Desde hace tiempo, los informes PISA o TIMSS señalan que España es uno de esos países en los que se realizan muy pocas acciones de observación entre iguales dentro de los proyectos de formación permanente del profesorado. Seguramente porque en las últimas décadas (y más desde marzo de 2020), la capacidad de los claustros para liberar horas para que unos profesores vean cómo imparten clase otros, no está dentro de sus posibilidades.
A pesar de eso y, como suele ser habitual, María Sánchez y Ana Fernández, y otros compañeros, decidieron que era el momento de organizar un seminario de formación. Desde el curso 2016-2017 habían desarrollado acciones de este estilo, bastante informales. Querían darle otro cariz. Y lo consiguieron. Hablamos con ellas de por qué la observación entre iguales puede ser (y es) una herramienta tan potente para el cambio y la mejora en la práctica docente.
¿Podéis contarme el proyecto que hicisteis el año pasado?
María Sánchez Tornel
Básicamente, se trataba de darle una forma más definida a algo que venía haciéndose de manera informal desde hacía algún tiempo. Por iniciativa de un grupo muy pequeño de profesores surgió hacer observación entre iguales. Eran 3 o 4 personas que en 2016-2017 comenzaron a visitarse: a ver qué hacían los demás, pero sin ánimo de nada concreto, solo por ver cómo funcionaban sus clases.
A partir de ahí se propuso hacerlo para toda la escuela. En el 17-18 se hizo por intuición pero dándole un poco más de estructura, delimitando una fecha para la observación (un periodo de un mes o mes y medio) y con una ficha que acordamos entre todos para ver qué queríamos observar, por qué y cómo. También se hicieron encuestas de satisfacción y un informe final. De ahí salió que queríamos seguir observando, pero en el 18-19 hubo un cambio de normativa y centramos la formación en el nuevo plan de estudios y los dos cursos siguientes, con la pandemia, no se podía hacer ninguna visita. El curso pasado, Ana era la representante de formación y vio la oportunidad de crear un seminario docente en el marco del Centro de Profesores y Recursos para así optar a tener una ponente y darle una estructura más organizada, con objetivos claros.
Ana Fernández Torres
Entre las conclusiones de la última observación informal, celebraba el curso 2018-2019, se pidió que se repitiera la experiencia con créditos de formación. Estaba la posibilidad de hacerlo con una ponente y contacté con una experta en observaciones que nos acompañó. Fue un seminario de 20 horas y en tres momentos, seis horas en total, nos acompañó la experta. Ella nos acompañó como guía que nos proporcionaba la teoría y en la reflexión…
Hay muchos estilos de observación dependiendo del para qué y el contexto. Cuando estudias el máster deformación del profesorado tienes periodos de observación, observas para aprender, porque no tienes experiencia. O cuando llegan docentes nuevos a una escuela, por ejemplo, y de manera informal se meten en algunas clases. Pero queríamos observaciones para mejorar nuestra práctica docente partiendo de que ya tenemos mucha formación (hacemos mucha formación horizontal). Observaciones que nos permitieran ‘hacer clic’ entre la teoría, lo que haces en clase y cómo lo hace otro compañero. “Ah, pues esto se puede hacer de esta forma o de esta otra”. Se trató de una observación para mejorar; que sirviera de formación de profesorado.
María Sánchez
Sí… observar cómo gestiona el tiempo. Por ejemplo, en un B1, las actividades son más cortas, pero en un C2 una actividad de práctica oral puede ser más larga. Para desenvolverte en otro nivel te ayuda mucho ver…
¿Un docente necesita unos mimbres mínimos para hacer la observación?
Ana Fernández
Yo llevo organizando formaciones desde 2014 y me baso mucho en la práctica reflexiva. Se trata de una metodología con la que se puede trabajar en este tipo de observaciones específicas. Es importante tener una comunidad de aprendizaje que reflexione junta para que haya “eurekas”. Además, se parte de una evidencia científica para construir una teoría entre los compañeros.
