A diferencia de otras citas electorales, los cuatro grandes partidos han desarrollado de manera más detallada sus programas en relación a la educación. Sobre todo es el caso de VOX. La extrema derecha, en esta ocasión ha elaborado un documento en el que plasma, de manera más pormenorizada, sus prioridades en educación.
Entrando en materia, agruparemos los diferentes puntos de los programas para intentar simplificar la información y que, de un vistazo, pueda verse qué dice quién sobre cada asunto. Agruparemos estos asuntos también: personal docente, inversión, redes, legislación, centros.
Personal docente
Hay pocos puntos en los que los cuatro partidos coincidan. De hecho, si hay uno que todos nombran es el de devolver el prestigio o dignificar la profesión docente. Eso sí, cada quién pone sobre la mesa recetas diferentes.
VOX asegura que impulsarán «la recuperación del prestigio y la autoridad del profesorado” a base de cambios en las condiciones laborales y mediante el respeto en el aula. Es la única referencia que hace en relación al profesorado.
El PP comienza insistiendo en la necesidad de la excelencia entre el profesorado: “Impulsaremos la excelencia en el acceso a la profesión docente”, además del desarrollo de la carrera profesional y de la profesionalización de la función directiva.
El PSOE también habla en su programa sobre el acceso para asegurar que promoverán una modificación de los sistemas de acceso y procesos de selección para identificar los docentes idóneos, sin definir qué supone dicha idoneidad o cómo se puede identificar.
El partido de Pedro Sánchez habla de elaborar la carrera docente, así como de la aprobación de un Estatuto Docente (paralizada su negociación esta legislatura). Entre sus medidas más concretas plantean la equiparación progresiva de los niveles profesionales entre los distintos cuerpos docentes.
También hablan de la reforma de la formación inicial y permanente, del prácticum en el máster de secundaria y del desarrollo profesional.
Insisten las y los socialistas en «más formación del profesorado en los nuevos currículos y su carácter competencial, en la educación inclusiva, la Agenda 2030 y en sostenibilidad, en materia de acoso y malos tratos y de prevención, detección y actuación frente a la violencia contra la infancia y en igualdad”. En relación a la formación, hacen referencia a la que se haga «en igualdad y educación afectivo sexual», así como en «lengua extranjera y didáctica específica de las asignaturas impartidas en lengua extranjera» tanto inicial como permanente.
Se habla de reconocer el desarrollo docente y cómo eso supondrá mayores posibilidades de acceso a los distintos puestos de trabajo propios de la función docente. El desarrollo, parece, de una carrera horizontal, más allá de vertical. Además de la mejora de las condiciones de trabajo «con especial énfasis en las nuevas formas de organizar y ejercer la enseñanza: adecuación de horarios», aunque no especifica más.
Quieren bajar las ratios en centros que tengan proyectos de mejora “escalonando la bajada de ratios con criterios de equidad y de innovación transformadora” así como “promover desdobles de refuerzo en Primaria y ESO”.
Por su parte, SUMAR señala en uno de sus primeros puntos la necesidad de contratar a «profesores y profesoras de apoyo». Incluye también la bajada de ratios «y aumento de la dotación de medios humanos y materiales». Una bajada que supondría parte de la dignificación de la profesión, que posibilitase desdobles y refuerzos. También señalan en este punto la disminución de horarios y, sobre todo, de la burocracia. En este mismo epígrafe apuestan por «aumentar las plantillas de profesorado, reducir la interinidad al mínimo y mejorar las retribuciones y los recursos».
El partido de Yolanda Díaz apuesta por una formación inicial «de equivalente relevancia en docencia y especialización en su área, sin perjuicio de la formación universitaria en su especialidad». Y defienden una formación permanente teórico-práctica.
Inversión
Solo en el programa de SUMAR hay una referencia concreta a la financiación cuando aseguran que pretenden alcanzar el 5 % del PIB «y caminar hacia el 7 %«. De hecho, los de Díaz, apuntan a la redacción de una «Ley de financiación del sistema público educativo».
