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En septiembre de 2023 llega a las librerías, al mismo tiempo que el lanzamiento estadounidense, la novela gráfica Roaming, con guión de Mariko Tamaki y dibujo de Jilian Tamaki, publicado en castellano por Ediciones La Cúpula. Las dos primas canadienses de ascendencia japonesa vuelven a trabajar juntas de nuevo en un relato sobre la amistad femenina, pero, en esta ocasión, sus protagonistas son un poco mayores que en sus anteriores trabajos. En Roaming, las tres jóvenes canadienses tienen 19 años, y están en el segundo semestre de su primer curso en la universidad, las tres alejadas de sus familias y de sus compañeros del instituto.
Dos amigas desde la infancia en Toronto (Canadá), Zoe, estudiante de biología que luce un reciente rapado de su cabellera (cambio radical a modo de búsqueda de su nueva identidad sexual), y Dani, estudiante de arte, escogen la ciudad de Nueva York para pasar cinco días juntas en una corta escapada para poder reencontrarse después de varios meses estudiando en sus respectivos campus, aprovechando las pequeñas vacaciones de primavera. Pero Dani no aparece sola, sino acompañada de Fiona, su compañera de habitación en Montreal, con la que comparte estudios. Esta presencia inesperada tendrá un impacto importante en los acontecimientos, tanto por la falta de complicidad con la recién presentada, como por la falta de intimidad entre las dos viejas amigas. También por un carácter muy diferente de Fiona, descarado, excéntrico y, en cierta manera, nocivo, como si de un vampiro emocional se tratara. Las tres con personalidades muy diferentes, algo que se vislumbra en la portada de la novela gráfica a modo de fotos de presentación. Y todo ello en el marco de lo que se podría considerar como el cuarto protagonista que también queda retratado en la cubierta: la ciudad de Nueva York.
El lector de la novela gráfica se sentirá como un turista más gracias al estilo narrativo inmersivo, tanto por la forma como conoceremos la ciudad (especialmente Manhattan), como por todo lo que acontece a un turista en un viaje intenso: la fatiga por las caminatas, escoger los destinos que visitar, seleccionar desplazamientos, sortear la muchedumbre en las aceras, elegir dónde comer y qué comer, evaluar qué comprar o protegerse de la lluvia. Las calles, monumentos, tiendas y algunos museos son magistralmente ilustrados por Jilian Tamaki, que utiliza colores rosa pastel y bígaro como colores principales para representar una ciudad icónica, pero también muy realista, con basura en las calles o acosadores molestos que se animan al ver tres chicas solas (y son unos cuantos). Afortunadamente, Fiona tiene un carácter decidido y no se amedrenta ante los babosos ni ante las inclemencias. «Estamos pagando una pasta para pasar el rato en este albergue… Somos guapísimas. Somos jóvenes. Estamos en la ciudad de Nueva York. Ahora poneos los zapatos“, exclama Fiona nada más dejar las mochilas en la habitación.
El viaje sucede en la primavera de 2009. Siempre es importante saber en qué momento transcurre una historia, y en el siglo XXI es fundamental para comprender cómo, en pocos años, la tecnología ha cambiado nuestros hábitos y costumbres. Nos referimos, entre otros factores, a todo lo relacionado con los móviles. La palabra que da nombre a la novela gráfica, Roaming, hace referencia al servicio que ofrecen las compañías telefónicas a través del cual se permite a los clientes realizar llamadas, enviar mensajes o navegar por Internet en lugares donde la compañía contratada no dispone de cobertura propia. En 2009, apenas hace tres lustros, las protagonistas tienen miedo de realizar llamadas o enviar mensajes por si el importe de la factura se dispara (factura que llegará, se entiende, a los padres, en Canadá, vislumbrando un perfil social determinado, de clase media alta). Y buscarán por la ciudad lugares con acceso gratuito a redes wifi abiertas. Esta condición o limitación tecnológica implicará que puede haber el peligro de separarse sin darse cuenta y quedar aislada del grupo. El título resulta simbólico realizando un paralelismo entre los móviles y las personas.
A lo largo de las más de 400 páginas contemplamos las vicisitudes de las tres protagonistas, conociendo sus inquietudes más íntimas. Las autoras tienen un gran talento para mostrar los altibajos de la amistad, tanto en este como en los anteriores trabajos. También podemos observar el quehacer de las tres parejas que se forman. La de Dani y Fiona, menos intensa puesto que están acostumbradas a convivir en los últimos meses. La de Dani y Zoe, de ascendencia coreana, grandes amigas que se reencuentran, pero con una desconocida presente en todo momento, muy acaparadora. Y, finalmente, la de Zoe y Fiona, especialmente cuando ésta comprende que Zoe es lesbiana y decide conquistarla, hasta el punto de tener relaciones sexuales, en la misma habitación que descansa su amiga, que escucha todo lo que sucede. El alcohol y la marihuana incentiva algunas situaciones más desinhibidas. La guionista de la novela gráfica recuerda en las entrevistas que ella también salió del armario en su época universitaria.
