La distribución del alumnado en las aulas puede multiplicar o dividir por cinco el número de infecciones por coronavirus. Lo demuestra un estudio publicado por la Universidad canadiense de Waterloo, en Ontario (Canadá). La reducción de las ratios, así como una buena ventilación de las aulas o una exigente higiene, ya eran recomendaciones de los expertos para la vuelta a las clases. Este trabajo, sin embargo, demuestra hasta qué punto es importante la disminución de las ratios, tal y como pide buena parte de la comunidad educativa.
Los investigadores han analizado seis configuraciones diferentes de aulas en un hipotético centro de educación infantil con 50 niños y educadores, si bien aseguran que «los resultados también son relevantes para debates sobre la reapertura de las escuelas». Con un modelo matemático simularon las «predicciones sobre el riesgo de infección de coronavirus» en un aula con un ratio de 15 alumnos cpn dos docentes, a una de ocho con dos y una de siete con tres. Además, en todos los supuestos han añadido la variable de agrupar hermanos en el mismo aula.
Los resultados reflejan la importancia de reducir el número de niños por aula: «Las simulaciones revelan que la ratio de 7:3 con los hermanos juntos es la configuración con menos riesgo». En la otra cara de la moneda, «las aulas con más alumnado [15:2] experimentan de tres a cinco casos más de Covid-19», aseguran los autores del estudio. Incluso escriben que «las clases de este tamaño [15 alumnos] representan un riesgo tangible de brotes de coronavirus».
Por ello, el investigador jefe del estudio y profesor en la Facultad de Matemáticas de la Universidad de Waterloo, Chris Bauch, alerta: «Los responsables del tamaño de las clases de 30 alumnos deben reconfigurar inmediatamente sus planes de apertura de la escuela cambiando a modelos híbridos, como parte en persona y parte en línea «.
Los autores concluyen que «las aulas y los hogares producen tasas de infección mucho más altas que las zonas comunes». Por este hecho, las iniciativas para reducir el contacto entre aulas como los grupos burbuja, las entradas y salidas escalonadas, el uso de diferentes entradas o la limpieza constante sólo tienen un «modesto beneficio para reducir la propagación», ya que la clave es la distribución dentro de las clases y su ventilación.
Mantener las escuelas abiertas
Los científicos canadienses no sólo han calculado la transmisión de la Covid19 dependiendo de la configuración de las aulas, sino que han aprovechado el modelo matemático para calcular los días que las escuelas o guarderías deberían cerrar porque tienen brotes.
La lógica relación entre número de casos y brotes hace que, una vez más, las aulas más reducidas sean la mejor opción. El modelo calcula que el número de días perdidos con aulas cerradas «sería entre cinco y ocho veces superiores con la ratio de 15:2 que para las de 8:2 o 7:3».
En el peor escenario, ratio de 15:2 y asignación aleatoria sin agrupar hermanos, niñas y niños perderían, de manera acumulativa, entre 145 y 214 días, según una mejor o más desfavorable situación epidemiológica. De lo contrario, con ratio de 7:3 y hermanos en las mismas clases, esta pérdida sería de entre 13 y 16 días. Los datos, creen los expertos de la universidad canadiense, «aclaran aún más la necesidad de clases más pequeñas y de la agrupación entre hermanos como medida preventiva».
Con todo, los autores de la investigación avisan de que no han tenido en cuenta variables de riesgo en función de determinantes sociales o de salud como, por ejemplo, la clase social, la etnia o el riesgo vecinal, que «se está mostrando que hacen variar claramente el riesgo de sufrir Covid-19». Además, reconocen que el estudio no ha pasado todavía por la fase de revisión por pares, necesaria para validar cualquier estudio. Con todo, han publicado los resultados para «ayudar a aconsejar a Canadá en la lucha contra la Covid-19».
«Los resultados del modelo ilustran que a más estudiantes en una clase, más probable es que uno de ellos se infecte, y en consecuencia es más probable que el aula se cierre», abrevia el profesor Bauch. Añade que «cuantos más alumnos tiene una clase cerrada, a más alumnado afecta la problemática».
El equipo investigador añade una razón más para que los responsables políticos y educativos reduzcan las ratios: «La distancia social y la higiene en las aulas sólo es factible con menos niños en las aulas. Es improbable que las aulas con 15 o más niños proporcionen a los jóvenes el espacio necesario para distanciarse físicamente», recuerdan.