Nuestra primera sesión con los compañeros fue para conocernos mejor y reflexionar sobre qué queríamos observar, saber qué es para nosotros un buen profesor y qué es una buena clase… Eso nos ayudó a establecer esos mimbres de manera que ya no ibas a observar de forma fría porque esta sesión nos ayudó a crear un clima de confianza y seguridad… Habíamos acordado que no se trataba de evaluar, sino de aprender, con lo que le quita hierro.
María Sánchez
Para aprender los unos de los otros. Nadie te está fiscalizando, nadie viene a juzgarte. Quiero observarte por si me sirve o por si la forma en la que yo lo hago te puede ayudar. Se trata de reflexionar sobre lo que ha pasado en una clase y ver qué podemos sacar en claro.
Ana Fernández
Mucha gente tiene miedo a que le observen porque lo vemos como el juez, el crítico, “me dirá lo que hago mal”. Para nosotros el acuerdo sobre el objetivo de las observaciones nos ayudó a relajarnos y a intentar que cuando viniera el compañero hiciéramos la misma clase de siempre e intentar no estar preocupado porque estuviera todo perfecto.
Parece complicado esto de quitar el miedo a los compañeros.
María Sánchez
Tiene mucho que ver con el acuerdo inicial, con el porqué de estar aquí. No queremos evaluar sino crear conocimiento juntos. Es verdad que a la gente le resulta extraño. Yo avisé en mi aula, al grupo, de que vendría una compañera a ver la clase. Les expliqué el seminario. Tenía dos alumnos docentes en secundaria y me pusieron una cara… “Eso es impensable en mi centro”. Pero no es impensable, tal vez no lo habéis planteado de la forma correcta. Les conté el enfoque y me decían que les parecía valioso. Me pareció curioso que los que se dedican a lo mismo que yo lo vieran como algo ajeno y marciano.
Ana Fernández
Lo que reflexionamos sirvió para hacer dos decálogos: qué es un buen docente y qué pasa en una buena clase. Nos dividimos en dos grupos y luego se puso todo en común. Tuvimos que llegar a acuerdos y fue interesante. Imagino que si en la primera sesión alguien no hubiera estado cómodo, podía haberlo dicho. Pero fue al contrario, nos unió. Y al final, como en cualquier relación, la comunicación es importante y si sabes a qué vas y qué piensan los demás, es más fácil y tú estás más relajada.
María Sánchez
De hecho se planteó que cada persona participase en el grado que quisiera. Podías ser observador y observado, o solo observador o solo observado. Y todo el mundo hizo los dos roles.
¿Hay que ser un tipo de persona específica para hacerlo?
María Sánchez
Yo creo que no; soy una persona tremendamente tímida, mucho. Y lo haces porque sabes que va a ser positivo. Cuando se hizo la observación de 2017-18 también participé, en la primera no. Observé un par de clases, y luego vinieron a la mía… “Bueno, no ha muerto nadie” (bromea). Ves que son compañeros, con muchos de ellos me tomo cañas… Independientemente de eso, en el grupo había caracteres muy diferentes. Gente que nunca había participado en algo así. Y al principio te impone un poco. La composición del grupo era bastante heterogénea. La mayor parte éramos interinas. Personas muy diferentes pero aquello fluyó.
Ana Fernández
Yo creo que es importante que tengas curiosidad, que quieras aprender cosas, que tengas una motivación para hacerlo…
¿Cómo es esa primera clase?
María Sánchez
Lo que aprendimos en 2018 es que ese día en el aula hace mucho calor (bromea). En el seminario lo avisamos, que ese día hace mucho calor, aunque sea febrero. Más allá de eso, los primeros diez minutos es un poco raro, pero es cuestión de romper el hielo. Puedes decidir presentar a esa persona en el aula. Yo avisé de que teníamos una estrella invitada…
Pensaba que, con la característica especial de las EOI de no repetir habitualmente, grupo de alumnos, si habíais notado mejoría en el alumnado. Con la dificultad de ser de departamentos diferentes y de no tener la continuidad del alumnado.
