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La escuela pública está en el centro de una ofensiva cultural que busca desplazar el sentido común educativo construido durante décadas de lucha pedagógica y social. Lo que antes eran consensos básicos —la inclusión, la coeducación, la equidad— hoy se presentan como excesos ideológicos, como «buenismo pedagógico» o ideas «pedagogistas». En política, el concepto de Ventana de Overton resulta útil para comprender cómo hemos vuelto a debatir si es necesario transformar los centros que segregan por sexo o por capacidades, a discutir sobre rebajar la edad obligatoria de la educación, la segregación temprana en itinerarios o a olvidar que la escuela concertada es subsidiaria de la pública, por ejemplo. Este proceso es paralelo al cuestionamiento y desarme de los servicios públicos en general. ¿Qué ha sucedido en el campo de la batalla cultural educativa para llegar a esta situación de retroceso? La intención de esta pieza es visibilizar los actores, relaciones, organización y financiación que están detrás de esta agenda reaccionaria y sus intereses.
De dónde venimos: la trinchera educativa
Muchos y muchas docentes trabajamos en condiciones poco favorables —aulas masificadas, ratios imposibles, creciente diversidad de alumnado, burocracia excesiva, insuficiencia de recursos materiales y humanos, escasez de tiempo para coordinarnos y debatir, etc.— que la ultraderecha y los lobbies conservadores ven como el caldo de cultivo perfecto para intentar restituir la escuela del pasado destruyendo avances que costó décadas construir. Y en este terreno se añade otro factor decisivo: cuando la izquierda gobierna, pero no impulsa políticas de izquierda que transformen realmente la vida de la ciudadanía, se abre aún más espacio a los discursos de extrema derecha, que aprovechan el malestar y la frustración para presentarse como alternativa.
En noviembre de 2022, desde el Colectivo DIME+ alertamos [https://ctxt.es/es/20221101/Firmas/41295/discurso-rojipardo-educacion-lomloe-izquierda.htm] sobre la aparición del discurso rojipardo en educación. Lo llamamos así porque venía disfrazado de izquierda —o al menos de crítica a la «pedagogía woke»—, pero olía a naftalina. Ya entonces nos preocupaba que este discurso anidara en medios y espacios que se consideran progresistas.
Hay que aclarar que no se trata solo de una cuestión ideológica, que también —es decir, definir qué es la escuela, quién tiene derecho a ella, qué y cómo se enseña y para qué sirve—, sino de intereses económicos. Se han constituido como un lobby organizado, con recursos financieros, con agenda y cuidadosamente camuflado bajo una pretendida apariencia de neutralidad técnica. Este neoconservadurismo 2.0 incluye en su lenguaje palabras biensonantes como «evidencias», «excelencia», «objetividad», «libertad» o «conocimientos». Se disfraza de sentido común y se infiltra en espacios sindicales de izquierdas, universitarios o, incluso, de defensa de la escuela pública. Esto último nos resulta especialmente doloroso y preocupante. Detrás de estos think tanks con apariencia tecnocrática está el lobby de los centros concertados y privados, de la patronal de los libros de texto, de centros de educación especial, muchos de ellos financiados con dinero público y desde fundaciones de familias adineradas. Todos estos grupos están representados por los partidos políticos, sindicatos y fundaciones de la derecha y la ultraderecha.
Pero lo más preocupante no es su profesionalización como lobby. Lo verdaderamente alarmante, al igual que estamos viendo con la ultraderecha en toda Europa, es su capacidad para infiltrar sus ideas en parte del profesorado, especialmente en aquellos sectores más desgastados, más precarios, más quemados por las reformas constantes, la burocracia infinita y la sensación generalizada de impotencia. En ese caldo de cultivo, todo lo que suena a orden, autoridad y rigor —aunque sea regresión— entra en las subjetividades con facilidad.
