Desgraciadamente, hasta que no tengamos la vacuna, la inmunidad no está totalmente garantizada. Mientras esto no ocurra, nos tendremos que adaptar a la situación porque si la formación ha de continuar ejerciéndose, debe ser con responsabilidad, con la higiene y la protección necesaria de las personas.
Entre todos y todas deberíamos velar para que el retorno a la normalidad se haga cumpliendo estrictamente las medidas de seguridad que establezcan las autoridades sanitarias, tanto para el alumnado como para todas las personas que trabajan en los centros educativos, formativos y las empresas. No comparto en absoluto la afirmación optimista del Consejero de la Generalitat catalana que declaró en una entrevista que en «los talleres de formación profesional será más fácil aplicar las medidas de distanciamiento social, casi lo podríamos aplicar mañana mismo.»1
La situación excepcional que estamos sufriendo hace que estemos en la obligación de formulamos unas cuantas preguntas previas relativas al retorno a las aulas:
Cuando el Gobierno autorice la apertura total de las empresas, ¿Cómo será la vuelta y reincorporación del alumnado en prácticas? ¿Progresiva y gradual? ¿En función de si las empresas son esenciales o no? ¿Se seguirá el mismo criterio del Gobierno central en el escalonamiento?¿La entrada y la salida en los centros educativos será flexible y gradual o todo el alumnado entrará a la misma hora creando grandes acumulaciones? ¿Cómo se prevé actualmente solucionarlo?
Tengo que decir que por parte de la administración hasta ahora se están dando instrucciones valiosas pensando mucho en el corto plazo, encaminadas a dotar de contenido a lo que queda de curso 2019-2020, de cómo evaluarlo y de cómo finalizar las prácticas ya iniciadas por el alumnado fijando un mínimo alcanzable, su sustitución y situaciones excepcionales que los equipos docentes deberán resolver en virtud de sus potestades otorgadas por la administración.
Entiendo que no estaría de más que a principio del próximo curso 2020-2021 se hiciera una evaluación inicial del alumnado con el fin de encontrar soluciones individualizadas a su progreso competencial. Deberíamos tomar una serie de medidas que nos ayudarían a afrontar la situación, os las presento a continuación.
Medidas relativas a la formación provisional en línea
• La brecha digital del alumnado:
Para no aumentar la desigualdad en el acceso al aprendizaje, es importante garantizar que los y las estudiantes tengan la igualdad de posibilidades en casa: ordenador, auriculares, micros, programas y conexión a Internet de alta velocidad. En caso contrario las administraciones públicas deberían proporcionárselos. Destacar también que el profesorado en situación precaria como los sustitutos y las sustitutas podría necesitar de un soporte similar. En Italia por citar un ejemplo, el alumnado y el profesorado dispone de un cheque anual para gastar en libros, ordenadores, software, a los docentes, ahora, les dan un plus por el teletrabajo.
En este sentido sería interesante tener en cuenta los consejos que da la Comisión Europea al respecto2 y de las cuales nos hemos hecho eco parcialmente, adaptándolas a nuestra realidad.
• Creación de Proyectos motivadores:
El reto para los centros educativos debe ser el de crear proyectos aplicando nuevas metodologías para poder interactuar y cooperar con los estudiantes telemáticamente, esto debería permitir al alumnado trabajar en situaciones y proyectos reales. Esto conlleva modificar el sistema de evaluación, la cual debe desarrollarse de una manera más creativa con preguntas, cuestionarios, etc que nos lleve a una evaluación más competencial como en los estudios secundarios.
• Reinvención de las prácticas de taller o laboratorio para hacerlas on-line
Otro gran reto es el de cómo asignar los diferentes tipos de tareas prácticas que puedan emprender en casa con la dificultad que ello conlleva. En la formación profesional hay ciclos formativos muy procedimentales, de oficios y con competencias profesionalizadoras que difícilmente son sustituibles o que se puedan trabajar bien a distancia. No obstante, se deberían considerar aquellos sectores donde el teletrabajo es posible y regular la posibilidad de hacer las FCT de forma no presencial, como la familia informática por citar un ejemplo.
• Recursos humanos y tecnológicos para afrontar la nueva situación
Tenemos suficiente profesorado para poder hacer un seguimiento individual del alumnado una o dos veces por semana? Están formados digitalmente? Tienen los docentes los recursos técnicos necesarios?
Medidas relativas a las prácticas en talleres o empresas
Actualmente tenemos un mayor problema con las prácticas en las empresas por el cierre de estas. Nos preocupa particularmente la situación de las empresas donde hacían o debían hacer las prácticas nuestro alumnado tanto de Formación en Centro de Trabajo (FCT) o de FP Dual. Quizá algunas habrán cerrado o están afectadas por EREs o ERTE.
Habrá que ver la predisposición que puedan tener las empresas para retomar las prácticas. Sería un gran error estratégico para el país no continuarlas si las medidas de seguridad lo permiten.
¿Los espacios para impartirlas son seguros en materia de salud? ¿El material compartido se desinfecta? ¿Se individualiza como en la construcción e industria? ¿En materia de riesgo laboral y sanitario se les equipará adecuadamente, respetando las distancias requeridas por la consejería de salud? ¿Y en aquellas profesiones que no sea posible, como se hará? ¿El alumnado y el resto de personal deberá ir con mascarilla y guantes? ¿Quién les facilita y hace la reposición, el centro, la Administración? ¿Se tendrá previsto esto? ¿Y las empresas que no tengan Comité, como haremos el seguimiento de la seguridad del alumnado en prácticas?
Se debe establecer un protocolo de seguridad que fije claramente la protección necesaria para la utilización de todo aquel material de taller compartido entre el alumnado y los diferentes turnos (desde los teclados de un ordenador hasta las cocinas de hostelería o herramientas de los talleres).
Medidas relativas a calendarios y espacio
Antes de publicar el calendario escolar del próximo curso académico se debería prever de manera excepcional una organización diferente de los espacios para poder cumplir con las medidas de distanciamiento social hasta que no se controle la pandemia.
Una medida que ayudaría a optimizar los espacios de los centros, si fuera necesario, sería la de establecer turnos de mañana-tarde o mixtos. Soy consciente de que esta posibilidad dificulta confeccionar el horario del centro, pero se debería tener en cuenta para bajar la densidad de las aulas y talleres. Esto es preferible a no poder abrir un Instituto porque no se puedan mantener las distancias de seguridad recomendadas por las autoridades sanitarias. Los módulos impartidos en un taller o laboratorio difícilmente pueden ser virtuales. Se deberían hacer desdoblamientos en todas las familias profesionales adecuándolos a la realidad espacial de cada centro.
Otra idea facilitadora sería la de hacer las sesiones de 45 minutos de duración para poder compactar horarios y liberar los espacios que faciliten más asignaciones horarias.
Entendemos que en la situación actual, más que nunca se debe hacer una bajada de ratios en todos los espacios comunes: aulas, talleres, laboratorios, comedores, etc para mantener el distanciamiento social recomendado. Es un gran reto que debe asumir toda la sociedad puesto que supondrá un coste económico y social considerable.
Jesús Martín Rivera, responsable de FP de UGT Educació de Catalunya