Ana Fernández
Es difícil medirlo. En la práctica de una, sí. Por ejemplo, una de mis observaciones fue a una compañera que daba el mismo nivel que yo y vi cómo le daba un giro diferente a lo que yo hacía. Diría que tiene un impacto positivo en la práctica. Y más aquí, en donde las clases duran entre hora y media y tres horas y hay mucho que preparar. Es curioso porque acabas fijándote en cosas que, inicialmente, no te habías planteado como cómo se presenta una actividad, cómo se gestiona el silencio… Este es un tema muy interesante que tratamos con la ponente: ¿Hay silencios en las clases? Solemos querer llenar el vacío. Aspectos que eran más importantes para ti a priori como el uso de la tecnología, la enseñanza de un aspecto gramatical pasan a un segundo plano y, de repente, te centras en los silencios que es algo que, en mi caso, ni te habías planteado.
Al final, para mí, el poder observar a compañeros es como ser una esponja. Como ha sido una observación significativa, lo haces porque quieres y estás observando el nivel que tú quieres…
María Sánchez
Evidentemente, yo no pude medir el impacto en el alumnado porque no pasé ningún tipo de encuesta, pero el día después de la observación de la compañera les pregunté cómo lo habían visto. Creo que les gustó. Y, volviendo a los que eran docentes, a posteriori, me dijeron que estaba bien.
Ana Fernández
También los alumnos están acostumbrados a que vengan auxiliares de conversación o del máster de formación del profesorado. Y a veces, como tenemos alumnos que son docentes, a algunos les ayuda a abrir la mente y otros aprenden contigo también sobre la propia práctica. Ellos también están observándote. Tuve una profesora de Latín que me dijo: “Ana, el juego que hiciste el otro día en clase, que sepas que lo he hecho con mis alumnos de secundaria”. Creo que la suerte que tenemos es que trabajamos con un alumnado intergeneracional, muy diferente que te está observando y tiene una mirada crítica. A nosotros nos observan todos los días.
María Sánchez
Son un público exigente, que me gusta. Lo que más me gusta de la EOI es el alumnado porque es diverso en edad, en procedencia, en entorno laboral… Los docentes que tuve, uno de filosofía y otra de economía, me decían que me copiaban cosas. El curso pasado, que di clase de B2 a docentes en el CPR paa, también me preguntaban por herramientas o me decían que según qué cosas les valían para sus materias. La observación, en nuestro caso y aunque algunos no sean conscientes, está ahí.
¿Por qué da miedo?
Ana Fernández
Imagino que el miedo es a que te juzguen. Si tienes una idea preconcebida de que te van a observar para decirte: “Esto no me gusta; esto lo podrías hacer mejor”, es normal que puedas tener reticencias.
María Sánchez
La ponente nos dio pautas para saber qué lenguaje utilizar en la sesión de análisis. Tras la sesión de observación hay una de análisis que está guiada por una ficha. Ficha que decidimos no utilizar porque nos gustaba más que fluyese la conversación. Pero nos dio pautas sobre cómo verbalizar tus observaciones, cómo decir lo que habías visto. No digas algo que sea un juicio, sino haz una pregunta desde la curiosidad: ¿por qué duró 25 minutos la actividad tal? En vez de decir, esta actividad ha sido larga… Si haces un juicio, la otra persona tenderá a justificarse, mientras que si haces una pregunta, abres un espacio para una reflexión conjunta.
¿Os ha cambiado la manera de evaluar al alumnado?
