Hace unas pocas semanas el Ministerio de Educación y FP publicó las últimas estadísticas oficiales, correspondientes al curso 2018-2019. Contienen prácticamente toda la información del sistema educativo, desde las unidades de cada red al dato del abandono escolar temprano pasando por la contratación y financiación del profesorado de todo el sistema.
La inversión en educación, todo lo que las administraciones, sean o no educativas, sean autonómicas, locales o generales, invierten en educación no había recuperado la inversión que se hiciera en 2008. Entonces el total fue de 51.122.863.000 euros. En 2018 fue de 50.480.116.000, es decir, un 1,4% menos. En este tiempo todas las inversiones en educación han ido creciendo desde los peores momentos de la crisis de 2008, especialmente crudos a partir de 2012.
Pero esta caída no se ha vivido de igual manera en todos los espectros de la educación. Mientras que el gasto público general ha descendido 642.747.000 euros, la inversión de las administraciones en conciertos y subvenciones a los centros privados ha aumentado en 920.746.300 de euros. Ha pasado de ser alrededor de 5.400 millones a 6.339. En esta década, esta cifra ha sufrido algunos vaivenes importantes, empezando por la caída de unos 90 millones en 2010 y otros 74 en 2012. La primera con el útlimo Gobierno socialista y la segunda con el primero de Mariano Rajoy. De hecho, al año siguiente, en 2013, de implantación de la Lomce, la inversión en entros privados volvió a bajar casi 50 millones más. Desde entonces no ha hecho más que recuperarse hasta superar la inversión de 2008 y, sobre todo, de 2009, año en el que fue más alta en la serie hasta 2016, con 5.891 millones.
El caso es que en 2014 ya recuperó 117 millones de euros y para el año siguiente, otros 149 millones, de manera que en 2015 ya había superado con creces los recortes iniciales. Desde entonces, ha aumentado la inversión pública en conciertos y subvenciones otros 442 millones.
En los gráficos siguientes pueden apreciarse las variaciones en la inversión en cada comunidad autónoma, también del Ministerio de Educación. Las cifras están representadas en miles de euros.
En este mismo periodo de tiempo, las administraciones educativas, también después de importantísimos recortes en el sistema público, han ido devolviendo sus inversiones, pero lo han hecho a un ritmo más lento que en relación a la educación concertada. De hecho, el global no ha alcanzado las cifras de 2008.
De las 17 comunidades autónomas, además del Ministerio, siete administraciones estaban todavía por debajo de su inversión en 2008. La Comunidad de Madrid (53 millones); el Ministerio de Educación (501 millones); Galicia (algo más de 100 millones); Castilla y León (145 millones); Castilla-La Mancha (240 millones); Canarias (44 millones) y Asturias (cerca de 120 millones).
Las cinco comunidades que más inversión dedican a la educación privada son Cataluña, Comunidad de Madrid, Andalucía, País Vasco y Valencia. Todas ellas han tenido crecimientos de la inverión en la red concertada superiores al 10%, y entre todas ellas destaca Madrid, con un aumento del 25%, según las estadísticas del Ministerio de Educación.
Lo más llamativo de este importante aumento es que sus inversiones en educación, en general, han sido muy inferiores, cuando no ha habido decrecimiento. De esta manera, cuando Andalucía ha aumentado 660 millones la inversión, un 8,9%, su subida en la privada ha sido del 11%. Cataluña le ha dedicado a la educación un 1,5% más que en 2008; a los conciertos, sin embargo ha decidido dedicarle el 15% más. El caso más llamativo, sin duda, el de Madrid. Esta comunidad tuvo en 2018 una inversión de 53 millones menos, el 1% menos que en 2008. A pesar de ello, el aumento hacia la concertada ha sido de 252 millones, el 25%.
Valencia por su parte ha aumentado su inversión general el 0,5%, 23,7 millones. Para la educación privada ese aumento ha sido del 10,5%, lo que se traduce en 72 millones de euros. Mientras que País Vasco aumentó su inversión el 5% (161 millones) a la privada le dedicó 92 millones, es decir, un 13% más que hace una década.
