros que deseaban ser formados, que van a congresos viernes, sábado y domingo, y se tragan horas de educación. Necesitamos que en esa formación docente se incluya el compromiso social, por ejemplo. Hacernos conscientes de que el diálogo es la llave que abre todas las puertas. El diálogo con las familias, con los niños, el diálogo entre los niños. Cambiando una preposición basta.
La formación también ha de ir hacia la administración. Porque si no caminaremos por caminos separados, y por mucho que se formen los maestros, si la administración no está en la misma onda, va a ser difícil.
Estamos a unas semanas de que empiece la subcomisión del Congreso para hablar del pacto. ¿Tienes esperanzas en esto?
Sí… soy optimista.
¿Crees que desde arriba podrá hacerse algo?
Eso es lo que ocurre… que si se hace desde arriba tienen que escuchar a los de abajo. Escuchar a familias, a docentes y a niños y adolescentes. Es obligatorio escuchar a niños y adolescentes. Porque muchas veces pensamos en los niños y no como los niños. Una vez más, cambiamos la preposición y todo cambia.
Se nos olvida que son el centro, que no lo es el currícul0, que no son los maestros, que el centro es el niño y la niña. Cada paso para cambiar algo, hemos de pensar en eso.
Lo que ocurre si se hace solo desde arriba es que las ideologías pesan mucho y acortan la mirada, la visión. Y todos deberían pensar que cada palabra que digan en esas reuniones no solo les representa a ellos mismos, no solo a su partido, si no que representa a todos los españoles.
Hablas mucho de la importancia de las emociones en la escuela. ¿cuánta falta nos hacen?
Puedo hablarte de que según Hattie, que hizo un estudio sobr el tema, el factor que más influye en el éxito académico y no solo, lo comparten el autoconcepto y las expectativas que otros tienen de ti. Independientemente del lugar del que provengas. Eso deberíamos tenerlo en cuenta.
La autoestima es uno de los factores más importantes que hay para que te sientas bien, y si te sientes bien, funcionas. Si estás amargado en tu trabajo, no carburas. Si disfrutas, al día siguiente vas con más ganas. Es una rueda.
También dices que hay que hacer que los niños vayan felices a la escuela… ¿crees que no lo hacen?
No, no, es una sugerencia… Deberíamos hacer… hagamos… (risas).
Eres un hombre prudente…
Hombre claro… Si no, dirían que digo que los niños no van felices. Hay miles de niños que van felices y hay miles que no. y cuando hablo de felicidad, es una palabra importante. Pero es que es a donde tendemos todos, a intentar ser felices. Y eso nadie te lo puede negar.
Educar para la felicidad no significa que los niños estén pasándoselo pipa a todas horas, significa darles herramientas para que busquen la felicidad. Obviamente la felicidad completa no se tienen nunca. Pero que busquen estar bien, con ellos mismos y con la personas que les rodean.
Herramientas como respetarte a ti mismo, a los compañeros. Respetar a las diferencias, y aprender de ellas. Yo nunca voy a aprender de alguien que es igual que yo. Aprenderás de los diferentes. Entonces, la diferencia es un lujo.
Tener esa responsabilidad social… educar para la frustración, en la resiliencia… Y si preguntan ¿en qué materia la pongo? Quita materias y pon educar para la vida…
Si pudieras, ¿cómo reorganizarías el sistema educativo?
Volvería estudiar al niño, a ver cómo se comportan. Lo natural para ellos es mezclar edades, es ser curiosos, creativos, tienen imaginación instalada de serie. Eso es lo natural
Tengo una teoría, inventada; como viajo solo me invento teorías. Fuera de bromas, si un niño es curioso por naturaleza, si es imaginativo y creativo, aprovecha eso en el aula y en la vida.
¿Qué cambios haría? Pues los horarios, son muy inflexibles, con las materias… Se dice: “Esto siempre se ha hecho así”, pero las materias no educan para la vida. Me encantaría que me hubieran educado en economía doméstica, o en primeros auxilios, en teatro… porque he visto que, por ejemplo, el teatro ayuda a chicos tímidos a expresarse y que ayuda a socializar, a memorizar.
Muchas cosa, pero sobre todo, si realmente hablan de competencias, olvidemos las materias y eduquemos para la vida que es para lo que tiene que servir la escuela, y no para educar seres empleables, como dicen algunos. Seres íntegros y sociales.
¿Volverás a la escuela?
Sí, seguro. Fíjate si me siento privilegiado de estar viviendo cosas como esta, aprender de colegios como el Padre Piquer, aprender de otro cole que está en Galicia, otro en Málaga, otro en Perú… eso es un privilegio.
También lo es el poder compartir todo lo que estás aprendiendo. Eso no todo el mundo puede decirlo y me siento afortunado. Ojalá todos tuvieran la oportunidad de visitar otros coles, aunque sea por periodos cortos, una semana aquí, el año que viene otra semana allá. Y compartirlo. Volveré seguro porque es lo que más me gusta hacer. ¿Cuándo? No tardaré mucho, pero ahora mismo no.
Mañana estoy en Valencia en la Universidad. Fíjate si es bonito hablar a futuros maestros sobre la importancia de esta profesión. Y el viernes estuve en la Universidad de Málaga. Me siento privilegiado. Y pienso que todo esto son regalos.
Cuando vuelva, voy a volver cambiado. Espero que para bien.