Creating Original Opera, el proyecto precursor de LÓVA, llega desde Estados Unidos a España de la mano de Mary Ruth McGinn con el apoyo de la Fundación Fullbright y gracias a la intervención de Pedro Sarmiento, que buscaba aportar nuevos enfoques al proyecto pedagógico del Teatro Real. Así, en el curso 2007-2008, seis docentes inician el proyecto en tres colegios públicos de la Comunidad de Madrid. En el verano de 2009 se realiza por primera vez en el Teatro Real el curso LÓVA, que se ha convocado anual e interrumpidamente desde entonces. Más tarde se gestaron alianzas con otros teatros y consejerías de educación y la formación LÓVA se ha realizado en el Palau de les Arts de Valencia, en el Teatro Jofre de Ferrol, en el Auditorio Guadalupe de Murcia o en la sede de la Institución Libre de Enseñanza.
Desde entonces, como se explica en la web proyectolova.es, 11.000 niñas y niños han estrenado ya más de 500 óperas en 16 comunidades autónomas.
Lo que empezó como un pequeño cascarón es hoy, en palabras de Pedro, “un elegante bajel que surca sin miedo aguas ignotas siempre hermosas y sorprendentes”.
Esos más de 400 docentes formados son los que han dado lugar a que su clase se convierta en una compañía de ópera y, durante un curso entero y en horario escolar, cree y represente para toda la comunidad educativa de su centro una ópera original.
Esto, que se dice pronto, es en lo que consiste el proyecto LÓVA, (La Ópera, un Vehículo de Aprendizaje), ese barco en el que Pedro “ha sido feliz, fregando la cubierta, cocinando, escribiendo el cuaderno de bitácora o proponiendo nuevos rumbos”. Para él, coordinar LÓVA ha sido tan fácil (¿fácil?) como subirse en una tabla de surf y dejarse llevar por el empuje de esos cientos de profesores y profesoras que en sus colegios, al comienzo de curso, proponen a su alumnado hacer una ópera.
En LÓVA, desde el primer día, profesores y alumnos se ven abocados a una aventura de la que desconocen casi todo. Tendrán que transformar lo que muchas veces es un simple grupo en un verdadero equipo, aprender y distribuirse las diversas profesiones que integran una compañía de ópera, buscar el tema que les importa y del que quieren hablar al mundo en su obra, crearla desde cero y representarla ante el público.
Lo que a Pedro le parecía maravilloso y por lo que se sentía privilegiado y agradecido era ver la confianza del profesorado depositada en la capacidad de los niños y las niñas para hacer lo que a muchos les parece imposible. Disfrutaba sentándose con los docentes al final del teatro, mientras la compañía, sola, formada únicamente por niñas y niños, representaba su obra en el escenario.
El proyecto LÓVA, con una solidez contrastada gracias a sus 13 años de experiencia, favorece una integración curricular y un desarrollo de competencias clave, más allá de su proyección artística. Diseñado para educación primaria, se realiza también en secundaria, bachillerato y en otros ámbitos fuera de la enseñanza reglada. Es un proyecto educativo integral en el que el arte, las emociones y el trabajo en equipo favorecen un aprendizaje real y un crecimiento personal.
“Hacer del aprendizaje una experiencia apasionante e inolvidable, ¿no es ese el sueño de cualquier docente?”, se preguntaba Pedro. “¿Qué mejor medio para realizar ese sueño que proponer a la clase un gran reto que solo se pueda superar en un proceso colectivo de trabajo?”. Y sentenciaba: “Esto es LÓVA”.
Cada compañía y cada creación son únicas y, aun siguiendo un esquema muy bien estructurado, las condiciones del grupo y la iniciativa del profesorado aportan nuevos elementos que enriquecen LÓVA año tras año.
Cada niña y cada niño puede encontrar su lugar haciendo LÓVA, aquel trabajo que le satisface en la compañía, en el que sentirse experto, valorado, necesario y responsable. Un lujo que muchos niños y adultos jamás disfrutan. Esta era una de las cosas que más valoraba y emocionaba a Pedro del proyecto.
Nos decía Pedro Sarmiento a menudo que coordinar el proyecto LÓVA era para él una gran suerte y un motivo de agradecimiento y que su tarea consistía en acompañar con amor toda la energía que los y las docentes en el aula le ponen al proyecto. Mucho amor ha puesto él en esa gestión, y mucha inteligencia, para que hoy, todos los que lo hemos conocido sintamos tan profundamente su partida. Ha sido hermoso hacer con él esta travesía por la Educación y seguiremos el viaje, que seguramente estará cargado, como auguraba, de nuevos descubrimientos.