Ana Fernández
La evaluación certificativa está ahí y es la que es. Es un proceso reglado y tenemos poco margen para cambiarla. Pero en la formativa sí, no sé si es tanto por las observaciones o por la práctica reflexiva que la llevo en vena. Cada vez animo al alumnado más a ser reflexivo, a autoevaluarse y coevaluarse lo que implica observarse a sí mismo y al compañero. La práctica reflexiva me ayuda a hablar al alumno no tanto desde lo que está bien o mal. Por ejemplo, a mi alumnado de B1 le digo que tiene el nivel anterior consolidado y le explico qué hacer para dar el salto enseñándole ejemplos concretos basados en la programación. O propicio su autoevaluación. Si me tiene que enviar una redacción, le digo que se ponga la nota y yo, después, le digo si estoy de acuerdo. Es curioso porque el alumno es muy duro consigo mismo. También hago prácticas de coevaluación por ejemplo en actividades orales donde ellos mismos establecen los criterios y coevaluan a los compañeros. Previamente reflexionamos sobre cómo escuchar de forma activa y sobre cómo podemos dar feedback. Si se introducen en clases técnicas de autoevaluación y coevaluación, como adultos que somos, se ayuda al alumnado a ser más autónomo e incluso a que observen su propio aprendizaje.
Como alumno que soy de EOI, desconozco los criterios que se me aplicarán en los diferentes exámenes.
María Sánchez
Por norma, esto tiene que estar disponible para el alumnado. Viene bien explicarlo. Por ejemplo, cuando hacíamos los exámenes de febrero (en Murcia dejaron de hacerse hace tres cursos), la nota del examen oral yo no se la daba a los alumnos. Adapté la ficha con los criterios de calificación a su lenguaje y se la di. A cada persona le envié su audio y, de manera voluntaria, les dije que se calificaran y se pusieran notas sobre puntos fuertes y, no suelo decir puntos débiles,sino aspectos en los que hay margen de mejora. Intento que tengan claro qué queremos medir y con qué criterios porque deben saberlo. Y esta práctica les viene bien.
Ana Fernández
La certificación es dura porque hay muchos que necesitan los títulos por diferentes motivos de ahí que sea muy importante dar a conocer los criterios a lo largo de todo el curso. Por ejemplo, si tú dices a un alumno de B2: “Mira, lo que haces es un B1, ¿cómo lo hacemos B2?”. Les das ejemplos de la programación: “En un B1 tú puedes desenvolverte haciendo esto y lo otro pero para llegar a un B2 necesitas desarrollar estas competencias. ¿Cómo lo hacemos?”. Cuando llega el examen esa persona es capaz de ser crítica consigo misma porque conoce los criterios y si no llega al mínimo necesario incluso es capaza de decirte dónde tiene que mejorar, sino que se tiene que poner las pilas porque tú les has ido diciendo dónde tiene que mejorar.
En el Congreso, Daniel Cassany explicaba que el rol del docente está cambiando y no eres proveedor de contenidos sino una persona que ayuda a desarrollar competencias del alumnado por lo que es importante que el profesorado nos adaptemos a este cambio. Pero si en tu formación no lo has estudiado y no te interesa ponerte al día, habrá un desfase.
En una EOI esto es más visible. Al final la competencia para comunicarte es la que manda.
Ana Fernández
Tienes que ayudarles a que sepan buscar herramientas. Muchos alumnos, sobre todo adolescentes, tienen un buen manejo para auto-aprender y tú solo tienes que dirigir. Creo que las observaciones son una buena herramienta para ver lo que hacen los compañeros en el desarrollo de competencias. En nuestro contexto, atrás quedó lo de abrir el libro y hacer ejercicio por ejercicio (aunque todavía hay alumnado sobre todo en los niveles bajos que lo pide porque es a cómo han estado acostumbrados a aprender toda la vida), hay muchas más herramientas y hay que enseñar al alumnado para que elija la que mejor se adapta.
María Sánchez
El libro es una herramienta, una, y hay mil.
