La radiografía es compleja. España tiene, desde hace décadas, un elevado porcentaje de personas en riesgo de exclusión social o de pobreza. Año tras año se repiten, prácticamente, las mismas cifras, aunque en momentos de crisis económica, las cosas empeoran, y mucho, para muchas personas. Que la infancia está en mayor riesgo es algo sabido también desde hace muchos años, pero parece que las políticas que se ponen sobre la mesa son insuficientes para hacer frente a estas situación.
Uno de los factores clave para estar en situación de pobreza severa es ser menor de edad. Tener hijos, contábamos ya hace cuatro años, es arriesgarse a ser pobre. Y si un hogar es pobre, quienes más lo acaban notando con las y los menores, que poco o nada pueden hacer para atajar la situación.
En el último informe de EAPN música y letra vuelven a repetirse en muchos sentidos. Los porcentajes de personas en situaciones más complicadas y vulnerables siguen ahí. Y aumentan. La dificultad para llegar a final de mes, para hacer frente a los pagos regulares, la obligación de decidir si se paga la luz o se compra comida… Es una larga y aterradora lista de ítems. Quienes más lo sufren, quienes tienen menos de 18 años.
La pobreza es cosa de jóvenes
Con estas palabras definía Juan Carlos Llano, responsable del estudio de EAPN, la situación. El 9,5% de la población en España se encuentra en situación de pobreza severa. Pero no es una fotografía del todo real, puesto que los últimos datos oficiales datan de 2019, antes del estallido de la pandemia. Habrá que esperar hasta el año 2022 para conocer el impacto real de la Covid-19 en las vidas de quienes viviemos en España.
En cualquier caso, y con las cifras que tenemos, el 14,1% de las y los jóvenes menores de 18 años se encuentra en situación de pobreza severa. Si se baja a quienes tienen menos de 16, todavía es un poco mayor el problema, puesto que el porcentaje es del 14,2.
Efectivamente, tener hijos al cargo supone, a veces, una carga económica que resulta imposible de mover. El 12% de los hogares con menores está dentro de la pobreza severa. Un porcentaje que contrasta con el de los hogares sin menores, que es del 7%. Y, claro, cuantos más hijos e hijas, peor. El 27,3% de las familias numerosas están en esta circunstancia que, en muchos casos, no es temporal sino que termina por cronificarse. A estos datos también se sumaría la situación de los hogares monoparentales, en su mayoría formados por una mujer. El 18,7% de ellos está en la pobreza severa, aunque su situación ha mejorado con respecto a 2014, año en el que eran el 27,5%.
Verdadera aporofobia
Esta es la definición que para Carlos Susías, presidente de EAPN, de la acción de determinadas administraciones y grupos de funcionarios. Así cerraba la rueda de prensa de presentación de este segundo informe de la Red.
Y lo hacía por un motivo claro. El perfil de las personas que se encuentran en situación de pobreza severa no es ese según el cual parece que «los pobres son culpables e intengan engañar» a las administraciones para vivier de ayudas públicas. «Es verdadera aporofobia», aseguraba; «violencia administrativa».
Susías comentaba esto tras publicar algunos datos que hablan de porcentajes muy elevados de personas en pobreza extrema que han superada la ESO (28.7%) incluso la postobligatoria (24,3) y que, hasta en un 18% tienen estudios superiores. O el todavía más duro 27,5% que tienen un trabajo y aún así son pobres.
En este sentido, desde la Red exigen que la percepción de ayudas como el Ingreso Mínimo Vital no supongan la pérdida de otras de carácter autonómico; que, además, se agilicen los trámites y se elimine la burocratización que ha provocado que elI IMV sea percibido por un tercio de las personas que, inicialmente, había calculado el Gobierno que lo recibirían. PAra Susías esta situación se debe a que las administraciones ponen mucho más esfuerzos en fiscalizar cada euro que se entrega que en intentar solucionar las situaciones de pobreza y exclusión social. «Hay que tener controles, ha dicho, «pero lo primero es solucionar la situación de las perosnas».
A estas situaciones, además, se viene a sumar la importante diferenciación territorial de la pobreza severa. Geográficamente, la pobreza severa está en el sur, con la excepción de Asturias (12,2%). Canarias (16,7), Valencia (13,4), Extremadura (11,7), Andalucía (11,6) y Murcia (11,2) son las comunidades que más pobreza severa acumulan en 2020