Quienes hayan podido pisar un centro educativo por dentro en los útlimos meses lo habrán comprobado. Donde antes había pósteres por todas partes, ahora abundan las indicaciones relacionadas con la pandemia. Pasillos parcelados en diferentes direcciones, patios marcados para evitar las mezclas, geles, dibujos de mascarillas… La lista es larga.
El caso es que en los colegios estaba faltando algo, sobre todo, desde que se aprobase la vacunación de la población de entre 12 y 19 años. ¿Qué pasa con niñas y niños de primaria?
Hace un par de días el Gobierno anunción la aprobación de la vacunación de esta población. Las vacunas llegarán el próximo dái 13 de diciembre y se prevé que pueda comenzarse su administración dos días después, el 15. Parece una buena noticia, al menos en el plano sanitario. Según el Ministerio de Sanidad, entre las razones para que se vacunen estos más de 3 millones de niños y niñas está el hecho de que hoy por hoy son el grupo poblacional que más incidencia acumulada registra.
La vacuna, de momento solo se ha aprobado la desarrollada por Pfizer, se administrará en dos dosis. Se prevé, eso sí, que entre ambas pasen ocho semanas. Por un doble motivo: conseguir que la mayor cantidad de niñas y niños tengan, al menos, una dosis y, al mismo tiempo, incrementar la respuesta inmune.
Leticia Cardenal, presidenta de Ceapa, se muestra prudente sobre la noticia de la vacunación de este grupo de población. «Siempre hemos defendido que sanidad es la que entiende sobre el tema y será la que tome las decisiones», asegura.
Para Vicent Manyes, presidente de la asociación de directoras y directores de primaria, es una buena noticia que comience la vacunación de quienes son sus alumnas y alumnos. Se trata del único sector poblacional no contemplado hasta ahora por las autoridades sanitarias.
La única reticencia que tiene al respecto se relaciona con algunas declaraciones y rumores que hablan de la posibilidad de que los procesos de vacunación se lleven a cabo en los centros educativos. En el caso de hacerse la vacunación por grupos escolares, podría darse el caso de que se conociese qué familias han accedido a la vacunación y cuáles no.
Para Manyes, si ha de hacerse en los centros educativos, como se ha comentado, tal vez sería lo mejor hacerlo fuera del horario escolar y que fuera el ayuntamiento de cada localidad el encargado de mantener cada colegio abierto y luego, cerrarlo.
En cualquier caso, cree que, como con el resto de la población, existen insfraestructuras ya utilizadas como centros de salud o «vacunódromos» que podrían utilizarse. Sobre todo porque no ha sido en abtoluto habitual, por ejemplo, la vacunación en los centros de trabajo, que sería lo más cercano a que niñas y niños fueran vacunados en los colegios.
Este director también señala el hecho de que con las normas del presente curso escolar se ha confinado a una mayor población escolar de estas edades, principalmente por el hecho de que al no respetarse el tamaño de los grupos burbuja del curso pasado (por debajo de los 20 alumnos) y haber vuelto a las ratios convencionales (23-25 niños), al cerrar un aula, son más quienes acaban en sus casas durante días.
De cualquier forma, todavía no hay ninguna información clara. Todavía nadie se ha comunicado con las y los directores de los colegios. Desde el Ministerio de Educación y FP confirman que están a la espera de lo que diga el de Sanidad para estudiar cualquier acción. De momento, informan estas mismas fuentes, no hay noticia de una reunión conjunta entre las autoridades sanitarias y educativas en la que se vaya a hablar de la vacunación de las y los menores de 5 a 11 años.