Parecía que estaba todo preparado durante el mes de julio. Las direcciones de los institutos de Galicia no tenían, de alguna manera, un gran trabajo que hacer en relación a la colocación del alumnado para este curso. El anterior equipo de la Conselleria había asumido una recomendación de la ONU de mantener un metro de distancia entre estudiantes en las aulas. De esta manera, no había que hacer ningún cambio excepcional.
Los sindicatos llevan semanas criticando esta y otras medidas del protocolo para comenzar las clases en la Comunidad, ya que entienden que no son seguras ni para el estudiantado, ni para el profesorado ni para la comunidad educativa en general. De hecho, empezaron septiembre con movilizaciones de protesta y tienen convocada una huelga para el inicio de curso.
La decisión final de retrasar el inicio en la educación secundaria, obligatoria y postobligatoria, en realidad, ha venido determinada por la firma, el 27 de agosto, del acuerdo entre Ministerio y CCAA en la Coferencia Sectorial que indica (y obliga) a una separación de 1,5 metros entre estudiantes. Las direcciones de los institutos y de los centros concertados llevan desde entonces intentando cuadrar un círculo que es demasiado pequeño.
Tan pequeño que, como en otras comunidades y etapas educativas, aun utilizando espacios comunes de los centros, chicas y chicos siguen sin caber. A lo que se suma que las direcciones habían solicitado un aumento de las plantillas para poder hacer frente a la reducción del tamaño de los grupos de secundaria. Unas solicitudes que todavía no tienen respuesta por parte de la Administración.
De esta manera, desde la Conselleria de Educación se ha tomado la decisión de atrasar una semana, hasta el 23 de septiembre, el inicio escolonado (llevará tres días hacerlo) en ESO, bachillerato y formación profesional. Sobre la mesa, la duda de qué pasará con las peticiones de más personal que habían hecho los institutos. Los sindicatos reclaman que esas incorporaciones se hagan en la fecha prevista, es decir, dede el 16 de septiembre, para que lleguen antes que el alumnado. Pero no se sabe qué pasará con esto.
A esto hay que añadir que el equipo de Educación tenía previsto que los centros en los que no se pudiese cumplir con el metro y medio de distancia y no tuvieran espacio suficiente para los desdobles, siguieran con la norma de un metro entre alumnos, con la colocación de mamparas entre ellos o bien, a base de semipresencialidad, enviando a la mitad de chicas y chicos a casa a seguir las clases por streaming. Según informan los sindicatos, de esto no se ha aclarado nada en la reunión que han mantenido con Manuel Vila, secertario general técnico de Educación.
Según CIG-Ensino, la semipresencialidad se está estudiando desde la Administración, para las etapas no obligatorias que comienza a partir del 23, aunque no se descarta que haya que asumirla en algunos de los cursos de la ESO.
Los sindicatos critican a la Conselleria que tome las decisiones de planificación del inicio de curso sin tener en cuenta cuestiones relacionadas con la salud o la seguridad en los centros educativos, sino con el único criterio de ahorrar costes de personal para atender a posibles desdobles de aulas.