Alumnado, unidades, profesorado
Para intentar entender mejor la evolución de estos datos, además del total de la inversión realizada por las administraciones, hemos querido mirar la variación en el número de estudiantes tanto en la red pública como en la privada, así como en las unidades escolares de cada una de ellas y, finalmente, el profesorado adscrito a cada una de las dos redes.
En la siguiente gráfica puede apreciarse la variación de alumnado matriculado en centros educativos públicos, en total y por comunidades autónomas, entre 2008 y 2018.
Y en esta, la variación del alumnado matriculado en centros concertados durante el mismo periodo de tiempo.
El alumnado de la educación pública ha crecido algo más de medio millón, desde los 5.008.214 de 2008 hasta los 5.514.746 de 2018, un 9,2%. La educación privada, por su parte ha pasado de 2.435.411 a 2.702.916, es decir, 266.500 más, el 9.9%. Un crecimiento parecido, a favor de la privada que, de nuevo, contrasta con algunos de los crecimientos inversores de las comunidades.
En esta década también se han producido aumentos de las unidades escolares tanto públicas como privadas, desde la educación infantil hasta la secundatia obligatoria. También con ciertas diferencias interesantes.
En educación infantil, según los datos del Ministerio de Educación, ha habido un mayor aumento de unidades privadas que públicas. El total ha pasado de 90.226 a 99.976. De este aumento, 5.697 corresponden a centros privados y 4.056 a públicos.
En educación primaria el crecimiento ha sido de algo menos de 7.800 unidades. La mayor parte, públicas, 4.745 frente a las 3.045 privadas, aunque el aumento, porcentualmente, ha sido más importante en estas últimas que en las primeras (del 8 y el 5% respectivamente).
Finalmente, en la educación secundaria obligatoria también ha habido crecimiento de unidades en esta década. Algo más de 3.000 en total. Más en la privada (1.551 frente a 1.452). Nuevamente, el contraste con los crecimientos presupuestarios en ambas redes aparecen.
La evolución en el número de docentes en ambas redes tampoco ha sido paralela a lo que podría haberse esperado. En esta gráfica pueden verse los cambios producidos en el total del profesorado (de la pública y la privada) a lo largo de la década:
Pero al igual que en otros puntos, la evolución no ha sido la misma entre la pública y la privada. De hecho, en la primera el profesorado aumentó en 23.187 efectivos entre 2008 y 2018. El de la privada lo hizo en 26.617. Un aumento mayor, prácticamente de 3.500 docentes más para un periodo en el que el sistema público asumió a 500.000 estudiantes más, mientras que el privado y concertado absorbió a 270.000.
En las siguientes tablas se puede comprobar cuál ha sido la variación entre las dos redes a la hora de superar la última década de crisis económica. En la mayor parte de los casos el profesorado de la escuela pública ha crecido con respecto al que había en 2008. Tan solo en Canarias, Castilla y León, Castilla-La Mancha y Navarra esa cifra ha descendido. En tres de las cuatro lo ha hecho moderadamente, salvo en la última, Navarra, en donde el descenso es de casi el 14% entre ambas fechas.
Más complejo es lo ocurrido en los centros privados. Aquí el aumento de plazas ha sido bastante mayor. Tan solo en Castilla y León ha descendido, de manera similar a como lo ha hecho en la pública. Pero en varias comunidades ese crecimiento ha sido superior al 20%, algo que en ningún caso ha ocurrido en los centros públicos.
De hecho, en la Región de Murcia el profesorado de la privada crece un 36% mientras que el de la pública lo hace un 0,34%. O en Castilla-La Mancha, comunidad en la que el profesorado de la concertada aumenta más del 22% mientras que el de la pública ha decrecido el 1,19%.
Efectivamente, la red concertada necesita una revisión de los conciertos educativos que pueda acercar su financiación hacia la posibilidad de la gratuidad total de sus centros. La inversión de las administraciones educativas en la concertada costea principalmente el coste salarial de los colegios, dejando en buena medida fuera otros costes como los de mantenimiento o consumos como los de la luz y el agua.
Aún así, repasando las cifras disponibles de los últimos diez años, ha habido una apuesta clara por parte de la práctica totalidad de las administraciones educativas autonómicas (da igual su signo político) por apoyar más decididamente a la red privada concertada que a la pública.