Este texto tiene más de presentación de gráficos que de texto en sí mismo. Hemos querido plasmar aquí algunas de las cifras que los ministerios de Educación y FP y Universidades recogen sobre el sistema educativo desde infantil y hasta la universidad.
La profesión docente, salvo en la universidad, es eminentemente una profesión de mujeres, con porcentajes que rondan el 100 % en infantil y, en cualquier caso, por encima del 65 % en el resto de enseñanzas. En la universidad, eso sí, y a pesar de ser mayoría entre el estudiantado, las docentes representan el 43,3 % del personal. Las cosas empeoran en los cargos de más alta representación. Según datos de la CRUE, de 50 universidades públicas, solo hay 10 rectoras. Del total de 76 centros dentro de la Conferencia (50 públicos y 26 privados) solo 19 tienen a una mujer al frente.
Más o menos sutil, más o menos gradual, la presencia de las mujeres en las etapas educativas va decreciendo según se «sube» desde infantil hacia la secundaria y secundaria postobligatoria. La universidad es caso a parte. Los mismo ocurre con los cargos directivos que, según se asciende en el sistema educativo, son ostentados en menor medida por mujeres, al punto de que en todas las etapas hay un porcentaje ligeramente inferior de directoras frente al de docentes mujeres en las aulas de esas mismas etapas.
Queda por saber, aunque las estadísticas a las que hemos tenido acceso lo muestran, las diferencias en los tipos de jornadas, principalmente del personal interino, pero no solo. Cuántas jornadas totales y parciales corresponden a las mujeres, cuántas reducciones por personas al cargo hay y cómo se reparten, etc.
Estas no son todas las diferencias y discrepancias importantes en relación al sistema educativo. Según los datos disponibles, la otra gran diferencia observada es a qué se dedican las y los estudiantes. Los estereotipos de género se dejan ver ya, al menos, desde bachillerato, pero son muy marcados en la formación profesional y en la universidad. Ellas se dedican a estudios más relacionados con las humanidades y el sector sanitario. Les ofrecerán en el futuro peores condiciones de trabajo, salarios más bajos.