La gran mayoría de los científicos del mundo, están de acuerdo en afirmar, que el cambio climático está cerniendo sobre la humanidad un futuro nada propicio a la continuación de la civilización occidental tal y como la conocemos.
“Según el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) los científicos están observando cambios en el clima de la Tierra en todas las regiones y en el sistema climático en su conjunto. Muchos de los cambios observados en el clima no tienen precedentes en miles, ni en centenares de miles de años, y algunos de los cambios que ya se están produciendo, como el aumento continuo del nivel del mar, no se podrán revertir hasta dentro de milenios.” [1].
Pero todavía es posible, si no invertir el cambio, al menos limitar su alcance:
“Una reducción sustancial y sostenida de las emisiones de dióxido de carbono (CO₂) y otros gases de efecto invernadero permitiría limitar el cambio climático. Aunque las mejoras en la calidad del aire serían rápidas, podrían pasar entre 20 y 30 años hasta que las temperaturas mundiales se estabilizaran” [2]
Es pues muy urgente introducir en las aulas una reflexión sobre este fenómeno que afectará con más o menos virulencia a nuestro alumnado en función del nivel de concienciación.
Para difundir la situación y tomar las medidas oportunas, Roger Pons, profesor de primaria jubilado y presidente de Xúquer Viu [3], y Pedro Domínguez, profesor de Física y Química jubilado y portavoz de La Ribera en Bici-Ecologistes en Acció [4] han elaborado el cuaderno didáctico: Qué és això de l’emergència climàtica (¿Qué es esto de la emergencia climática?).
Ubicados en la Ribera del Júcar, ambos viven día a día la realidad de una comarca vertebrada por un río, que, desde su nacimiento en la sierra de Albarracín hasta su desembocadura en Cullera, sufre todo tipo de explotaciones. Con la enorme pérdida de su caudal, se pone en peligro la existencia misma de la comarca tal como se ha ido configurando a lo largo de los siglos. La Ribera, una de las mayores despensas alimentarias del País Valenciano y del Estado español, está en fase de perder su papel de huerta.
Esta propuesta didáctica está dividida en dos partes. La primera va dirigida a la enseñanza primaria. A través de una serie de temas (ilustración 2) se dan los elementos necesarios para poder conocer el alcance de la situación climática en la que nos encontramos. En primer lugar, se presenta una visión recapitulativa de las características particulares del clima que vive el alumnado de la comarca, a fin de ser conscientes de las características diferentes del clima en función de la ubicación. Pero no se limitan a una descripción genérica como lo hacen la mayoría de los libros de texto, sino que se ocupa con detenimiento de las causas y efectos del cambio climático, y acaba haciendo reflexionar al alumnado sobre las acciones reales y personales que puede emprender para mitigar los efectos del calentamiento global. Siguiendo la máxima, piensa globalmente y actúa localmente.
La segunda parte (Ilustración 3) está dirigida a la educación secundaria profundizando en el análisis de la climatología local (el libro está centrado en la Ribera del Júcar, pero es fácilmente exportable a cualquier otra comarca) para extrapolar los datos obtenidos a los efectos del cambio climático. En cuanto a las acciones, se llega en secundaria a dirimir las responsabilidades para poder implementar acciones más allá de la simple toma de conciencia. En la ilustración 4 vemos una propuesta concreta de qué tendría que hacer cada cual para poder actuar sobre los efectos del cambio Climático. Además, se ha elaborado un diaporama que sirve de material de refuerzo [5].
Pero la propuesta educativa que se plantea no queda solo en la presentación del modelo. Como dijo Joan Cortés, de la Coordinadora de Centros de Enseñanza en Valenciano de la Ribera: “El modelo educativo tiene que aceptar el reto de convertir en proyectos transversales temáticas y realidades, como la sostenibilidad medioambiental, que son factores importantes para construir el futuro de una sociedad que ya vive inmersa en una crisis de difícil salida. La educación nos tiene que ayudar a adoptar actitudes más éticas y respetuosas con el frágil equilibrio ecológico de nuestro planeta”. Y es en este sentido que, desde el editorial Reclam, se edita el folleto y se pide la colaboración de ayuntamientos y otras entidades . Se pretende llevar adelante “iniciativas editoriales que ofrezcan a los centros educativos materiales didácticos que hagan referencia a problemáticas reales, las cuales invitan a la reflexión, al análisis y al debate en las aulas”.
Por eso la propuesta no puede quedarse solo aquí. Si se pretende llevar adelante una acción duradera para paliar los problemas del cambio climático hay que implementar propuestas que superen las conmemoraciones testimoniales de “los días de…”. Por eso, los 14 centros de la comarca se han implicado en el programa. La experimentación de las actividades propuestas, la adopción de acciones concretas en colaboración con los ayuntamientos, las campañas de concienciación llevadas adelante por el alumnado y el profesorado van a marcar el curso en estas aulas. Un ejemplo lo tenemos en el ayuntamiento de Alzira que, en boca de Alfred Aranda, su regidor de Cultura quiere “cambiar el comportamiento colectivo para que no se produzca la degradación de esta calidad de vida. En este terreno, la educación también tiene que poner su grano de arena divulgando, concienciando y creando modelos de sostenibilidad en las comunidades educativas”.
En un momento en que parece que ser negacionista está de moda, la escuela, espacio de difusión de la verdad científica no se puede quedar al margen. Esta propuesta didáctica no es neutra, puesto que no se puede ser neutro ante una situación que está poniendo en peligro a la propia especie humana. Tenemos una sociedad con personas cada día más individualizadas, que rechazan cualquier tipo de compromiso. Pero la supervivencia del ser humano está ligada a la actuación solidaria. Ya lo precisó Lynn Margulis, el éxito de la vida reside en la simbiosis y la cooperación. En este caso hay que tomar conciencia de que, sin ese compromiso, va a ser imposible mitigar suficientemente los efectos de la catástrofe climática que nos amenaza. No nos podemos limitar al conocimiento de nuestro entorno, sino que tenemos que animar a la juventud a la acción y hacer de las aulas unos espacios activos frente a las amenazas que sufre la humanidad.
Los jóvenes ya han empezado a moverse y la escuela los tiene que empujar para qué no se paren. De ellos depende el futuro de la especie.
[1] http://www.lariberaenbici.net/docs/J%20IPCC.pdf
[2] http://www.lariberaenbici.net/docs/J%20IPCC.pdf
[3] https://xuquerviu.net
[4] http://www.lariberaenbici.net/
[5] http://www.lariberaenbici.net/docs/Jornada%20EC.pdf