Somos una Fundación que ejercemos el periodismo en abierto, sin muros de pago. Pero no podemos hacerlo solos, como explicamos en este editorial.
¡Clica aquí y ayúdanos!
A falta de siete meses para poner en marcha las polémicas reválidas de la LOMCE al final de la ESO y el Bachillerato, el Ministerio de Educación ha decidido definitivamente dar marcha atrás. En la conferencia sectorial con las comunidades autónomas celebrada este lunes, el ministro Íñigo Méndez de Vigo ha acordado con la mayoría de consejeros (los del PSOE y los del PP) recuperar la práctica la Selectividad y rebajar las pruebas externas de final de ESO y Primaria hasta el punto de convertirlas en muestrales, es decir, que harán el examen solo un porcentaje reducido de los alumnos con el objetivo de obtener un diagnóstico y sin validez académica.
Este acuerdo, el primero en cinco años de gobierno del PP, es, según Méndez de Vigo y los consejeros socialistas, «el preludio de un nuevo período que debería culminar con un pacto por la educación», en palabras del consejero asturiano, Genaro Alonso. El Gobierno popular se ha propuesto que este pacto germine en los próximos seis meses a partir de una Subcomisión creada en el Congreso. Hasta entonces, las reválidas, la medida más polémica de la ley Wert, quedan enterradas en el cajón.
Sólo tres comunidades autónomas han salido de la reunión insatisfechas, una de ellas Cataluña. Las otras dos han sido el País Vasco y Navarra. Ante todo, la consejera de Enseñanza, Meritxell Ruiz, ha repetido una vez más que nada cambiará para los alumnos catalanes. Según afirmó, los alumnos que terminen el Bachillerato se seguirán sometiendo al mismo modelo de Pruebas de Acceso a la Universidad que el curso anterior. También los alumnos de Sexto de Primaria y los de Cuarto de ESO seguirán haciendo las pruebas de competencias básicas al igual que se hacen cada año, unas evaluaciones externas a las que se someten todos los escolares de estas etapas y que no tienen efectos académicos.
La Generalitat continúa enfrentada al Ministerio en cuanto a las competencias para el diseño y realización de las pruebas externas. «Queremos que las pruebas las diseñe la Generalitat y no el Estado español, que hace que el único que queda en las comunidades autónomas es ejecutarlas», reclamó Ruiz, ante la negativa, de momento, de Méndez de Vigo. De hecho, la Generalitat ya recurrió este decreto que regula estas pruebas al Tribunal Constitucional alegando invasión de competencias. El Alto Tribunal lo admitió a trámite a mediados de noviembre.
Otro conflicto se vivió el curso pasado en cuanto a las pruebas externas de Sexto de Primaria. El Ministerio envió un requerimiento, a través de la Alta Inspección, a siete comunidades autónomas que, a su entender, no realizaron las evaluaciones del final de Primaria de acuerdo con la LOMCE. Tras las reunión de la Conferencia Sectorial, el Departamento de Méndez de Vigo aseguró que se retirarán estos requerimientos. Se trata de otro de los gestos con los que el ministro quiere conseguir acercar posturas. En este sentido, se acordó que las autonomías que habían interpuesto recursos contra el Ministerio los retirarán.
¿Cómo queda la Selectividad finalmente?
La evaluación de Bachillerato quedará «muy similar» a la antigua selectividad y servirá sólo para «ordenar el acceso a la universidad», según Méndez de Vigo. Los estudiantes de Bachillerato se examinarán de seis asignaturas, cuatro de obligatorias y dos opcionales, en lugar de las ocho que contemplaba la nueva ley, que incluía incluso de Primero, que finalmente descartada. Las obligatorias serán así tres de troncales (Lengua Castellana, Historia, Lengua Extranjera) y una de modalidad. Quedaría fuera Filosofía, aunque en Cataluña, si se cumple el compromiso de Enseñanza de no cambiar nada, se mantendría esta asignatura.
La ponderación de calificaciones será la misma: 60% la media de Bachillerato y 40% la nota de la prueba, en la que será necesario obtener una nota mínima de 4. Además de las renuncias conocidas, el ministro ha avanzado que se restablecerá el título único de la Educación Secundaria Obligatoria, por lo que desaparecen los dos caminos que podían escoger los estudiantes en esta etapa: Enseñanzas Académicos -si se quiere ir a la universidad- o Aplicados.