El nuevo viejo discurso reaccionario en educación
Aunque no existe un «libro blanco» oficial del neoconservadurismo educativo, se ha consolidado un corpus repetido en medios, redes sociales, universidades y parlamentos. Como analiza Adell (2023), sus ideas principales son:
- Utilizar la educación especial como freno a la inclusión, bajo el pretexto de «atención especializada» y sin mencionar la falta de recursos.
- Apostar por una especialización extrema del profesorado, rechazando lo interdisciplinar, como ilustró la Plataforma No als Àmbits y la Asociación OCRE ante los ámbitos en la ESO [https://eldiariodelaeducacion.com/2025/09/03/la-justicia-tumba-los-ambitos-en-4o-de-eso-en-cataluna/]
- Defensa de la clase magistral y el temario frente a metodologías activas, reduciendo la educación a la transmisión unidireccional.
- Trivialización del conocimiento, defendiendo la memorización y el examen escrito como indicadores de aprendizaje.
- Apoyo a la repetición de curso y expulsión del centro como recursos pedagógicos, a pesar de que agravan las desigualdades.
- Propuestas de segregación temprana mediante derivación rápida a FP (entre 12 y 14 años).
- La marca de moda: educación «basada en evidencias», presentada como neutral, aunque en realidad responde a marcos ideológicos muy concretos como argumentamos en otro texto [1:https://www.diario-red.com/opinion/colectivo-dime/educacion-basada-evidencias-como-artefacto-discursivo-politica-educativa-conservadora/20240801153727033529.html], [2: https://colectivodime.org/investigacion-educativa-critica-manifiesto-eie/]
- Enemistad con la pedagogía crítica y las ciencias de la educación, acusándolas de impracticables, mientras se reivindica un pasado idealizado como «ascensor social» (véase Pedagogía de la opresión, de Juan Luis Nevado [https://www.elsaltodiario.com/educacion-publica/pedagogia-opresion ]).
- Reiteración del mito de la «bajada de nivel» sin sustento empírico.
- Rechazo de la tutoría y la educación socioemocional, sostenido en una retórica de autosuficiencia («educado se viene de casa»).
- Apología de la cultura del esfuerzo y la meritocracia, sin considerar factores sociales y estructurales.
Estas ideas se presentan como defensa de una escuela «racional y exigente», incluso simbólica, tal como reclama la plataforma PLIS Educación, por favor o PLIS (Profesores Libres de Ingeniería Social), la cual ha sido alabada por su compromiso junto al Colectivo Hèlios, filial balear de la Asociación OCRE y, como señalan en OKDiario, por su intento de «reconstruir una educación en ruinas» [https://okdiario.com/baleares/nace-helios-reconstruir-educacion-ruinas-que-sea-mas-racional-exigente-12850174]. Pero encubren un proyecto de reinstauración de una escuela excluyente, jerárquica y generadora de desigualdad, ahora penetrando incluso en espacios que históricamente defendieron la educación pública como herramienta emancipadora.
Quién es quién en las organizaciones educativas con perfil reaccionario
Estos think tanks nacieron en el ámbito catalán y valenciano, pero su expansión por el resto del Estado es ya evidente. Sus actividades van desde la elaboración de informes, el conseguir eco en medios de comunicación, el acceso a formaciones del profesorado —incluso en posgrados universitarios privados— y, sobre todo, la influencia en partidos, administraciones y sindicatos.
