Los cambios en educación son lentos, eso casi todo el mundo lo sabe. Pero la situación de los títulos de FP de grado medio no termina de mejorar a pesar de los cambios normativos tanto de la anterior legislatura del PP como de la nueva Ley de FP que, como quien dice, acaba de arrancar.
La creación de una formación dual a manos del exministro José Ignacio Wert es una de esas transformaciones que han supuesto un consenso bastante importante entre gobiernos de diferente color. A pesar de los esfuerzos realizados desde que se pusiera en marcha, hace ya una década, sus resultados siguen siendo muy tímidos.
Según la OCDE, en España solo el 2,4 % de los estudios de formación profesional pueden calificarse como formación dual dentro del marco establecido por la Unesco y aceptado por multitud de países. Este marco establece que más de la mitad del tiempo de aprendizaje se realice dentro de la empresa. En España queda casi todo por avanzar para equipararnos con otros países como Alemania, siempre puesta como ejemplo en este tipo de enseñanzas.
Mientras se consigue o no alcanzar el porcentaje alemán, cercano al 90 %, otros retos son todavía más acuciantes. Panorama de la Educación 2023 asegura que los estudios equivalentes de los ciclos de grado medio son cada vez más demandados por el mercado laboral, pero la mayor parte del estudiantado se decanta por los estudios generales, el bachillerato, que les conduce después a la universidad o a los grados superiores.
Hay que tener algunos datos en cuenta a la hora de leer el informe puesto que, cuando se habla de la segunda etapa de secundaria, cuando no es su rama general, es decir, el bachillerato, no solo implica los grados medios de FP, sino que ahí también se contabiliza al alumnado de las escuelas oficiales de idiomas, así como a quienes están en las enseñanzas profesionales de Música y Danza y a quienes ostentan certificados de profesionalidad 2. De hecho, de todo el grupo, solo el 57,9 % está en formación profesional de grado medio (FPGM).
Según los datos que maneja la ODCE para este informe, la población de entre 15 y 19 años en España está principalmente cursando estudios de bachillerato o todavía no ha pasado de la ESO. Solo el 14,5 € están en la FP de grado medio frente al 23,3 % de la UE25 y el 23,4 % de la OCDE, casi 10 puntos porcentuales de diferencia.
El nuevo informe de la OCDE asegura que la titulación en la segunda etapa de la secundaria, por cualquiera de sus vías, es cada vez más importante. De hecho, considera esta titulación como la «mínima credencial para integrarse con éxito en el mercado de trabajo y es imprescindible para continuar en niveles superiores». Pocas se deciden por la vía profesional de grado medio.
Además de la reducida tasa de matrícula, otros factores han de tenerse en cuenta. Principalmente, la tasa de finalización de los estudios. La OCDE elabora esta tasa con dos datos: cuánta gente termina en el tiempo teórico que se da para realizar estos estudios y, además, cuánta gente lo hace dos años después de esta fecha teórica. En el caso de la primera tasa esta es del 63,6 % y del 80,6 % para la segunda.
Pero estos porcentajes esconden otra realidad, la de que no es lo mismo estudiar FP que bachillerato. En el caso de la FPGM, en el curso en el que debe terminarse solo lo hacen el 46,1 % (73,8 % para el bachillerato) y, dos años después, la cifra llega hasta el 63,4 % (90,7 % para el bachillerato).
«La diferencia en las tasas entre programas generales y los de formación profesional se debe en parte a la selección o autoselección del alumnado que participa en estos programas», dice el informe español de Panorama de la Educación. A lo que añade que estos estudios «se ofrecen al alumnado con un rendimiento menor». Según la directora del Instituto Nacional de Evaluación Educativa, Carmen Tovar, estas afirmaciones «no se refieren específicamente al caso de España, si no a la tendencia general a nivel internacional».
La directora asegura que diferentes sistemas educativos, tanto de la OCDE como de la UE, van dirigiendo a su alumnado a la vía académica o a la profesional, «y se realiza, en general, utilizando el rendimiento y los resultados educativos del alumnado, entre otras variables». Algo que, formalmente, España no hace.
En relación a los datos del informe sobre el grado de logro del alumnado un año después de la finalización teórica de los estudios, Tovar asegura que «España, junto a Finlandia entre los países analizados, presenta dos años después de la duración teórica de los programas profesionales un alto porcentaje de alumnado que sigue matriculado, superior al 7 % por lo que la tasa de finalización real acabará siendo más alta que la publicada».
Frente a estos datos, España sigue encabezando las clasificaciones cuando se habla de educación superior, ya sea profesional o no. De las personas que comenzaron la educación terciaria (datos de 2021), el 38 % lo hizo por FP; el 50 %, en titulaciones de grado o equivalente, y el otro 12 % de máster o equivalente. En el caso de la OCDE, la media de quienes entran en FPGS (o equivalente) es del 19,4 % y en la UE, del 13,2 %.
Estas cifras en la vía profesional, obviamente, reducen las de quienes entran en los estudios de grado. Ese 50 % es la proporción más baja de los países estudiados. De hecho, está muy lejos del 76,4 % de la OCDE y del 79,8 % de la UE. Aunque sí estamos en la media en relación a los estudios de máster, puesto que en el caso de la primera son el 9,5 % y, en el de la segunda, el 14,0 %.
Como curiosidad, entre los datos que aporta la OCDE en el informe, destaca que, tanto en la FPGS como en los grados, España está entre los países que más personas tienen matriculadas en las ramas de educación en ambos estudios. En la formación profesional son el 7,5 % (la media de la UE es la mitad, 3,8 %; en el caso de la OCDE es del 5,3 %) y para los estudios de grado o equilaventes, el 11,4 % del alumnado está en estudios de educación frente a la media de la OCDE y la UE, de 7,9 y 7,5 % respectivamente.
