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Los estudiantes que quieran acceder a los grados de Educación lo tendrán un poco más difícil este año. Después de las tradicionales tres jornadas de exámenes de las Pruebas de Acceso a la Universidad (PAU), del 13 al 15 de junio, deberán superar una prueba adicional el sábado 17. El examen, para el que se han matriculado 2.892 estudiantes, constará de dos partes, una que evalúa las competencias de comunicación y otra las de lógica y matemática. Este escollo añadido para los futuros maestros forma parte de la apuesta de la Generalitat para aumentar el nivel de la profesión docente en Cataluña.
Con el nombre de Prueba de Aptitud Personal (PAP), esta prueba, de la que El Diari de l’Educació en adelantó los detalles, tendrán que superar todos los que quieran acceder a los grados de Educación Infantil y Primaria que imparten en las universidades catalanas, sean públicas o privadas. Les bastará con obtener un promedio 5 puntos sobre 10 (llamado apto) entre las dos pruebas, siempre que en ninguna de ellas hayan puntuado por debajo del 4. Además, para acceder a la carrera deberán conseguir la nota de corte necesaria a partir de su puntuación en el resto de pruebas de la Selectividad, en este caso tal como se ha hecho hasta ahora.
La primera parte de la prueba, de competencia comunicativa y de razonamiento crítico (dos horas de duración), incluye ejercicios de comprensión lectora, capacidad de síntesis y expresión escrita -aunque a partir del análisis de un artículo-, y de identificación y corrección de errores de normativa lingüística. La segunda parte (de 1:30 horas) consta de 25 ejercicios relacionados con la competencia lógico-matemática. Ambas se llevarán a cabo la mañana del día 17 en cinco sedes diferentes, correspondientes a facultades de Barcelona, Bellaterra, Girona, Lleida y Tarragona.
«Creemos que es necesario garantizar un nivel mínimo en estas competencias para los que quieren ser maestros», afirma el catedrático de Teoría de la Educación de la UB Miquel Martínez, director del Programa de Mejora e Innovación de la Formación del Profesorado (MIF) . Fue desde esta iniciativa, impulsada por el departamento de Enseñanza y el de Universidades, que se concibió una prueba de estas características. Ahora bien, el examen definitivo, al que se enfrentarán los estudiantes, lo ha elaborado, como todas las pruebas de las PAU, el Consejo Interuniversitario de Cataluña (CIC).
Esta prueba adicional supone un escalón más de lo que había hasta ahora en la selección de estudiantes de Magisterio. Quienes querían acceder a estas carreras, a diferencia del resto, debían obtener un 5 de media entre las notas de los exámenes de Lengua Catalana y Castellana. Ahora esto queda superado por la PAP. Pero, en la opinión de Martínez, aún está lejos de poder detectar los que tienen más aptitudes para la docencia. Sería deseable, apunta, que se tuviera en cuenta el «currículum personal», como por ejemplo «si se ha implicado en tareas de animación, de educación en el tiempo libre, de compromiso social… En definitiva, de cuidado a las personas «.
También se podría contemplar una entrevista personal, como se hace en Finlandia, conocida por ser muy exigente en la selección de los estudiantes de Educación. «Una entrevista permitiría captar cómo los estudiantes abordan ciertos problemas, tal vez incluso en equipo», se plantea Martínez. Pero estas ya son ideas que a pesar de debatirse en el seno del MIF, aún tardarían en materializarse.
No se deberán preocupar los 2.892 jóvenes que tomen parte en el examen de este sábado. Curiosamente, la cifra de matriculados se acerca bastante al número de estudiantes que han entrado en los últimos años al conjunto de estudios de Magisterio. El año pasado entraron en los grados de Educación 2.716 jóvenes. En este sentido, si todos superaran la PAP casi nadie se quedaría fuera de los estudios.