Los centros que segregan a su alumnado en la comunidad de Madrid y se están benecifiando de la ‘beca’ que creó el Isabel Díaz Ayuso para quienes quisieran estudiar el bachillerato en centros privados o con concierto, son algo más del 16 % del total de centros que están recibiendo esta empréstito.
El porcentaje es prácticamente el mismo cuando se observa el importe que reciben por esta ayuda en relación al total de lo que invierte el gobierno conservador en esta medida, el 16,3 %, la proporción que supone siete millones de euros dentro del montante de 43.
Se trata de 52 centros de entre los 372 colegios privados y privados concertados cuyos alumnos son beneficiarios de las becas. Escolarizan a 2.761 estudiantes que reciben 6911850,22 euros. La inmensa mayoría de ellos lleva a cabo escolarización mixta diferenciada y tan solo seis realizan segregación pura: cinco, masculina y, uno, femenina.
En el siguiente gráfico puede verse sucintamente los centros que reciben dinero público en forma de ‘becas’ para que el alumnado pueda cursar el bachillerato. Son centros que de una manera u otra segregan a su alumnado. Algunos lo hacen de forma «pura», son solo para chicas o para chicos; mientras que otros se declaran mixtos, porque escolarizan a niñas y niños, pero no comparten todos los espacios en el centro.
Las diferencias entre centros son grandes, tanto si se tiene en cuenta el número de personas que se benefician de las becas como si se observa la cuantía total. En el extremo derecho se encuentra el colegio Claret, situado en el distrito de Chamartín, uno de los más acaudalados de la capital madrileña. Según los datos facilitados por la Comunidad de Madrid a Enrique García, docente que realizó hace semanas una petición de información pública en el portal de Transparencia de la Administración regional, este colegio tiene una modalidad de escolarización conocida como «mixta diferenciada». Se trata de que niñas y niños están en el mismo centro, pero no comparten las clases convencionales, sino espacios como el comedor, el recreo o las actividades extraescolares. Es una fórmula intermedia con la segregación más pura que intenta, de alguna manera, esquivar la prohibición que con la LOE y la Lomloe recae sobre la concertación de centros que segregan por sexos.
El Claret tiene a 189 chicos y chicas becados estudiando bachillerato en sus aulas. Son el 74 % del total de alumnado en esa etapa (253) y por ellos reciben 493.500 euros anuales, es decir, 2.611,1 euros por cada uno.
En el otro extremo de la distribución se encuentra el colegio Seminario Arzobispal La Inmaculada y San Dámaso, con tan solo tres estudiantes becados. Este es un centro que solo escolariza niños y solo tiene a 14 en Bachillerato, es decir, el 21 % escaso. Recibe un total de 9.417 euros, lo que supone, eso sí. 3.139,00 por cada uno de ellos, algo más de 500 euros más por persona que en el caso del Claret.
Según explica la Comunidad de Madrid, estas diferencias en el dinero que reciben las familias de las personas matriculadas se deben a la renta per capita. Enrique García explica lo mismo, así como que en la petición inicial de información que hizo sobre estos datos también solicitó que se le dieran los datos, anonimizados, de las renta del alumnado, para compararla con las cifras que maneja Educación en su normativa.
La normativa que rige las becas para cursar el bachillerato en centros privados establece dos posibilidades. Para rentas per capita familiar inferiores a 10.000 euros, el estudiante recibirá 3.750 euros. Para rentas entre los 10.000 y los 35.913 euros, la ayuda será de 2.000 euros. En el caso de estudiantes que vayan a cursar el segundo curso de la etapa en el mismo centro en el que realizaron primero habiendo sido ya becados, el montante que recibirán será de 3.000 euros, aunque no se especifica nada relativo, en este caso, a la renta.
Aumento de matrícula
Uno de los datos que llaman la atención al observar la tabla que elaboró Enrique García es el hecho de que en algunos centros el alumnado becado es mayor que el alumnado total existente en el centro. Esto es así porque los datos que le ha facilitado la Consejería de Educación sobre becas se refieren al presente curso, mientras que en algunos casos, los datos de estudiantes totales de la etapa que publicita la administración educativa con del curso 2017-2018.
Para este profesor, esta variación de las cifras señala, entre otras cosas, el impulso que han recibido algunos centros privados gracias a estas ayudas que puso en marcha la presidenta Isabel Díaz Ayuso.
El dinero que invierte Madrid en estas becas va, de manera finalista, a los bolsillos de las familias del alumnado que solicita plaza en centros privados sin líneas de bachillerato concertadas. Los estudiantes de centros que legalmente tienen concertadas líneas de bachillerato no pueden solicitar estas becas.
Para García se trata de una manera de aumentar la política de conciertos por la puerta de atrás, sin que los centros, en cualquier caso, tengan que cumplir ningún requisito legal. Desde Educación recuerdan que estas becas no las reciben los colegios, sino las familias o tutores legales del alumnado. Cabe presumir que el dinero que reciben mensualmente es utilizado para sufragar los gastos derivados de la escolarización en este tipo de centros.
En su día, la patronal mayoritaria de centros concertados, Escuelas Católicas de Madrid, ya levantó críticas ante esta solución. «Escuelas Católicas de Madrid reitera que la extensión de los conciertos al Bachillerato es la fórmula legalmente prevista para alcanzar su gratuidad y, con ello, la libertad de elección de las familias y la igualdad con la oferta desde la escuela pública», publicaba la entidad en abril del año pasado.
La patronal insistía, además, en que esta medida «se acerca a la figura del ‘cheque escolar’ que, por su propia naturaleza, se aleja de la gratuidad de las enseñanzas y, en consecuencia, de la igualdad de oportunidades en la elección de centro (…) dada la gratuidad total existente en estas enseñanzas cuando se ofrecen desde la escuela pública».
Entre el listado de centros segregados a los que la Comunidad de Madrid que, en principio, reciben dinero público vía becas de bachillerato, hay siete que tienen más becarios este curso que alumnos en el curso 2017-18, es decir, cuyos datos de matrícula están por encima de los de hace seis curso.
Para García, esta variación da cuenta del aumento de la matrícula en dichos centros y, por tanto, del efecto que ha tenido, al menos ellos, la implantación de esta política por parte de la Comunidad de Madrid. Hay que recordar que son privados, que no tienen concertado el bachillerato (sí pueden y tienen concertadas otras etapas) y, además, segregan a su alumnado por sexos, sea o no la escolarización mixta.