Somos una Fundación que ejercemos el periodismo en abierto, sin muros de pago. Pero no podemos hacerlo solos, como explicamos en este editorial.
¡Clica aquí y ayúdanos!
«Estamos todavía lejos», aseguraba Héctor Adsuar, responsable de Pública en CCOO poco después de terminada la reunión con el Ministerio de Educación en la que han abordado un nuevo borrador de la futura ley que marcará ratios y horas lectivas máximas y homogéneas para todo el Estado.
José Luis Valero, representante de FeSP-UGT en la reunión ha dicho que ha habido algunas mejoras y se han recogido algunas delas aportaciones hechas por los sindicatos al documento que se les presentó inicialmente hace unos días. Pero no son suficientes.
«Solo con estas medidas, esta no es la legislatura del profesorado». Adsuar lo tiene claro. Coincide con él Valero, quien señala que quedan grupos por formar y asuntos urgentes e importantes como el paso del grupo A2 al A1, la jubilación o la situación del profesorado mayor de 55 años.
El texto que ha presentado el Ministerio y al que a tenido acceso este periódico, asegura que la bajada de ratios a 22 y 25 en primaria y ESO se haría el curso que viene (todo ello si la negociación avanza a buen ritmo y la frágil mayoría en el Congreso se mantiene).
La otra buena noticia es que la bajada de las horas lectivas por ley y para todas las CCAA que la estaban esperando, como Madrid o Galicia, también serian en ese curso. Se estipularía, además que «aunque los periodos lectivos impartidos tengan una duración inferior a 60 minutos tendrán la consideración de hora lectiva». Una apreciación clave que, en el caso del acuerdo firmado en Madrid la pasada primavera ha supuesto la acusación de incumplimiento por parte de los sindicatos, ya que la Consejería no ha hecho este mismo calculo.
Ademas de esto, el alumnado con necesidades educativas especiales contará el doble a efectos de ratio. Queda fuera de esta categoría que, como denunciaba la Federación de Enseñanza de CCOO hace unas semanas, se invisibiliza y al que no se le prevén apoyos. Alumnado con problema de déficit de atención, por ejemplo, o de entornos deprimidos o que no domina la lengua de instrucción.
Calendario
Uno de los mayores problemas es que el calendario de implantación propuesto por el Departamento de Pilar Alegría lleva la baja de ratios hasta el curso 2031-2032, lo que supone la espera de cinco cursos, casi siete años, para que todos los grupos y etapas se hayan beneficiado. Valero recuerda que excedería con mucho la legislatura actual.
De hecho, las ratios comenzarían a aplicarse en el segundo ciclo de infantil y primer curso de primaria desde el curso 27-28. Hasta el curso siguiente no comenzaría a hacerse en la ESO y hasta el 29-30 no lo harian en el bachillerato. De la FP básica o de la de grado medio no se habla.
«Se vislumbra que puede ser un primer paso para cambiar las condiciones», cree Valero, a pesar de lo que mucho que queda por delante. Bien es cierto que el Ministerio a pisado el acelerador. La anterior reunión debería haberse celebrado en mayo, pero se pospuso a julio. Entonces volvió a posponerse. Ahora se trabaja a contra reloj para que pueda pasarse con calma el tramite parlamentario y todo esté listo para septiembre de 2026.
Para ese mes sí se fijarían las horas lectivas máximas, así como un poco resolutivo punto que dice las administraciones educativas «procurarán una distribución equilibrada» de alumnado con necesidades educativas entre centros sostenidos con fondos públicos, así como, dentro de cada centro, entre las diferentes aulas.
Adsuar se muestra más critico. Quieren tener en la mesa una propuesta «más ambiciosa y garantista», que no deje nada al albur interpretativo de las autonomías que pueda llevar las cosas a un incumplimiento del espíritu de la norma por vía de una interpretación muy exacta de la letra.