En Cataluña, el giro conservador no es nuevo, pero sí cada vez más sofisticado. Desde los años noventa, el Sindicato Professors de Secundària (aspepc·sps) y la Asociación de Catedráticos de Enseñanza Secundaria (ACESC–ANCABA) han tejido un discurso corporativo, elitista y profundamente reaccionario en torno a la figura del docente como autoridad. Defienden con vehemencia la especialización del profesorado, como barrera frente a lo que llaman la «primarización» de la secundaria, y la recuperación del «prestigio» del catedrático como figura académica de jerarquía y saber disciplinar (como si fuese un reconocimiento al conocimiento disciplinar más que al tiempo de servicio o cargos asumidos en su vida laboral). Aunque se definen como «independientes», no nos debe sorprender que antes de formar parte de aspepc·sps, la Associació Sindical del Professorat d’Ensenyament Públic de Catalunya fue fundada por Josep Alsina i Calvés, también relacionado con la organización de extrema derecha Somatemps y militante del Partido Español Nacional Socialista (PENS), Fuerza Nueva, Frente Nacional de la Juventud y Movimiento Social Republicano (todos ellos de la misma ideología). Tampoco nos debe sorprender que el sindicato haya propuesto al Ayuntamiento de Manresa adherirse a un manifiesto en un pleno municipal . Sus intervenciones pueden escucharse por ser públicas y no tienen ningún desperdicio [ https://videoactes.manresa.cat/session/sessionDetail/8a81808891f873ad0191fa3e0aca0005?startAt=6336.0 ] propuesta que fue apoyada por el Grupo Municipal de Junts y el Grupo Municipal Nacionalistas, con la abstención de Vox. Por suerte fue frenado por los grupos municipales progresistas.
Su discurso se articula en torno a ideas ya conocidas: el mérito como dogma, el conocimiento como propiedad, la igualdad como amenaza. Se oponen al modelo comprensivo de educación, critican los enfoques inclusivos (de los que dicen despectivamente que «igualan por abajo») y repudian cualquier reforma que difumine las distinciones entre cuerpos docentes.
Este sindicalismo reaccionario ha ido ganando terreno a costa de los sindicatos de clase —CCOO, UGT, CGT, Intersindical-CSC y STEs—, instrumentalizando el discurso de defensa de los derechos docentes para enfrentar al profesorado contra el alumnado con necesidades específicas, al maestro con el profesorado de secundaria o a quienes trabajan por la inclusión con los más tradicionales. En Cataluña, USTEC, ha denunciado públicamente a aspepc·sps como fuerza conservadora y de derechas (lo que representa un ejemplo por su comprensión de la gravedad del panorama actual) marcando distancias frente a las propuestas más segregadoras, negándose a claudicar allí donde otros han buscado consensos ambiguos.
Es especialmente doloroso ver cómo en ocasiones también han conseguido infiltrar el mensaje en espacios progresistas. El pasado marzo el Sindicato de Enseñanza CGT de Huelva, con la colaboración de su federación estatal organizó una jornada bajo el título Análisis crítico de la LOMLOE y de las competencias. Contra la mercantilización de la educación. Una convocatoria que podría sonar bien por su cuestionamiento al modelo neoliberal pero que terminó siendo plataforma para ponentes como Pascual Gil u Olga García, habituales de este nuevo espacio del neoconservadurismo ilustrado antipedagógico [ https://cgt.es/curso/analisis-critico-lomloe/ ].
Porque, aunque el análisis sobre la situación precaria del profesorado es acertado, las alternativas transitan por senderos ideológicos muy diferenciados. En Asturias, por ejemplo, la reciente huelga docente arrancó con fuerza y un apoyo transversal inusual. La atención a la diversidad y la inclusión educativa formaban parte central de las reivindicaciones, aunque significativamente se evitó cuestionar el papel segregador de la enseñanza concertada. Pero el consenso progresista duró poco y pronto emergieron voces que, desde dentro del propio movimiento docente, comenzaron a deslegitimar estos principios, reclamando un modelo educativo selectivo, disciplinario y segregador, y que Tino Brugos (2025) encapsula en un sector sindical concreto. Esto ocurre porque tanto en las calles asturianas como en las aulas de todo el Estado confluimos sectores de la comunidad educativa que nos situamos en el espectro que va desde lo más reaccionario hasta la escuela emancipadora, en lo que Xandru Fernández (2025) describe como «las dos almas del cuerpo docente» y a las que «nos une un malestar, pero nos separa el lienzo ideológico donde lo proyectamos». El resultado en Asturias ha sido una victoria simbólica más para el bloque reaccionario. La movilización docente provocó el cambio de consejera de Educación quien remodeló la Dirección General de Inclusión Educativa. Ha pasado de estar liderada por un perfil comprometido con la accesibilidad universal a otro en apariencia menos implicado. El próximo decreto de equidad que regulará la atención a la diversidad asturiana resolverá las dudas. [https://actualidad.asturias.es/-/educaci%C3%B3n-presenta-un-primer-esquema-de-trabajo-con-las-prioridades-del-futuro-decreto-de-equidad].