¿Seguiréis haciendo el seminario o ha sido algo puntual?
María Sánchez
Este curso, de momento, no está planteado de manera formal. Yo, personalmente, fui ayer a observar a un compañero; voy a seguir por mi cuenta. Me interesaba saber cómo funciona una actividad que hace mi compañero con su grupo de actividades de lengua (práctica oral) y me dijo que prefería que fuera a verlo en acción en lugar de contarme cómo la hace.
¿Son todas las observaciones como esa, para ver cosas concretas?
Ana Fernández
Hicimos primero unas observaciones holísticas, sin un objetivo concreto.
María Sánchez
La observación holística lo que pretende es que te hagas una idea de cómo funciona esa clase, qué sucede. No miras cómo se hace el tratamiento del error o cómo se dan instrucciones. Es ver qué ocurre. Y hay herramientas, fichas de observación, que guían o te enseñan a mirar.
Ana Fernández
Hicimos después de la observación holística, la sesión con la experta, que nos dio las herramientas focalizadas (otro tipo de fichas). Y ahí ya podíamos cada uno observar los aspectos que nos interesaban como, por ejemplo, el tratamiento del error, los silencios, el uso de la tecnología….
María Sánchez
Actividades que implican movimiento de los alumnos, la gesticulación del profesor…
Ana Fernández
Con lo que aprendimos de las sesiones de análisis hicimos una checklist de cómo podría ser un proceso de observación… Y de todo el trabajo del seminario salió un manual para el docente que quiera observar: tiene un paso a paso. El manual está pensado para su uso individual.
María Sánchez
Está disponible en el espacio virtual que tiene todo nuestro claustro. Por si alguien quiere utilizarlo.
El seminario del año pasado, ¿fue todo el curso?
Ana Fernández
Fue de diciembre a marzo.
¿Cuántas clases habéis observado y os han observado?
María Sánchez
Menos de las que hubiéramos querido (bromea). Había dos tipos de observación, la holística y la focalizada. Había que observar como mínimo una de cada. Todo esto fuera de nuestro horario de trabajo.
Eso casi se da por hecho. ¿Ha sido complicado organizaros para las observaciones?
Ana Fernández
Damos clase casi a la misma hora pero por suerte hay clases de mañana, profesores con horario parcial… gracias a eso observabas, aunque más a quien podías que a quien querías.
María Sánchez
Por ejemplo, yo quería observar la clase de español, pero mi compañera daba clase a la misma hora que yo, pero pude ver una clase de otra compañera que impartía el mismo nivel que yo por la mañana. Observamos menos de lo que queríamos.
¿Por qué observar clases de idiomas diferentes?
María Sánchez
Una compañera de A1 de inglés entró en la clase de Francés A1 porque quería, imagino, ver cómo se enfrentaba a un alumnado de nivel cero y para aplicar técnicas similares. Mismo nivel distinto idioma, ¿por qué no?
Ana Fernández
Si ves nuestra programación y los contenidos y el marco común europeo de referencia el principal objetivo de todos los idiomas es desarrollar la competencia comunicativa aunque la competencia sintáctica u ortotipográfica de cada uno sea específica. Este era un seminario, también, en el que a mí me interesa coordinar un punto de encuentro de diferentes departamentos y que nos demos cuenta de que estamos haciendo lo mismo. Y al final tenemos que enseñar a desarrollar competencias, sí, con un contenido específico. Por ejemplo, en los niveles A puedo querer observar otro idioma porque el alumno al final en estos niveles es el barro que moldeas y en estos niveles se puede enseñar el verbo «to be» pero también se puede reflexionar sobre cómo han aprendido la lengua, las creencias que tiene, cómo creen que se aprende una lengua. En las primeras semanas del curso, no todo tiene que ser contenido sino que también espacios para la reflexión. Por ejemplo, hacíamos una actividad para que el alumnado hiciera fotos a todos los carteles en inglés que viera. ¿qué significan? Todo el mundo subía muchas fotos. Nadie partía de cero. Son días para ver cómo creas grupo, como utilizas estrategias.
