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La Confederación de Asociaciones de Padre y Madres, Ceapa, compareció ante la Subcomisión del Congreso de la mano de su presidente José Luis Pazos, en la tarde del 15 de marzo, unos días después de que la organización realizara su asamblea, en la que fijaron la postura para, precisamente, comparecer.
Entre las primeras peticiones de las familias, el que los partidos hagan el mayor esfuerzo posible para que los plazos posibles no den al traste con los trabajos de la subcomisión. Entre la posible ampliación de esta subcomisión hasta el año, más lo que se tarde en la redacción de un posible pacto y, después, la redacción de una ley de consenso, podría alargarse el trámite hasta tres años. Unas posibles elecciones anticipadas darían al traste con todo el trabajo hecho hasta entonces, en opinión de Pazos.
El representante de madres y padres, habló de la necesidad de un cambio importante en las metodologías utilizadas en muchos centros educativos (públicos y privados). La práctica de la escuela aburre, dijo, y rechazó la clase magistral, la memorización, el “vómito” de lo anterior en los exámenes y el olvido.
Desde el punto de vista de Ceapa es esta una descripción más o menos realista de muchos centros educativos del país, a pesar de que en muchos lugares, en la mayoría, se estén haciendo importantes esfuerzos.
Tamién reclamó una revisión de unos currículos que deben adaptarse a las necesidades e intereses del alumnado, formándolos más como personas y menos preocupados de la empleabilidad sobre todo si se tiene en cuenta que la mayoría de los trabajo del mañana no existen y la mecanización acabará por suprimir buena parte de los trabajos que conocemos. Unos contenidos que miren más a las humanidades, a las emociones y a los valores como la tolerancia del diferente.
Un sistema educativo que garantice que los centros sean óptimos para que la única preocupación de las familias a la hora de elegir es que sean cercanos.
Centros modernos y abiertos a la comunidad en la que se encuentran enclavados, que supriman los deberes (“no las tareas”) como injerencia que madres y padres entienden que los docentes hacen cuando los mandan. Pazos afirmó también que defender la supresión de los deberes no es un cuestionamiento del docente, sino apuntar a que “está extralimitándose en sus funciones”. “Es un choque de competencias. La casa es nuestra competencia”.
En este sentido explicó que las tareas escolares deben quedarse en el centro, y no delegar su realización en “un profesor amateur”, la familia, que no tiene por qué saber enseñar.
Evaluación y formación
También habló de la necesidad de la evaluación, pero no de los resultados, si no de los procesos y no necesariamente ligada solo al alumnado. También al profesorado, que debe poder ser capaz de evaluar su ropio trabajo y detectar, en su caso, sus necesidades de formación.
Una formación que debe ir más allá de idiomas o tecnología, y acercarse a las necesidades que los propios docentes detectan. Señaló la posibilidad de que maestras y maestros, llegado el caso, puedan apartarse de la docencia directa (no de la función pública) para realizar periodos de formación y así trabajar con todas las garantías. “Cuando algún sindicato habla de años sabáticos, ¿no habla de esto?” dijo.
Para Pazos la evaluación, ya sea de terceros o realizada por el propio docente, ha de ser obligatoria, justa, coherente y enfocada a la mejora del trabajo de las personas.
Habló de democracia interna de los centros, de revertir los recortes, recuperar al profesorado perdido estos años y de la necesidad de llegar a acuerdos en materias como calendario y horarios escolares, garantizar la compensación de desigualdades, recuperar comedores escolares como espacios de aprendizaje y cuidando lo que en ellos se sirve, de potenciación de la autonomía pedagógica (con rendición de cuentas para evitar desmanes de una libertad de cátedra mal entendida).
Mejorar la selección y la formación docentes
Han de ir los mejores a la docencia. Esta esa la pieza clave, pero no siempre los mejores son los que mejores notas tienen. Los expedientes académicos hablan de quienes han sido capaces de memorizar más y hacer mejor los exámenes.
En sus manos está el futuro de los menores y, dijo Pazos, “no podemos tener a personas que no lo merezcan” dentro de las clases. Para el presidente de Ceapa es necesario que durante sus estudios haya fase selectiva y que las y los futuros docentes hagan demostración de que saben enseñar antes de conseguir una plazas.
Tras esta formación inicial, cercana al concepto de MIR educativo, también pidió que se desligue la formación a la acumulación de sexenios, y que esta formación tenga relación con las necesidades e intereses de los docentes y no de las administraciones educativas.