La Fundación Episteme, nacida en 2020 al calor del sindicato aspepc·sps y la Asociación de Catedráticos, es el epicentro de un entramado de asociaciones, sindicatos y plataformas. Xavier Massó ejerce el cargo tanto de presidente de Fundación Episteme como de secretario general en aspepc·sps y aparece frecuentemente en todos los nodos de la red. En el apartado de transparencia de su web constan donaciones del sindicato a la fundación por valor de 43.000 € en 2023, 32.000 € en 2022 y 18.000 € en 2021 (no aparecen aún reseñadas las donaciones de 2024 y 2025). A estas se unen otras de entidades privadas como la Asociación de Catedráticos de Enseñanza Secundaria. [https://es.fundacioepisteme.cat/web-transparencia/]. Más allá del origen de la financiación, la línea ideológica que sigue no es tan transparente. Eso sí, podemos encontrar publicaciones entre los miembros de su patronato como El Catolicismo Liberal en España o ¡Viva la Pepa! Los éxitos del liberalismo español del Siglo XIX ambos de Felipe-José de Vicente Algueró. El último junto a la Fundación FAES, presidida por José María Aznar [ https://fundacionfaes.org/viva-la-pepa-los-frutos-del-liberalismo-espanol-en-el-siglo-xix/ ] .
En torno a Episteme orbitan nombres conocidos del profesorado tuitero y de la nueva intelectualidad conservadora: David Rabadà, David Cerdá (habitual de la Gaceta de la iberosfera [https://gaceta.es/author/david-cerda/] ) o Andreu Navarra. También han contado con el exministro de la derecha portuguesa Nuno Crato —vinculado como asesor en el programa de alfabetización del Gobierno de Bolsonaro— [https://g1.globo.com/educacao/noticia/2019/08/15/caderno-sobre-politica-de-alfabetizacao-do-mec-e-muito-generico-dizem-especialistas.ghtml] y con el presidente de la Asociación Nacional de Editoriales de Libros y material de Enseñanza (ANELE), José Moyano, en la defensa del libro de texto como recurso didáctico imprescindible.
En este entramado también se inscribe el digital e-notícies, medio de extrema derecha que ha entrado de lleno en el debate educativo. Su línea editorial se apoya en el discurso de David Rabadà [ https://e-noticies.cat/es/autores/david-rabada ] —quien, además de estar en la Fundación, es responsable de comunicación de aspepc·sps—, y sigue una agenda basada en la «educación autoritaria, el elitismo, la antipedagogía y el rechazo de la inclusión» [ https://x.com/AndreuMumbru/status/1964634589349171338]. La ofensiva mediática se dirige también contra sindicatos de clase como USTEC, a los que e-notícies ha atacado por campañas de solidaridad con Palestina o por denunciar el avance de la ultraderecha en las aulas.
Desde 2024, Episteme publica la revista digital Educational Evidence [ https://educationalevidence.com/] afianzando así una apariencia «técnica» vinculándose con la «educación basada en la evidencia» a la que ya hemos aludido. Su actividad no se limita a la divulgación de esta corriente, sino que organizan cursos de formación privados en la misma línea e incluso han firmado un convenio de colaboración con la Universidad Camilo José Cela (UCJC) para el «desarrollo de actividades formativas, participar en actividades de investigación, transferencia y divulgación del conocimiento» [ https://es.fundacioepisteme.cat/2024/06/17/20-de-bonificacion-en-el-master-oficial-de-la-ucjc/ ].