María Sánchez
Irte a una clase de A1 otro idioma te sirve para ver cómo se desenvuelve un alumnado desprovisto de estrategias porque acaba de empezar y para ver cómo el docente intenta captar el interés y hacer grupo con gente que no se conoce. Se ven muchas cosas más allá del currículo de cada lengua.
Antes del seminario, ¿Cuánto compartíais?
María Sánchez
El departamento tiene una carpeta en la que se comparten materiales, pero si hay gente con la que te llevas bien, hay sintonía y tu forma de enfocar la enseñanza es la misma, como es nuestro caso, nada impide compartir experiencias y actividades de forma particular porque es algo que surge de forma orgánica.
Ana Fernández
Es cierto que el departamento facilita espacios para compartir. Hay que tener en cuenta que en nuestra escuela somos unos 40 profesores de inglés y que, por ejemplo, 12 dan B1. También se crean subgrupos para compartir sobre todo entre aquellos compañeros afines y cuando a uno no se le ocurre algo, se le ocurre a otra. Vas a esa carpeta y encuentras cosas. El alumnado es muy exigente y no es lo mismo estar sola buscando y preparando materiales. Y más ahora.
¿Qué otras cosas se pueden aprender?
Ana Fernández
Lo bueno de tener a la experta, es que te hacía reflexionar y tiraba del hilo. Hemos aprendido a plantearnos cosas, a hacernos preguntas.
María Sánchez
También aprendimos a dar feedback en positivo. Si a mí me decía Ana u otra compañera: “Te ha salido una clase redonda”; de acuerdo, me estás elogiando, pero a mí no me sirve de mucho. ¿Redonda, por qué? Señálame aspectos concretos. Dime que gestioné bien el tiempo o que te pareció útil el modo en el que me aseguro de que han entendido las instrucciones. Nos enseñó eso, a hacer un análisis, no a decir si te ha gustado o no. Debe ser algo informativo y así descubrimos esos “eurekas”,reflexionando con otra persona. Por ejemplo: observé a una compañera que utilizaba una app para hacer un cuestionario grupal sobre gramática y vocabulario en C2. Yo la suelo utilizar, pero con un temporizador. Vi que ella no lo activaba y que se generaba mucho debate en cada grupo sobre las respuestas que consideraban correctas o noporque tenían tiempo de hacerlo. En la sesión de análisis le dije que me había gustado que no pusiera el temporizador por el debate que se había generado. Ella me dijo que sí había temporizador pero no había funcionado (risas). De ahí las dos sacamos que igual no hay que poner siempre el temporizador y hay que dejar un tiempo más extenso. Entre las dos hicimos ese “eureka”. Identifiqué algo positivo y ella no lo había pensado siquiera, simplemente algo falló y resultó ser bueno…
Le habéis dado la vuelta a la tortilla… de no querer ser observada a ser voluntaria.
María Sánchez
Nuestro objetivo con la comunicación en Santiago era hacer ver que esto se puede hacer, a mayor o menor escala, con o sin ponente. Queríamos enseñar algo que es replicable. Te lo puedes llevar a tu escuela. Creo que lo conseguimos.
Ana Fernández
Nos han escrito para ver si podemos pasar materiales o hacer visitas…
El tema es que se habla de este tipo de proyectos y lo bien que vienen pero no parece que masivamente, las consejerías de Educación lo fomenten demasiado…
Ana Fernández
Hay que presentarlo como algo positivo. Nos preguntó un director: “A esas personas que, tal vez, no dan bien las clases, ¿cómo hacéis para que se las vaya a observar”. Le dije que el objetivo de nuestra observación no es la evaluación, sino aprender entre iguales. En ese caso, se me ocurre que se podría invitar a esa persona a observar clases o a crear un programa en la escuela de observación.