Las pequeñas fricciones, los diálogos entre ellas o con transeúntes y las interacciones con otros huéspedes del albergue son narrados con maestría por Mariko Tamaki, que sabe dotar también de un ritmo contemplativo necesario en una obra de estas características, donde los personajes realizan sus particulares instantáneas (eso sí, con cámaras digitales), y el lector dispone de viñetas a modo de fotografías de los diferentes lugares visitados. A destacar las viñetas de página completa o de doble página, y los espacios en blanco que oxigenan el trasiego continuo de las turistas y contribuyen a situar al lector geográficamente. Los colores pastel también contribuyen a potenciar la sensación de que todos estamos descubriendo la ciudad por primera vez y a entender el amor que le tenemos al verla en la ficción durante toda la vida.
Las dos autoras reconocen que se inspiraron en los propios recuerdos de su primer viaje a Nueva York, de las emociones que sentían, en positivo y en negativo, una ciudad que produce admiración y temor por partes iguales (Jillian llegó a vivir una temporada en Nueva York). Contrasta la luminosidad de algunas calles muy conocidas con la oscuridad casi completa de otras, y el contraste de visitar el Museo Americano de Historia Natural y el Museo Metropolitano o una tienda M&M u otras singulares. Dani y Fiona le explican a Zoe a su llegada que no se asuste por las maletas que llevan, que en realidad van vacías para llenarlas con las compras de todo tipo que piensan hacer, especialmente de ropa. «Vamos a comprar unas cuantas cosas que no necesitamos», exclama Fiona, animando a sus amigas a empezar el reto del día.
Esas tribulaciones diarias nos sirven para ver sus interacciones, especialmente con las dos viejas amigas a las que intuimos una evolución en la relación. Se perciben los cambios producidos al crecer, de cómo alteran las conexiones personales, los primeros amores, los primeros fracasos, la incertidumbre implícita en los jóvenes… Curiosamente, hasta las autoras reconocen que la misma ciudad de Nueva York había cambiado (tiendas que abren y cierran, decoraciones, referencias, señalética, etc.). Al ser Nueva York, el archivo de imágenes digitales disponibles es enorme, y su datación es una herramienta perfecta para los creadores. Al ser una historia con cuenta atrás (sabemos en todo momento que es un viaje de cinco días), todo es más intenso con el paso del tiempo, especialmente para las dos amigas que volverán a separarse al final del itinerario.
Roaming (2023) es la tercera novela gráfica de las dos autoras. Mariko Tamaki (Toronto, 1975) es cinco años mayor que su prima, Jillian Tamaki (Ottawa, 1980), aunque esta ya tenía una experiencia previa dibujando cómics cuando le propuso realizar una novela gráfica conjunta. El resultado fue Skim (2008), publicada un año más tarde en castellano por Ediciones La Cúpula. Protagonizada por una estudiante de secundaria, de aspecto gótico y con sobrepeso, trata aspectos relacionados con el suicidio en la adolescencia y su consecuente luto, la depresión, los primeros amores y la búsqueda de la identidad. La experiencia previa como dramaturga consiguió un resultado espectacular, con unos diálogos y definición de personajes singulares, especialmente teniendo en cuenta que se trata de una etapa convulsa con las emociones a flor de piel como es la adolescencia o la segunda adolescencia, a finales de secundaria y principios de la universidad, como en su último trabajo conjunto. También la importancia de destacar lo que significa la representación, en todos los sentidos.
El reconocimiento nacional e internacional de Skim fue inmediato, lo que les abrió las puertas a las dos, aunque fue su siguiente trabajo conjunto lo que las catapultó, ganando los premios más importantes del sector, con una de las mejoras novelas gráficas de este siglo: Aquel verano (This One Summer, 2014), publicado también en castellano por Ediciones La Cúpula, con la que lleva varias ediciones y sigue siendo posible encontrarla en las librerías, una joya de una mayor complejidad temática. La historia de dos amigas en las vacaciones de verano, descubriendo el mundo a su alrededor mientas los mayores discuten y el pueblo donde veranean acoge el paso de la adolescencia a la madurez. Novelas gráficas para adultos donde los jóvenes lectores se sentirán interpelados en sus inquietudes y miedos. No se pierdan a las Tamaki.