Porcentajes de sobrepeso y obesidad disparados, uso excesivo de las nuevas tecnologías, patrones de actividad física por los suelos, insuficientes horas de sueño y un bienestar emocional muy deteriorado a raíz de la pandemia de la COVID-19. El pasado 26 de enero se presentaron en Madrid los resultados preliminares de la segunda edición del estudio PASOS, coordinado por la Gasol Foundation. La conclusión es bien sencilla: la calidad de vida y los hábitos saludables en niños y niñas desde los tres años de edad se han visto perjudicados de manera relevante a todos los niveles. Preocupa especialmente la escasa adherencia a la dieta mediterránea, pieza clave en el adecuado desarrollo de nuestros infantes, y es que cada vez un menor número de escolares alcanzan niveles adecuados en cuanto a los valores nutricionales recomendados por las autoridades sanitarias.
El acto, celebrado en el IES Celestino Mutis, en Madrid, contó con la intervención de Pau Gasol, presidente de la fundación; Carolina Darias, ministra de Sanidad; Rafael Escudero, presidente de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN); la doctora Anna Veiga, directora general de Fundación Probitas, y la doctora Marta Segú, directora general de la Fundación Fútbol Club Barcelona, y puso el foco en la relación entre las desigualdades sociales y el deterioro de los hábitos de vida saludables en la población menor de edad. “La epidemia de la obesidad infantil está marcada por las desigualdades sociales. Los datos del estudio PASOS nos indican que los estilos de vida de la población infantil y adolescente en España se han deteriorado en gran medida en los últimos tres años, especialmente a partir de la pandemia. Tenemos que activar los recursos e iniciativas necesarias para conseguir que todos los niños y niñas crezcan en igualdad de oportunidades”, señalaron.
La escuela ha de jugar un papel clave en la reducción de tales desigualdades y no puede permanecer ajena a todas aquellas cuestiones ligadas a la nutrición del alumnado como parte fundamental de una adecuada Educación para la Salud, un contenido que el currículo vigente reconoce como transversal. “Colegios e institutos tienen mucho que decir en cuanto a la alimentación saludable, sobre todo en materia de prevención. La escuela debe ampliar la información y la Educación para la Salud y, más allá del alumnado, abordar estos aspectos con toda la comunidad educativa: fomentar campañas, elaborar materiales… Para que se conciba y se vea como un asunto mucho más importante de lo que se percibe en la actualidad”, argumentan desde Unicef España.
En la lucha contra los entornos obesogénicos, aquellos que favorecen el sedentarismo y el consumo de productos alimenticios de baja calidad, continúan los expertos de UNICEF, colegios e institutos deben “convertirse en entornos saludables y combatir el sobrepeso y la obesidad para revertir los datos con los que hoy nos encontramos”.
El comedor, un arma de doble filo
El incremento en las tasas de pobreza como consecuencia de la pandemia ha supuesto que el papel del servicio de comedor escolar alcance una trascendencia nunca antes concebida en la alimentación de los niños y jóvenes. “Las crisis económicas están estrechamente vinculadas a la obesidad infantil. En las familias pobres, las tasas de sobrepeso y obesidad se multiplican por dos. Muchos hogares ni siquiera se pueden permitir el consumo de carne y pescado dos días a la semana, tal y como recomienda la Organización Mundial de la Salud, y la escuela tiene mucho que decir al respecto. Esta falta de acceso a alimentos saludables hace que el comedor, como espacio protector, pase a ser la única comida saludable que muchos niños y niñas hacen al día”, aseguran en Unicef.
Con el objetivo de velar por el cumplimiento de los estándares nutricionales óptimos en el servicio de comedor y más allá de la responsabilidad propia de cada centro, las instituciones públicas han impulsado la puesta en marcha de diferentes mecanismos de control. Entre ellos figuran las diferentes normativas autonómicas, además de la publicación de los menús y su posterior aprobación por parte del consejo escolar y las familias de cada centro. También destacan las encuestas de calidad que cubren de manera periódica tanto las familias como el propio alumnado.
Pese a la existencia de tales instrumentos, hay quien todavía pone en duda que, sobre criterios económicos y fruto de la concesión del servicio a entidades privadas, la calidad de los menús cumpla en todo momento con los requisitos nutricionales deseables. “En Castilla y León, el entorno que yo conozco, la mayoría de los comedores escolares están controlados por empresas privadas y el cole apenas interviene. Aunque los menús supuestamente están elaborados por un dietista y ofertan una gran variedad de platos, lo cierto es que siguen dándose por saludables comidas que no los son, tales como fritos o rebozados precocinados. Esto es muy grave. Más aún en un entorno educativo que debería ser muy pulcro a la hora de transmitir a sus alumnos los principios básicos de una alimentación sana y equilibrada”, explica Daniel Gómez, maestro de Educación Física en el Colegio de Educación Infantil y Primaria Arcipreste de Hita, en El Espinar, Segovia.