VOX no hace ninguna referencia a la inversión en educación. El PP tampoco la explicita, aunque sí habla de universalizar el 0-3 y de su gratuita con financiación del Estado y de las autonomías o la promoción de plazas «financiadas con fondos públicos» en la formación profesional. También mencionan, dentro del apartado de la FP, la ampliación de plazas «financiadas con fondos públicas».
A PSOE le pasa parecido. No explicita ninguna cantidad en relación a la inversión, aunque habla de universalizar la educación gratuita desde los 0 a los 18 años «con plazas públicas suficientes» tanto en el 0-3 como en la FP. SUMAR también se habla de universalización del 0-3 con «cobertura pública y gratuita», aunque introducen un matiz importante: «Su inclusión plena en el sistema educativo». Es el único partido que trata esta cuestión. Ninguno de los cuatro nombra la posibilidad de unificar toda la etapa, como solicitan desde colectivos de docentes de la etapa.
Habría que contar aquí también las posibles bajadas de ratio como parte de esa inversión extra o los esfuerzos para dotar a los centros ordinarios de los recursos necesarios para una educación inclusiva.
En el apartado de inversión, además, PSOE y SUMAR hacen guiños a la situación de los centros educativos y a la necesidad de invertir en ciertas mejoras.
Los socialistas hablan mucho de la necesidad de digitalización de los centros, también usan la expresión «pacificar lo entornos escolares» en colaboración con los ayuntamientos para que se prioricen el acceso peatonal o en bicicleta. También quieren mejorar sus condiciones por la vía de la climatización, la renaturalización de los patios o la adaptación de los espacios a nuevos métodos pedagógicos.
Los de Yolanda Díaz afirman que «el mantenimiento y mejora de los centros públicos requiere una mayor inversión en sus infraestructuras y equipamientos. bioclimatización de los centros públicos, para convertirlos en entornos escolares seguros, saludables, verdes y sostenibles». SUMAR quiere poner en marcha un Plan contra el calor con el que «rehabilitar los centros educativos, instalar toldos y sombras y renaturalizar los patios».
Redes educativas
Por supuesto, el tema de los conciertos está sobre la mesa y las diferencias son grandes entre todos los partidos. Partiendo de la base de lo expuesto sobre inversión y cómo PP y Vox hablan de aumento de plazas «financiadas con fondos públicos» mientras PSOE y SUMAR hablan de plazas públicas.
Si miramos el bloque de izquierdas, también hay diferencias grandes. El proyecto de Yolanda Díaz hace una apuesta más clara en defensa de la educación pública. Lo hace en el 0-3, y en la FP: «Una red pública suficiente» que «garantice la cobertura de estos estudios». También cuando comienza el punto sobre financiación diciendo que hará «una apuesta decidida por reforzar la educación pública y la responsabilidad y regulación públicas del conjunto del sistema, incluyendo la red concertada».
SUMAR propone una revisión de los conciertos para que esta red «sea realmente subsidiaria de la pública» y busca «acabar con la cesión de suelo público» para la concertada. No se habla de eliminar los conciertos, pero sí de que “la oferta de plazas concertadas se financiará con recursos públicos solo en los casos en que sea estrictamente necesario, esto es, debido a una insuficiencia en la red pública”. Anuncian la supresión de conciertos a centros que «discriminen por razón de sexo o utilicen mecanismos encubiertos para seleccionar a su alumnado”.
El PSOE no hace mención expresa a que la red pública deba ser la que reciba más apoyos. Aunque sí dice que para combatir la segregación se hará una revisión del módulo de conciertos «y de otros costes de funcionamiento de los centros concertados sostenidos con fondos públicos para asegurar que su oferta es accesible a todas las familias».
Por su parte, Vox habla de una «educación pública excelente, garantía de la igualdad de oportunidades y de progreso» (eso sí, para los españoles), también dice que blindarán «la libre elección de centro (…) a través del cheque escolar» para todas las familias, “sin que su situación económica o social sea un impedimento” para acudir al centro de su preferencia.
Los de Feijóo también defenderán la libertad de elección de centro y de tipo de educación “ya sean éstos centros públicos, privados o concertados, ordinarios o de educación especial», eso sí, «dentro de las posibilidades existentes”.
Vox, por supuesto, asegura que “defenderemos los centros de educación diferenciada, garantizando su accesibilidad y potenciando la figura de los educadores especiales en todas las escuelas e institutos”.