La red se expande a la Comunidad Valenciana cuando nace Asociación OCRE (2022), colaboradora directa de Episteme. Se presenta como una plataforma independiente, pero su primer congreso fue coorganizado con Episteme y animado por muchos de los mismos nombres: Miguel Ángel Tirado Ramos, Toni García Arias, etc. Nos sorprendía aquí la colaboración del sindicato UGT, muy ligada, eso sí, a la lucha contra los ámbitos (un intento de interdisciplinariedad en el primer curso de ESO para facilitar la transición del alumnado entre primaria y secundaria). El hecho de que en muchos centros valencianos continúe este sistema de organización de las materias sin que ahora se hable de ello, hace sospechar que existía una motivación política contra el gobierno del Botànic. Tampoco nos sorprendió ver allí a Laura Rodríguez Montecino, profesora de Lengua Castellana, directora del proyecto Sobre Ruinas, responsable de educación del partido Izquierda Española y miembro del think tank El Jacobino [https://www.eljacobino.es/opinion/sobre-el-proyecto-economico-de-izquierda-espanola/], conocida por sus posiciones abiertamente antiinclusivas y su nostalgia sobre lo que denomina una escuela «seria», eufemismo de selectiva.
El inspector de educación, Miguel Ángel Tirado Ramos , que crítica el Diseño Universal para el Aprendizaje, ha impulsado en las Islas Baleares el Col·lectiu Hèlios, que OCRE describe abiertamente en su propia web como «filial» y establece vínculos con Fundación Episteme [ https://asociacionocre.org/lassociacio-ocre-dona-la-benvinguda-al-col·lectiu-helios].
Pero es un ecosistema coordinado, existen otras piezas que completan el puzle:
Plataforma per l’Educació de Qualitat, liderada por Dori Huertas, que, aunque se autodefinen como una plataforma de familias, en realidad tan solo promueve y difunde los discursos generados desde OCRE y Episteme.
PLIS educación, por favor, una asociación con vínculos políticos en la ultraderecha balear, que promueve la «educación neutral sin ideología», es decir, que promueve el castellano como único idioma vehicular, contra el fracaso escolar masculino que achacan a la discriminación de los chicos por el feminismo y con un ataque constante a la escuela inclusiva.
Educación inclusiva SÍ, Especial También, plataforma formada por asociaciones de familias, docentes y centros privados, especialmente en la Comunidad de Madrid, que emergió en 2018 ante los planes legislativos que buscaban dar recursos a la escuela ordinaria que podrían poner en peligro la segregación en centros de educación especial.
Tampoco faltan en esta red de influencia personajes mediáticos que aprovechan su elevado número de seguidores en la red social X para apoyar los planteamientos de estas asociaciones. Por ejemplo, Pascual Gil, al que Soto Ivars exponía como referente educativo [https://www.elconfidencial] y que ha sido ponente en congresos de OCRE. Jordi Martí (XarxaTIC), actual subdirector general de Formación del Profesorado con el gobierno de PP-VOX en la Comunidad Valenciana, quien ha promovido a OCRE desde su blog [1: https://xarxatic.com/ocre-una-asociacion-educativa-sin-estridencias/y 2: https://xarxatic.com/nace-la-asociacion-educativa-ocre/ ] y forma parte activa del proceso de reorganización de la formación docente. Bajo su dirección, se han retirado cursos de antifascismo [https://www.levante-emv.com/safor/2025/07/08/generalitat-veta-curso-antifascismo-universitat-119494892.html] y se han cerrado determinados CEFIRE (centros de formación del profesorado de la Comundad) [ https://anpecomunidadvalenciana.es/notices/189891/Supresión-de-determinados-centros-de-formación,-innovación-y-recursos-educativos-(CEFIRE)-específicos ]. Al autor de este blog no le basta con las decisiones políticas que ejecuta desde su cargo, sino que utiliza la red para insultar e intentar desprestigiar a asociaciones y colectivos de corte progresista [https://xarxatic.com/?s=colectivo+dime], así como a aquellos docentes que se atrevan a pensar que otra escuela es posible.