Financiación
Que la formación profesional necesita de un empuje mayor de las administraciones públicas para crear plazas públicas suficientes para la demanda que hay es algo que vienen denunciando desde hace años diferentes entidades por todo el territorio. Que este puede ser uno de los problemas por los cuales muchas personas no terminan de entrar en la FP es más complicado de saber, pero ahí está la posibilidad.
El Ministerio de Educación y FP lleva tiempo reivindicando el aumento en la financiación en los últimos años para la creación de hasta 200.000 plazas públicas de formación profesional. De hecho, Carmen Tovar recuerda que el «Gobierno ha destinado 6.041 millones de euros a la transformación de estos estudios entre 2020 y 2023, de los que 2.185 proceden de los fondos Next Generation».
Resulta interesante ojear las páginas dedicadas a la financiación de los sistemas educativos en el informe de la OCDE hasta caer en las que tratan, precisamente, sobre la inversión que se dedica a las diferentes vías académica y profesional.
En 2020 España dedicó poco más del 1 % de su PIB a la secundaria postobligatoria o segunda etapa de la educación secundaria. Más de la mitad de este porcentaje recayó en en los programas generales, es decir, el bachillerato. El hecho de que tenga un mayor número de estudiantes y docentes explicaría en parte esta diferencia. El resto fue a parar a los estudios profesionales, con menor demanda y, por lo tanto, menor cantidad de profesorado, pero también, menor oferta formativa pública que sea accesible a todo el mundo.
Más allá de la FP, la financiación pública los estudios no terciarios es ligeramente inferior en España, con el 88 %, que las medias de la OCDE (91 %) y la UE (93 %). Lo que sí marca más diferencia es el porcentaje que aportan las familias, que en el caso español es del 11 % frente a 7 y al 5 % respectivamente de OCDE y UE.
En el caso del dinero público que se dedica a las universidades, en España el porcentaje es de 66 %, 10 puntos por debajo del dato de la UE (76 %), aunque muy similar al 67 % de la OCDE. Una nueva diferencia está en la financiación de entidades privadas de estos estudios, que en nuestro país (2 %) está muy por debajo de la UE (7 %) y la OCDE (9 %). Si se mira lo que aportan las familias a los estudios universitarios, de nuevo las españolas están haciendo un mayor esfuerzo ya que soportan el 30 % del gasto, frente al 22 % de las de la OCDE o el 14 % de las de la UE.
Profesorado
Según los datos que maneja la OCDE, España sigue siendo líder en el pago a su profesorado, da igual la etapa y el momento de la carrera profesional. Aventaja a la OCDE y la UE en todas las medidas. Eso sí, el profesorado de formación profesional, al menos no todo, no está equiparado salarialmente con las y los compañeros de secundaria.
Panorama de la educación vuelve a establecer que la ratio de estudiante por docentes está entre las más bajas de la UE y la OCDE en todas las etapas. Mientras que en secundaria general (véase bachillerato), la OCDE asegura que España tiene una ratio de 11:1 alumnos por profesor, en FP es todavía mejor, de 9:1.
Es verdad que se trata de medias de todos los territorios y tipos de centro, de manera que no es posible saber por sus. cifras cuáles son las diferencias por materias y, sobre todo, entre aulas rurales y urbanas en cuanto a ratio.
El informe también pone el foco en los problemas que los servicios de formación profesional tendrán en un futuro más o menos cercano para conseguir cubrir todas las plazas necesarias. Algo como ocurre en España con el profesorado de Matemáticas en la secundaria y que también pasa en algunas especialidades de FP ahora mismo. La oferta del sector profesional concreto es más favorable a la posibilidad de enseñar.
El informe señala, efectivamente, que los salarios pueden ser los culpables de esa escasez de profesorado: «La profesión no ofrece salarios competitivos en comparación con la industria». A esto se suma que no pocos profesionales no ven valorado socialmente su esfuerzo, que tiene una importante carga de trabajo, que no hay demasiadas oportunidades de desarrollo profesional y, además, hay mala gestión en los centros.
A lo largo de la OCDE y la UE el profesorado de FP está envejeciendo hasta el punto de que importantes porcentajes están por encima de los 50 años. En España son el 38,2 %. Una explicación que ofrece el informe, salida a su vez de la última edición de TALIS, es que buena parte del profesorado de FP viene del sector profesional. Tiene mayor experiencia laboral que la docencia, más que sus compañeras y compañeros de la secundaria general. Algo que, en cualquier caso, no quita importancia a la necesidad de cierto rejuvenecimiento de las plantillas a medio y largo plazo.
Al otro lado, la realidad de que el profesorado de FP menos de 30 años está en el 5,7 %, muy cerca del 5,6 % en la UE25 y 6,5 % en la OCDE.
Otra característica del profesorado de FP es que, aunque es mayoritariamente femenino, tiene una mayor proporción de hombres que las etapas generales: «El 47,5 % de docentes de la vía profesional en esta etapa son hombres, porcentaje que se reduce al 40,8 % en la vía general». A esto hay que sumar que, además, el profesorado masculino ha perdido docentes entre 2013 y 2021, en 5,2 puntos porcentuales.
Panorama de la Educación 2023 ofrece una gran cantidad de información relativa también a la transición al mercado laboral, así como a las diferencias salariales y de condiciones de trabajo en función de los estudios cursados. También sobre las diferencias en estas mismas condiciones laborales en función del género de las y los profesionales de la educación o las diferencias, también de género, en los estudios que se realizan tanto en las vías académicas como profesionales.