El PSOE se muestra más o menos tibio en relación a los centros de educación especial, ya que, aunque apuestan por dotar de recursos a los ordinarios, se respetará «la libertad de elección de centros de educación especial».
Currículo
El currículo se cita en menor medida por los partidos de izquierda, seguramente porque la Lomloe la redactó el PSOE y la apoyó en su momento Unidas Podemos, así como todo el arco parlamentario salvo PP, Ciudadanos y Vox.
Vox y PP apuestan por cambiar la Lomloe. El primero habla de una Ley de Educación Nacional que imponga contenidos comunes a todas las comunidades autónomas “lejos del sectarismo y la imposición ideológica radical que han permitido y promovido los partidos del consenso progre». El partido de Abascal aboga por la devolución al Estado de las competencias transferidas, como la educación. Entre otras cosas porque “han dinamitado la igualdad de oportunidades” y “han permitido el adoctrinamiento separatista”.
Los de Abascal aseguran que «actualizaremos los currículos educativos, garantizando el acompañamiento y la exigencia en la adquisición de contenidos sobre las materias fundamentales, con base en evidencias científicas”. Una actualización de contenidos que pasaría por la inclusión en el currículo de contenidos «sobre la historia de España, la identidad nacional y la aportación de España a la civilización y a la historia universal, con especial atención a las gestas y hazañas de nuestros héroes nacionales, así como a los símbolos de la Nación, especialmente la Bandera, el Himno y la Corona. Se promoverá también el conocimiento de las manifestaciones culturales propias de nuestra Nación y de la Hispanidad”.
El PP, menos drástico, habla de un currículo vertebrador que respete a las CCAA en el que se impulsará el humanismo. Habrá, eso sí, un refuerzo de las materias troncales, con un currículo común «con independencia de donde estudien y de alta calidad científica”. Además, dicen que se asegurarán de la «neutralidad ideológica en las aulas» y que habrá un fomento del pensamiento crítico «y el respeto a la Constitución y las leyes».
El PP insiste en la necesidad de los itinerarios educativos en “los últimos cursos de la ESO” para preparar al alumnado «para su inserción laboral» y, además, «combatir el abandono temprano».
Pondrán en marcha evaluaciones en primaria, sin efecto académico, para conocer el estado de aprendizaje del alumnado y así poder hacer frente a la falta de conocimientos provocada por la Covid-19. Eso sí, “definiremos estándares nacionales de evaluación al final de cada etapa que incentiven a alumnos, profesores y familias a realizar un esfuerzo y a desarrollar las acciones necesaria”. Una pincelada de la cultura del esfuerzo como parte del programa del PP que apuesta por reforzar el esfuerzo y el mérito, basándose «en la evidencia científica, el consenso y el diálogo».
Los de Abascal impedirán «que los alumnos puedan pasar de curso y conseguir titulaciones con asignaturas suspensas”. El partido de extrema derecha, además, impondrá evaluaciones de ámbito nacional en las distintas etapas así como una prueba única en selectividad.
Prueba que coincide con uno de los puntos del PP que explica que sus “condiciones básicas, incluyendo su evaluación, deberán ser fijadas por el Gobierno, previa consulta a las comunidades autónomas y a los órganos de representación de las universidades”. Esto, a pesar de que los exámenes actuales los elabora profesorado de secundaria y de la universidad (junto a los criterios de evaluación de dichos exámenes) y son elegidos al azar.
En un sentido muy diferente se manifiestan en SUMAR que abogan por una «evaluación formativa justa equitativa e inclusiva, planteada como un proceso integral». También aseguran que hay que «evaluar para mejorar la metodología empleada en la construcción del conocimiento. Y hay que evaluar también a las Administraciones educativas y el funcionamiento de los centros contando con el alumnado».
1 comentario
Gracias por el trabajo realizado. es muy interesante, me interesa mucho la educación. sin embargo, parece que no es muy neutral y que se inclinan por un partido más que por otro en la forma de nombrarlos. con SUMAR siempre pone su nombre, a vox varias veces «la extrema derecha» SUMAR también es extrema y no se menciona en el artículo .