Este otoño, la Asociación OCRE (con similares ponentes que en ocasiones anteriores y junto a Fundación Episteme) celebrará un nuevo congreso en Andalucía. Allí se presentará un manifiesto alineado con la misma agenda ideológica que vienen impulsando en otros territorios. Esta vez, el texto aparece firmado por un colectivo hasta ahora desconocido: La Revolución de la Tiza, posiblemente un nuevo nodo en la red reaccionaria educativa. Entre los ponentes destacan nombres habituales de este espacio ideológico como Inger Enkvist, Carlos Javier González, Miguel Ángel Tirado Ramos o Bianca Thoilliez y maestros y maestras con repercusión en redes sociales. Parece que la historia se repite y plantean #LaRevoluciónDeLaTiza como su siguiente nodo en colaboración con la Asociación de Profesores de Instituto de Andalucía (APIA), un sindicato conservador abiertamente contrario a la Memoria Democrática y al lenguaje no sexista [https://www.abc.es/sevilla/ciudad/sevi-javier-puerto-presidente-apia-disparate-llevar-memoria-historica-colegios-institutos-201806030746_noticia.html].
Por desgracia, este discurso ya no se queda en la trinchera digital. Está llegando a las instituciones. En el Parlament de Catalunya, el diputado de VOX Manuel Jesús Acosta Elías solicitaba en sede parlamentaria que se incluyeran como «voces autorizadas» en el debate educativo a la Fundación Episteme, Xavier Massó, Rabadà, Luri o Galindo entre otros «referentes educativos [https://x.com/nolo14/status/1844656860982341817]».
También encontramos conexiones con conocidas figuras internacionales del pensamiento educativo neoconservador, elitista y excluyente como la anteriormente mencionada Inger Enkvist, musa educativa del PP [http://www.fundacionfaes.org/file_upload/publication/pdf/20171020125658pisa-y-los-sistemas-educativos-del-igualitarismo-a-la-desideologizacion-de-la-educacion.pdf] que acudirá al próximo congreso en Andalucía, o Catherine L’Ecuyer o Katharine Birbalsing, directora de la escuela autoritaria Michaela School en Reino Unido que tanto gusta a las editoriales conservadoras implicadas en la batalla cultura educativa [https://www.elmundo.es/papel/todologia/2017/08/08/59884a83ca4741d6478b45e5.html ].
Frente a estos lobbies, ¿qué?
La inclusión no es un invento pedagógico ni un capricho ideológico: es un derecho reconocido en convenciones internacionales, directivas europeas y en nuestra propia legislación educativa. Quienes la atacan no están cuestionando una metodología, sino oponiéndose a un mandato jurídico y político que sitúa a todas las personas en el centro del derecho a la educación. Salirse del marco de la inclusión educativa supone, además, salirse del marco aceptado internacionalmente para el fortalecimiento de los derechos humanos. Y frente al mantra repetido por estos lobbies, identificar y denunciar los discursos neoconservadores en educación es el primer paso. No basta con el diagnóstico. Necesitamos acción organizada, colectiva y sostenida en el tiempo. En los últimos tiempos, estos enfoques están penetrando en espacios tradicionalmente vinculados al pensamiento progresista, aprovechando el malestar acumulado del profesorado y las condiciones de precariedad laboral. Su estrategia se articula bajo un supuesto corporativismo docente pero que enmascara una lógica profundamente excluyente. Un corporativismo falso porque quienes enseñamos también formamos parte de comunidades familiares diversas, también criamos hijos e hijas con discapacidades, dificultades o trayectorias vitales complejas. Y es por ello que nuestra defensa de una escuela pública, inclusiva y de calidad no es solo una posición política sino una exigencia de justicia social que nos atraviesa en lo más íntimo a quienes vivimos y sostenemos la escuela cada día.