En la lucha contra los menús poco saludables en colegios e institutos, desde la cooperativa Garúa y la Asociación Cerai vienen elaborando todo tipo de materiales educativos para aquellos centros que aspiren a evolucionar hacia un modelo de “eco-comedor escolar”, es decir, un servicio que, además de saludable, sea totalmente sostenible.
Teniendo muy presente el aspecto económico, ambas entidades plantean la simplificación de los menús, así como el consumo de alimentos de temporada y el establecimiento de acuerdos con productores locales como las llaves que conducen al ahorro y ponen freno a la dependencia de empresas privadas a las que ceder el servicio. Tanto es así que, de acuerdo con su estudio ‘¿Cuánto cuesta el menú sostenible y saludable de una escuela infantil 0-3 años?’, el coste del servicio por alumno y día sería, en un “escenario muy ambicioso”, de 1,57 euros.
Publicidad y marketing, a la contra
Otra de las batallas que ha de afrontar la Educación para la Salud en los próximos años es la del establecimiento y, sobre todo, la aceptación social de las limitaciones impuestas a los alimentos poco saludables. Tal sendero es el que han comenzado a recorrer de la mano el Ministerio de Consumo, con Alberto Garzón a la cabeza, y el Alto Comisionado contra la Pobreza Infantil, liderado por Ernesto Gasco. Ambos mantuvieron una reunión el pasado mes de enero para abordar algunas de las medidas recogidas en el Plan Estratégico Nacional para la Reducción de la Obesidad Infantil, sobre todo en lo referido a la regulación de la publicidad de alimentos y bebidas que tienen como público objetivo la infancia y la adolescencia.
La OMS ha puesto ya sobre la mesa de los gobiernos a nivel mundial numerosas recomendaciones como el incremento de los impuestos a las bebidas azucaradas, las restricciones sobre la publicidad, promoción y marketing de alimentos poco saludables, así como la limitación de sus porciones, o el etiquetado frontal de los valores nutricionales de los productos procesados, entre muchas otras. “Hay multitud de evidencias de que los niños y niñas en España crecen rodeados de este tipo de productos con baja calidad nutricional. Es por ello que se deben establecer limitaciones a las empresas que los comercializan, ya sea en forma de impuestos o restringiendo los anuncios promocionales en televisión, internet, patrocinio de eventos o en los propios supermercados, donde se llega incluso a colocar este tipo de alimentos deliberadamente a la altura de los ojos de los niños para que los vean”, advierten desde Unicef España.
‘Sello Vida Saludable’
En su afán por promover la transmisión de hábitos de vida saludable en los centros educativos, el Ministerio de Educación y Formación Provisional ha abierto ya el plazo de presentación de solicitudes para la adquisición del distintivo de calidad ‘Sello Vida Saludable’. La distinción, abierta tanto al ámbito público como privado, reconocerá a lo largo del curso aquellos colegios e institutos que fomenten el aprendizaje de la salud, la asunción de prácticas de vida saludable y una educación física en favor del adecuado desarrollo personal y social del alumnado.
La convocatoria, que celebra su tercera edición, exige el cumplimiento de numerosos requisitos estrechamente vinculados a la mejora en materia de Educación para la Salud. Entre ellos figuran el desarrollo de programa de educación en hábitos saludables, con objetivos e instrumentos de evaluación concretos y claramente definidos, la promoción de hábitos de nutrición y alimentación saludables, así como del deporte, teniendo siempre bien presente las necesidades específicas del alumnado, el enfoque de género y la equidad que permita evitar desigualdades en la salud. También el abordaje de aspectos relacionados con la higiene y el cuidado de la salud corporal. Asimismo, se establece como prioridad la actitud crítica ante la información, publicidad y actitudes sociales contrarias o que puedan poner en riesgo el desarrollo físico, psicológico y social de los alumnos.
Como vías para la consecución de tales requisitos se pone el foco en medidas concretas y mecanismos de prevención y control frente a la anorexia y la bulimia, el consumo de sustancias con potencial adictivo, tanto de comercio legal como ilegal, y el adecuado conocimiento de la salud e higiene sexual y reproductiva. Del mismo modo, se establece la necesidad de fomentar la responsabilidad del propio alumnado en sus decisiones diarias, partiendo del conocimiento de las consecuencias que estas pueden traer consigo, tanto para sí mismo como para el entorno que le rodea. Destaca en ese sentido la importancia de promover la formación continuada del personal docente.
Para la evaluación y posterior concesión del ‘Sello Vida Saludable’ el Ministerio ha puesto en marcha una Comisión Evaluadora integrada por el titular de la Dirección General de Planificación y Gestión Educativa, que la presidirá, el titular de la Subdireccción General de Centros, Inspección y Programas, que ejercerá la vicepresidencia, y tres funcionarios pertenecientes a la Dirección General de Planificación y Gestión Educativa. El plazo de presentación de candidaturas concluirá el próximo 28 de febrero.