En los últimos años, cada vez son más las comunidades autónomas que abren los CEIP a la posibilidad de escolarización criaturas del primer ciclo de educación infantil, aunque hasta ahora solo se había contemplado la posibilidad de que fueran quienes tienen 2 años. Así se ha hecho en Extremadura, Castilla-La Mancha o Comunidad Valenciana.
La Comunidad de Madrid ha dado un paso más, como suele pasar, con el anuncio de la «creación» de plazas públicas desde los 0 años en colegios públicos de infantil y primaria. Se han seleccionado 45 centros de diferentes poblaciones para las primeras 2.000 plazas que comenzarían el curso próximo.
La decisión, según la Comunidad de Madrid, se hace dentro del marco de la Estrategia de Protección a la Maternidad y Paternidad y de Fomento de la Natalidad y la Conciliación 2022-2026 y con fondos del Mecanismo de Recuperación y Resilencia para la construcción de cinco escuelas infantiles más.
En cualquier caso, estas plazas podrán computarse por part del Gobierno madrileño como las acordadas con el Gobierno central dentro del marco de creación de 65.000 plazas públicas y gratuitas de 0-3 en los próximos años. Según confirman fuentes del Ministerio, efectivamente no se obligaba a las comunidades autónomas a la construcción de centros educativos de infantil, sino a la creación de las plazas.
Pros y contras
Uno de los pros para las administraciones educativas es que resulta más barato reformar espacios en colegios ya existentes que contruir nuevas escuelas infantiles para escolarizar este primer ciclo de la etapa. Tal vez este haya sido el motivo que ha movido a la Comunidad de Madrid a anunciar esta posibilidad en el próximo periodo de matriculación.
Desde la Plataforma en Defensa del 0-6 critican, eso sí, que los colegios no son espacios adecuados para estas criaturas tan pequeñas. «¿En qué condiciones se hará esta escolarización?», se pregunta una portavoz de la plataforma. Asegura que, en cualquier caso, el 0-3 es una etapa muy diferente a cualquier otra. Entre ellas, que los bebés de estas edades precisan de tiempos de descanso y para ello, es necesaria una cierta tranquilidad. Los colegios de infantil y primaria no parecen el mejor de los escenarios.
Además, los bebés, dada su natural evolución, demandan una serie de cuidados que obligan a tener unas instalaciones muy definidas, empezando por zonas de aseo e higiene en donde puedan ser cambiados. Su alimentación, además de biberones, se compone de purés y papillas que, idealmente, deberían ser preparadas en el momento. No todos los centros disponen de cocinas, por lo que, presumiblemente, harían uso de las empresas de catering.
Empar Martell forma parte del MRP de Castellón y es maestra de infantil. «Nosotras defenemos el modelo 0-6», asegura. Y trabajan para que se reconozca como etapa educativa. Entiende que aunque se han hecho avances y en la Comunidad Valenciana, desde la administración, se están dando pasos para ser más respetuosos con las criaturas de estas edades, estas no deberían estar en centros de infantil y primaria.
Además del ahorro de costes, existen otras razones. En el caso de la Comunidad Valenciana se hizo con un objetivo claro: que hubiera una matrícula cautiva en centros públicos desde edades tempranas para que así no hubiera una «desbandada» hacia centros concertados. Si el 0-3 también se oferta en colegios, será gratuito, de manera que las familias podrán optar por esta modalidad, sobre todo las que menos capacidad adquisitiva tengan. Y así, habrá más posibilidades de que continúen su escolarización en la pública a partir del segundo ciclo o de primaria, asegurándose el acceso a las siguientes etapas educativas.
Necesitamos escuelas que se diseñen para la infancia, no habilitar espacios en centros que son un poco agresivos
Martell explica que aunque en su comunidad solo han entrado en los colegios niñas y niños de dos años, esto ya representa problemas. En estas edades, la criaturas tienen unos ciertos requerimientos de espacios y de necesidad de movimiento que los colegios no pueden garantizar, empezando por unos patios que son de puro asfalto y siguiendo por una lógica y una organización que nada tienen que ver con ellas como personas. «En estas aulas se sigue la lógica de primaria, subordinando las necesidades de infantil -comenta-«. Y explica que la lógica de la etapa, «eso de vivir el día a día, de que experimenten, que juegen y se respete su descanso» desaparece porque se parte sus jornadas.
«Necesitamos escuelas que se diseñen para la infancia, no habilitar espacios en centros que son un poco agresivos”, zanja. Aunque entiende que, al menos en la Comunidad Valenciana, no hay dinero para construir los centros de 0-6 que serían necesarios. «Lentiendo, pero habría que replantear las cosas para que escuelas sean más amables y sea una realidad el modelo de escuela infantil 0.6».
La central de centros privados (no concertados) Acade, ha dado la voz de alarma y reclamado a Madrid que no «nacionalice» este ciclo. El hecho de que los centros públicos abran sus puertas a las criaturas de estas edades pone en serio peligro la continuidad de muchas escuelas privadas, dicen, que ofrecen educación infantil. Su coste es elevado y las familias tendrán una opción al alcance de la mano para poder elegir.
Acade esgrime también otras razones que comparte con, por ejemplo, la Plataforma en Defensa del 0-6. A saber: que los colegios de infantil y primaria no han sido concebidos para dar cabida a criaturas tan pequeñas. Las aulas, los espacios comunes, los patios, los baños… están diseñados para personas más mayores y no para el 0-3. Mientras Acade señala que una manera de solucionar la situación pasaría por dar financiación directamente a las familias para que puedan utilizarla en centros privados, desde la Plataforma defienden que se construyan centros específicos de 0-6 que en los últimos años han ido desapareciendo en la Comunidad de Madrid.
Existen algunos otros problemas con el uso de los espacios de los centros de infantil y primaria y es el relativo a, por ejemplo que estas criaturas de 0-3 saldrán al patio en algún momento y en la Comunidad de Madrid, en la mayor parte de los CEIP no hay infraestructuras exteriores que lo favorezcan, como sombras, por ejemplo.