La ofensiva de estos lobbies educativos —bien financiados, cada vez más sofisticados en su discurso y con fuerte presencia mediática— no se combate solo desde el aula ni desde la indignación individual. Se frena en comunidad. Con redes vivas. Con vínculos fuertes entre profesorado, familias, alumnado, sindicatos y movimientos sociales. Se frena construyendo otra idea de escuela desde dentro… pero también disputando el relato fuera.
Fortalecer los espacios colectivos es una pieza clave. Y aquí los sindicatos de base, las redes pedagógicas críticas, los colectivos de profesorado, familias y alumnado organizados, siguen siendo nodos imprescindibles para defender una escuela pública, inclusiva y viva. No basta con simpatizar desde fuera: necesitamos implicación real, participación comprometida, acción decidida. Porque los derechos se defienden también con estructura, con inteligencia organizativa y con horizontes compartidos. Muchas de nosotras militamos activamente en CGT, CCOO, UGT o STEs, y seguimos creyendo que esos espacios deben ser motor de transformación. Algunos de ellos aún permanecen impermeables a estos discursos. Sin embargo, es urgente detenerse a pensar quién está marcando la agenda, quién firma los artículos que circulan en nuestros canales y qué voces quedan silenciadas.
Esta implicación no puede quedarse en lo laboral, necesitamos un marco teórico. La pedagogía crítica, las ciencias de la educación, la filosofía política, la teoría feminista, los derechos LGTBIQA+, el pensamiento decolonial y antirracista o la cultura ecosocial deben volver al centro del debate educativo. Necesitamos marcos que nos permitan no solo resistir, sino imaginar y proponer. Disputar no solo las políticas, sino los sentidos: qué entendemos por educar, por cuidar, por formar ciudadanía. La defensa de una escuela pública, inclusiva y viva necesita estructuras. Necesita tiempo. Necesita redes.
También es crucial visibilizar la batalla cultural que se libra hoy en el campo educativo. Las ideas reaccionarias no avanzan solas: lo hacen cuando no hay quien les dispute el relato. Necesitamos campañas claras, materiales bien diseñados, presencia en redes, en medios, en centros de formación. Que se sepa quién está detrás, qué intereses hay en juego, y qué consecuencias reales tendrían sus propuestas.
Pero, sobre todo, hace falta algo más difícil y necesario, volver a ilusionar. Recuperar el deseo de una escuela donde quepan todos los cuerpos, todas las inteligencias, todas las preguntas. Una escuela que no mida, sino que acompañe; que no seleccione, sino que transforme.
No basta con resistir. Necesitamos disputar el relato, reconstruir comunidad y devolver la ilusión de una escuela pública inclusiva y transformadora. Porque lo que está en juego no es solo la educación, sino la democracia misma.
Referencias bibliográficas
Adell, J. (9 de julio de 2023). Regreso al pasado: el discurso reaccionario en la educación. VientoSur. Recuperado de https://vientosur.info/regreso-al-pasado-el-discurso-reaccionario-en-la-educacion/
Brugos, T. (12 de junio de 2025). Huracán en la Educación Pública asturiana. VientoSur. Recuperado de https://vientosur.info/huracan-en-la-educacion-publica-asturiana/
Fernández, X. (7 de junio de 2025). Las dos almas del cuerpo docente. Nortes. Recuperado de https://www.nortes.me/2025/06/07/las-dos-almas-del-cuerpo-docente/