Pilar Alegría, ministra de Educación y FP anunció en la Comisión de Educación del Congreso que el próximo día 30 se reunirá con las y los consejeros de Educación de las CCAA para tratar de manera monotemática cómo se actuará ante la llegada de menores de origen Ucraniano, desplazados por la situación de guerra.
Una reunión, explicó, en la que se decidirá entre otras cosas, diferentes formas de escolarización. Tanto la inmediata e individual que ya está ocurriendo en diferentes territorios, como con la creación de unidades conformadas por varias y varios estudiantes. La ministra aseguró que ya existe una experiencia previa cuando se produjo la entrada de decenas de menores en Ceuta y que fueron escolarizados desde el primer momento.
Para que esta escolarización pueda hacerse con éxito, Alegría comentó que se tratará con las autonomías sobre la creación de nuevos y extraordinarios cupos docentes; incluso la posibilidad de contratación de docentes ucranianos debidamente acreditados, para hacer frente a la llegada, presumiblemente, de un importante número de niñas y niños.
De momento, poco más se sabe del tema, aunque ya hay centros educativos que está recibiendo, con cuenta gotas, la llegada de menores venidos desde Ucrania en los últimos días.
Toni González Picornell es director de instituto, actual presidente de Fedadi y trabaja en Alcoi, Alicante. Hasta ahora, asegura, no han recibido ninguna instrucción oficial al respecto de la llegada de estas chicas y chicos, aunque informalmente se les ha comentado que tendrán que escolarizar a quienes lleguen. Alicante es una de las ciudades en las que, en principio, está previsto montar un centro temporal de acogida desde el que saldrán en dirección a otros puntos del país.
Cataluña y Comunidad Valenciana son las dos autonomías con mayor población rusa del país y también, junto a Madrid, las que más personas de origen ucraniano tienen empadronadas. Un par de decenas de miles de estas personas son menores de 15 años según datos del INE. Aproximadamente la mitad de ellos son ucranianos (casi 9.000) y el resto (casi 11.000), rusos.
A pesar de la enorme tensión que genera la situación de guerra e invasión de Ucrania en la esfera internacional, parece que no se han detectado problemas de convivencia en los centros educativos entre estas dos poblaciones escolares. Ana Cobos, presidenta de Copoe, la entidad que engloba a orientadoras y orientadores de centros, asegura que no han recibido información de que haya habido problema de convivencia relacionados directamente con la guerra.
Carmen Morillas, vicepresidenta de Ceapa y residente en Madrid, afirma que tampoco han tenido constancia de esta cuestión y afirma que «en los centros se trabaja (o debería hacerse) la convivencia» y en los últimos años se ha hecho una apuesta importante por a cultura de paz.
Primeros pasos
Horacio Antonio Moralejo es director del IES Las Lagunas, en la ciudad de Torrevieja, al sur de Alicante. En ella residen alrededor de 4.000 personas de origen ucraniano y es uno de los municipios que se está preparando, casi a la carrera, para recibir un buen número de chicas y chicos procesdentes de aquel país. Moralejo asegura que en ningún momento han percibido que haya problemas de convivencia entre su alumnado. Al menos, no hasta ahora. Lo que sí se ha notado, aunque lo cuenta con mucha discreción, es que algún alumno de origen ruso ha comentado que la familia lo está pasando mal a cuenta de los embargos económicos a Rusia.
En cualquier caso, en Torrevieja, según cuenta este director, se están preparando las matriculaciones. Se van a hacer a toda prisa y seguramente sin que todos los requisitos habituales se cumplan. Algo parecido a lo que ocurrirá en Cataluña, donde están preparando protocolos parecidos. Y se hará, al menos en el caso de Torrevieja, para que el alumnado pueda tener acceso al material escolar y ayudas como la de comedor o transporte.
Explica Moralejo algo que anunció la ministra. Se va a escolarizar a todas y todos los que vengan, pero se hará en grupos específicos. El objetivo es, primero, su acogimiento, que puedan recibir algún tipo de ayuda emocional en este camino. Lo siguiente será que puedan aprender algo de español, al menos durante los dos meses que quedan de curso. «Si la guerra continúa después, comenta este director, ya se verá» cómo afrontar la escolarización en el sistema educativo español.
Para que la llegada sea lo más fácil posible, ahora mismo tanto él como personal del ayuntamiento y la sociedad civil, así como de la Generalitat valenciana, andan buscando, por ejemplo, docentes que sepan hablar ucraniano e inglés con el objetivo de facilitar la comunicación lo más posible. Moralejo destaca el esfuerzo que está realizando el Ayuntamiento de la localidad cuyos servicios de registro y empadronamiento se están viendo desbordados hoy día.
Están, asegura, haciendo esfuerzos enormes en toda la población. Al punto de que una librería cercana al centro educativo será la encargada de «subvencionar» la mitad del coste del material escolar que van a recibir, al menos en un primer momento, las chicas y chicos uncranianos. Un coste total de unos 70 euros, explica, cuya mitad asumirá esta librería que no quiere tener más mérito que el de echar un mano.
Según fuentes del departamento de Vicent Marzà, la Conselleria de Educación valenciana ha puesto en marcha dos modelos de escolarización en función del modo en el que las familias y los menores están llegando. Por una parte, como está ocurriendo en Torrevieja, personas que llegan por su cuenta y riesgo porque tienen conocidas o familiares en el municipio y, por el otro, personas que utilizan cauces institucionales.
En el primero de los casos la atención es en esas unidades espeíficas en las que lo primero es el soporte emocional y el aprendizaje del castellano. En las otras, se busca la escolarización equilibrada en los centros educativos de determinadas zonas.
Responsables del departamento de Educación catalán describen una situación similar allá, en donde se está preparando la matriculación exprés de quienes lleguen allí. Es la comunidad que mayor población ucraniana tiene hoy por hoy. Hasta ahora han recibido 415 menores de Ucrania.
De momento, se trabaja en un protocolo, dicen desde Educación, para que los centros puedan realizar la matriculación aunque falte alguna documentación. Al mismo tiempo, se les garantizará la beca de comedor. Mientras tanto, los más pequeños «serán acogidos con soporte personalizado» y los más mayores, «a través de aulas de acogida». En otro sentido, se estudiará la necesidad y posibilidad de contratación de profesionales que den soporte emocional y de orientadoras y orientadores, trabajadores sociales y TIS (técnicos de integración social).