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El sistema público educativo tiene más o menos claro el sistema de sustitución de las bajas. Y en la situación creada por la sexta ola de Covid-19 las diferentes administraciones han intentado mejorar y, sobre todo, acelerar los procesos de sustitución de las bajas para que los centros educativos tengan los menores problemas posibles.
Los centros educativos concertados aseguran que ellos también están teniendo problemas. Según Luis Centeno, portavoz de Escuelas Católicas, la mayor patronal de la privada subvencionada con fondos públicos, las administraciones han priorizado a la pública y ellos se han quedado en un segundo plano, con lo que han tenido, y siguen teniendo, algunos problemas para cubrir las bajas. Principalmente porque necesitan la aprobación de las consejerías del ramo para realizar las contrataciones y este proceso puede demorar algunos días.
Es verdad que los centros tienen la capacidad de contratar al profesorado que mejor les convenga en un momento dado aunque, como comentan fuentes de FUHEM, una fundación provada con algunos centros concertados laicos en Madrid, las listas de las que disponen para esas contrataciones no son tan extensas. En la fundación han cuantificado un porcentaje de alrededor del 5% de bajas por Covid, a las que se suman otro 6% producidas por otras situaciones.
Aunque desde Escuelas Católicas no tienen cifras generales de bajas y sustituciones para todos los centros que están dentro de la patronal, han tenido problemas análogos que, como en casi todos los centros de cualquier titularidad, han tenido que gestsionar como han podido. El primer paso es que todas las horas liberadas, por ejemplo, para cargos directivos, han pasado a ser lectivas, para poder, al menos, cubrir los huecos de docentes.
Centeno comenta de casos de profesores que no han podido impartir determinadas materias por no tener la titulación pero que sí han tenido que hacerse cargo de los grupos. «No podemos cerrar aulas y decirle a los padres que no tenemos docentes suficientes», comenta al teléfono. Desde su punto de vista, las administraciones públicas en mayor o menos medida no han sabido planificar la situación ocurrida la semana pasada y que siguen viviendo esta.
Procedimientos, comenta, como en Asturias, que obliga a que la Inspección educativa autorice las sustituciones; un tiempo que puede llevar uno, dos o tres días, sin posibilidad de cubrir esas bajas que, recordemos, se suman a las bajas convencionales que todos los centros pueden sufrir.
«Nosotros siempre apostamos por la presencialidad» en la vuelta de las navidades, «pero hay que hacerlo con profesores; esto es lo que la administración no ha previsto». A esto se viene a sumar otro problema, común a casi cualquier sector económico. En muchos territorios los servicios de atención primaria, prácticamente abandonados a su suerte, no son capaces de gestionar las bajas laborales, de manera que las sustituciones se complican. En algunas de ellas, se ha optado por validar declaraciones responsables sobre positivos en pruebas de antígenos como suficientes para conceder bajas laborales.
En definitiva, los problemas de los centros educativos, concertados y públicos, se asemejan, al menos, en el sentido de que las administraciones no han sido capaces de dar soluciones desde antes de que comenzara el trimestre, el lunes pasado, y han tenido que generar soluciones según pasaban los días.