Las materias que en su momento José Ignacio Wert aseguró que distraían al alumnado del conocimiento importante (léase mates y lengua), parece que van a recuperar, de alguna manera, la importancia que tuvieron hace años. Al menos así se deduce de algunas de las enmiendas que ha presentado PSOE y Unidas Podemos al texto de la Lomloe, ahora mismo en trámite parlamentario.
Entre los objetivos, que en primaria recupere el espacio que la Lomce les quitó, para tener el peso de asignaturas como Lengua y Matemáticas y que no se vean relegadas a asignaturas de áreas específicas. Y como horizonte de las enmiendas, que durante los seis cursos de primaria el alumnado pueda adquirir conocimientos procedentes de Educación Plástica y Visual, por un lado, y/o de Música y Danza, por otro.
En la ESO, las enmiendas al proyecto de ley pretenden asegurar que todo el alumnado pase por, al menos, alguna de las materias artísticas (Música y Educación Plástica, Visual y Audiovisual), durante 1º, 2º y 3º de la ESO. Actualmente, se cursan en 1º y 2º para, después, en 4º, pasar a ser una materia elegible.
Inmaculada Contreras es profesora de Dibujo en un instituto andaluz. Para ella, en principio, cualquier modificación de la ley que le dé más peso a estas enseñanzas, aumentando su carga a lo largo de los cursos además de a horaria, es algo positivo. Aún así, se muestra escéptica. «Hasta que no lo vea…».
Contretas comenta cómo desde el año 92 está escuchando que las enseñanzas artísticas llegarían a la primaria sin que lo hayan hecho realmente y viendo cómo con cada nueva reforma educativa el peso que tenían en el currículo común iba diluyéndose en las «cosas importantes».
«Ninguna confianza», así lo ve Pablo del Pozo, profesor de Música en el IES Antonio de la Torre, en el Puerto de Santa María, Cádiz. Entiende que si finalmente la Religión sale del horario lectivo, habrá una hora más que puedan utilizar pero «hay muchas materias en la cola», asegura, como Filosofía.
En cualquier caso, con las dos horas actuales a la semana, Contreras asegura que se pueden hacer cosas con cierta dignidad, pero que tres horas sería perfecto para poder hacer desarrollos más interesantes. El siguiente escollo está en que, según las enmiendas a la Lomloe, la carga horaria estará en manos de las comunidades autónomas.
«Los de Música y Plástica, asegura Inmaculada Contreras, tememos cualquier reforma», porque siempre han sido el comodín para sacar más horas para otras materias. Tan solo la Logse, afirma Del Pozo, se preocupó, sobre el papel, del desarrollo de estas materias. Pero nunca tuvo el presupuesto necesario para su desarrollo real.
Otros problemas
Las artísticas, además de haber perdido peso con las reformas educativas tienen más problemas. Uno de ellos, como no podía ser de otra manera, son los currículos «sobredimensionados y hechos con poco criterio», comenta Contreras, que generan, como a casi cualquier docente, esa angustia habitual de no poder llegar hasta el final para el mes de mayo o junio.
Para esta profesora, habría que basar estos contenidos de verdad, en las competencias. «Prefiero poco pero bien aprendido», sostiene. Además deberían ser unos curriculos en los que hubieran participado docentes que están realizando su labor en las aulas hoy por hoy, con contacto directo con chicas y chicos, con conocimiento de lo que pueden hacer con ratios de 30 alumnos o siendo quienes no tienen derecho a, por ejemplo, tener codocencia como otros compañeros. Y ejemplifica con la última de las modificaciones legislativas, que envió el contenido de 3º de la ESO al alumnado de 2º cuando se decidió que en ese año no era necesaria la asignatura. Sin tener en cuenta la madurez del alumnado de 2º frente al de 3º.
Algo similar dice Del Pozo. Los contenidos, más allá de que sean inabarcables, están situados incorrectamente en los diferentes cursos. Y no solo eso, también los ve excesivamente eurocéntricos, de manera que la historia de la música tiene la mirada demasiado puesta en Europa, obviando otras músicas del mundo. Aunque cree que, aun con todos los problemas que arrastra su materia, es posiblemente la única oportunidad de muchos alumnos de acercarse a compositores como Mozart.
Este profesor de Música también cree que la Música (como otras materias artísticas) «son las más interdisciplinares; si hablamos de competencias de verdad se hace trabajo en grupo, se tocan diferentes ‘palos’, son perfectas para la educación emocional…».
Ambos coinciden, además, que las ratios, al menos en secundaria, rondando los 30 chicos y chicas, no ayudan en absoluto a sus materias (y a ninguna seguramente).
De fondo, como suele pasar, se encuentra el concepto que cada quien tiene de la educación. Si como herramienta para la formación integral de las personas o como pieza útil para alcanzar un puesto de trabajo más adelante.
Y ahora, en la educación Covid, Del Pozo describe las dificultades que tiene: «No podemos tocar ningún instrumento, ni cantar, ni bailar. Nos centramos en historia de la Música y poco más».