El profesorado no se siente valorado, pero las ventajas de la profesión les compensan

Los datos son nuevos, aunque la percepción para cualquiera que pise un centro educativo, será relativamente conocida. Las condiciones de trabajo del profesorado tienen margen de mejora, sobre todo lo que tiene que ver con la promoción dentro de la carrera docente, también con la disciplina en las aulas o con la conciliación de la vida personal y profesional. Son algunas de las cuestiones sobre las que han preguntado al profesorado para elaborar el Barómetro Internacional de la salud y el bienestar del personal de la educación, elaborado por segunda vez de la mano Red Educación y Solidaridad y la Fondation d’Entreprise  pour la Santé Publique en colaboración con la Internacional de la Educación y la Cátedra UNESCO Salud Global y Educación.

Como en otros muchos estudios, el profesorado no se siente valorado socialmente, a pesar de que las relaciones que mantiene con la comunidad educativa (dirección, claustro, familias y alumnado) salen muy bien paradas.

La carrera profesional, eternamente congelada y a la espera casi perpetua de un estatuto docente que siempre parece poder esperar a otra administración que le meta mano, es percibida por la inmensa mayoría del profesorado como francamente mejorable.

Preguntados por su opinión sobre la promoción laboral, da igual el tiempo que lleven en la profesión, entre un 37 y un 40 % cree que es muy mala. Si se suma a este grupo el inmediatamente siguiente, el resultado es que seis de cada 10 profesionales no tienen ninguna buena opinión de su posibilidad de promocionar.

Además, casi la mitad considera también que el salario es bueno. Aunque aquí hay ciertas importancias de matiz. El 8 % lo considera muy malo, y justo después, otro 17 % lo puntúa bastante mal.

Junto a todo esto se encuentra el hecho de que la mitad o más de las personas encuestadas siente que hay un desequilibrio entre la vida personal y la laboral en su día a día. Una situación que, además, no varía demasiado a lo largo de toda la carrera profesional.

Pero, a pesar de todo, las y los docentes que han contestado a este estudio, opinan que, de poder elegir de nuevo la profesión, volverían a ser docentes. A esto se suma el hecho de que la mayoría cree que los beneficios de su trabajo compensan las dificultades que lleva aparejadas.

El informe también se pone el foco en las relaciones de convivencia que percibe el profesorado en los centros educativos. Aunque la inmensa mayoría del cuerpo considera que tiene muy buenas relaciones tanto con los compañeros, con las dirección, las familias y el alumnado, destaca un 10 % de quienes declaran que en ocasiones no se sienten seguros en su centro de trabajo.

En este sentido, al encuesta también recoge que una cuarta parte del profesorado encuestado asegura haber sido objeto de algún tipo de violencia en el último año. En el caso de las mujeres, lo declaran en mayor medida que los hombres, cinco puntos porcentuales (el 27 frente 22).

Las formas de esa violencia suelen ser insultos o agresiones verbales, amenazas, humillaciones… La lista es relativamente larga y depende, además, de quién sea el sujeto de cada acto. La encuesta diferencia entre si el profesorado la sufre de parte del alumnado, de las familias, de otros compañeros o de personas exteriores al centro.

A pesar de estos porcentajes, son la inmensa mayoría quienes declaran que la calidad de las relaciones que mantienen en los centros es buena. Sobre todo cuando se trata de hablar del alumnado con el que se trabaja.

El informe, elaborado dentro del Barómetro Internacional de la Salud y del Bienestar del Personal de la Educación (I-BEST 2023), repasa otras muchas cuestiones como la convivencia y los niveles de violencia en los centros; las relaciones con el resto de la comunidad educativa y con las administraciones o la incidencia de enfermedades físicas o psicosociales y su impacto en los días de trabajo a lo largo del año.

En el caso de España, CCOO fue el sindicato encargado de enviar los cuestionarios a 3.000 docentes, cuyas respuestas fueron ponderadas en relación a la antigüedad, el sexo o la edad. Toda la información está disponible en la página web de la Red Educación y Solidaridad. Dicha red, así como el cuestionario, ha sido elaborado e implementado la Red Educación y Solidaridad y la Fundación para la Salud Pública, en colaboración con la Internacional de la Educación y la Cátedra UNESCO Salud Global y Educación.