María Sánchez
Cuando tienes a alguien que no termina de funcionar bien quizá no hay que planteárselo a esa persona en concreto, tal vez se puede hacer un decálogo entre todos sobre qué es una buena clase, qué es un buen docente. A ver si reflexionando entre todos, algo cala en esa persona. Si no lo hace, puede que haya que tomar medidas como equipo directivo, pero a mí eso se me escapa.
Ana Fernández
Al hacerlo entre todos, es de todos. Yo no sé si la observación ayudaría a ese tipo de personas. Porque tienes que querer.
¿Ha de ser voluntario?
María Sánchez
Claro, tienes que querer participar de esto. Lo que pretendíamos era que la gente quisiera. Y la respuesta fue muy positiva.
Ana Fernández
Este tipo de observaciones creemos que sí. Hay equipos directivos que quieren implantarlo en toda la escuela. Pero si estás obligando a todo el mundo no sé cómo sería el espíritu, cómo organizarás las reflexiones. Nuestra observación es “significativa”, sobre la teoría sociocultural de Vigotsky. Aunque lo adaptamos un poco para dejar fuera la parte más emocional. A mí me cuadra, pero hay otros docentes que no se sienten tan cómodos si se incluye la parte emocional.
Las sesiones tras la observación… ¿cómo se hacen?
María Sánchez
Lo mejor es que sean cuanto antes, pero no puede ser inmediatamente después de la observación porque tenemos otra clase o es a última hora. Idealmente, lo antes posible y en un entorno relajado. Si puede ser tomando algo, mejor. Yo lo hice en la escuela pero llevé desayuno para la persona que vino a observarme. En un lugar tranquilo, no en la sala de profesores, donde hay siempre alguien hablando, o después de clase de pie… así no.
Ana Fernández
La observadora nos proporcionó una herramienta guiada pero para nosotras era un obstáculo. Nos funcionó más que fluyera el diálogo. Nos ayudaron algunas técnicas que nos enseñó como la del espejo o cómo hacer preguntas. Esto hizo que durante las sesiones de análisis nos sintiéramos más cómodos. La última sesión de todas, fue para hacer una reflexión final de todo; creamos el manual de observaciones, hicimos el decálogo del buen observador.
Las sesiones de análisis individuales se alargaban un montón, más de una hora. Había mucho de lo que hablar…
María Sánchez
Es algo muy enriquecedor, no la imagen de sala de interrogatorios, con un espejo con la policía detrás… en absoluto. Café, comida y conversación.
¿Cómo animaríais a otras a hacer observación?
María Sánchez
Haciendo hincapié en que nuestro objetivo no es juzgar a nadie sino crecer, compartiendo conocimientos. Yo he sacado muchas cosas. Es una herramienta con un potencial enorme.
Ana Fernández
Para mejorar la práctica docente, es una herramienta de innovación, de autorreflexión. Es una herramienta de formación permanente. Para nosotras, también ha sido terapéutico y es gratis.
María Sánchez
¿Por qué no? En ámbitos como el de la medicina, ¿no van a observar las cirugías antes de hacerlas? No le veo un por qué no hacerlo. Compartes, te ríes. Y te llevas muchas cosas pequeñas. No tiene por qué ser una revelación. La primera vez que yo observé vi que mi compañera, cuando preguntaba a los alumnos, no decía, Juan, Ana, Lucía… sino que ella preguntaba al primero y este a otro; y este, a otro más. Y yo lo hago así. Y mis alumnos docentes también lo han terminado haciendo. Y mi compañera lo había aprendido de otro docente que conoció en un curso dentro de un proyecto Erasmus+. Una cosa tan sencilla. Desde ahí, al infinito. En definitiva, ¿Que por qué observar? Porque es una herramienta formativa potentísima, gratuita, terapéutica…