Eva González tenía y tiene algunas cosas claras. Cuando llegó a Zurita de Piélagos (Cantabria), al CEIP Estela de Zurita hace más de una década, su primer destino definitivo: “Tenía muy claro que quería trabajar en un colegio pequeño. Esta fue mi segunda opción sin saber bien el tamaño real del colegio, solo buscaba escuelas pequeñas”. Tenía poca experiencia previa y muchas granas de aprender. De ahí que se pasara el día metida en el Centro de Profesorado aprendiendo qué mejorar.
Zurita es un pueblo de 600 habitantes. En 2007, cuando Eva aprobó las oposiciones, el colegio contaba con 15 alumnos. Hoy son 74. En buena medida gracias al vuelco que desde su llegada vivió el colegio. Entre las primeras medidas estaba no usar libros de texto, fomentar la lectura o las metodologías activas, como el trabajo por proyectos.
Para fomentar la lectura, además, decidieron dar un empujón a la biblioteca del centro, de manera que pidieron ayuda en el pueblo para construir una nueva, fuera del edificio escolar para que cualquier persona del pueblo que quisiera pudiera tener acceso a ella y a su servicio de préstamo.
Hoy el colegio, además de Eva, lo componen dos docentes más y una maestra en comisión de servicios. “Los interinos ya nos conocen y vienen porque quieren trabajar aquí”. Algo que también ha pasado con algunas familias, que se desplazan desde otras localidades por el proyecto educativo. Eso sí, hubo que convencer a las primeras de que se puede aprender sin usar libros de texto o sin hacer exámenes. “La información ya no hay que aprenderla de memoria, está disponible”.
Háblanos del proyecto…
Somos una escuela rural pequeña. Hemos crecido en alumnos, tenemos 74 ahora, pero eran 15 solo hace 11 años. El colegio fue creciendo y no teníamos sitio donde meter la biblioteca. Trabajamos mucho el fomento de la lectura y queríamos tener una biblioteca. Teníamos una biblioteca previa. Eran básicamente estanterías con libros, pero no había un sistema de préstamos. No daba la sensación de que fuera una biblioteca y queríamos un espacio que lo fuera.
Pensamos en ponerla en el patio y se nos ocurrió comprar un módulo de obra, pero también valía dinero. Entonces se nos ocurrió hacer por aprendizaje-servicio. Nos pusimos en contacto con la Junta Vecinal del pueblo a ver si podían pagar el módulo a cambio de hacer que la biblioteca la pudiera utilizar todo el pueblo. Les pareció buena idea, nos dio el dinero y luego las familias acondicionaron el módulo. A partir de ahí entraron los alumnos. Les enseñamos a utilizar el programa informático, sacar tejuelos, colocarlos bien en las estanterías. Se pasaron varios meses organizando la biblioteca. Los alumnos de 4º, 5º y 6º se hacen cargo de la biblioteca, son 18 en total. Les hemos dividido en seis grupos de tres y, durante el recreo, le va tocando a cada grupo un día atender la biblioteca. Los miércoles se traen un tupper, se quedan a comer y se quedan por la tarde para la gente que no puede venir por la mañana.
La condicion para usar la biblioteca siendo personas ajenas al colegio era que trajeran un libro de literatura para adultos, porque no teníamos. Nos desbordaron las donaciones porque ha venido muchísima gente.
Cumplís un año justo ahora. ¿Qué balance hacéis?
Muy positivo, sobre todo de cara a los niños, lo que les gusta ir y utilizarla. Pero nos hemos dado cuenta de que hay que dinamizar de cara al pueblo, porque al principio venían mucho, pero dejaron de hacerlo. Vamos a dinamizarla otra vez. Los niños y las familias sí la utilizan mucho.
¿Qué objetivos educativos buscáis?
Es un aprendizaje-servicio en el que por un lado se aprenden contenidos, se aprende a manejar el programa, ordenar los libros… Cuando leen un título les grabamos en vídeo hablando sobre él, le ponemos un código QR y quien quiera cogerlo después puede saber la opinión de otros lectores. Se trabajan muchos aspectos de lengua, de TIC, de convivencia. Han aprendido, se sienten orgullosos de su trabajo, de haber hecho algo por la sociedad y su pueblo.
¿Cómo hacéis el trabajo de fomento de la lectura?
Normalmente se lee a los niños en infantil, no sé por qué cuando se pasa a primaria se deja de leer en alto. Pero nos hemos dado cuenta de que nos escuchan cuando leemos en alto y se contagia. Es como una serie de televisión: lees un libro y quieres leer otro. Pensaban que el libro es como una película, que hay que leerlo del tirón. En el colegio no utilizamos libros de texto, por eso también nos gusta fomentar la lectura. Trabajamos por proyectos, con aprendizaje cooperativo.
¿Tenéis pensado algo especial para el día del libro?
Nos pilla de vacaciones porque las vacaciones en Cantabria van al revés y el calendario nos ha desajustado un poco.
Tenéis alumnos de diferentes edades, ¿es más complicado? ¿Cómo hacéis?
A mezclar edades solo le encuentro cosas positivas. Muchas veces los pequeños leen porque imitan a los mayores. Los mayores les leen a los pequeños. Sucede con todo. Con la lectura, con los aprendizajes… Tanto si estás preparado para aprender más de lo que el currículum te pide o, si te pide más, te encajas con los más pequeños de la clase y no te ves desplazado. Si tienes unas capacidades mayores te juntas con los mayores. Para el maestro es mucho más trabajo, pero para los niños mucho mejor. Nunca jamás hay silencio.
¿Crees que el currículum fomenta la lectura lo suficiente?
No lo creo. En ningún momento especifica cómo fomentar la lectura. Solo habla de los objetivos que hay que lograr, no de cómo lograrlo. El currículum tiene mucha paja, le sobran muchas cosas. Hay muchos aprendizajes antes de tiempo, los niños no están preparados para ciertas cosas, no tienen la capacidad de abstracción suficiente. Y es demasiado cíclico, siempre volviendo sobre lo mismo pero sumando un poco más. Hay que adaptarlo al verdadero nivel de los niños. Y está desactualizado. Por ejemplo, ¿ejercicios de sumar números romanos? Nosotros siempre intentamos que los aprendizajes estén relacionados con la vida. Tenemos un programa de aprendizaje vivencial, para que lo que se aprende aquí esté relacionado con la vida. Por ejemplo, si visitamos un negocio buscamos para qué tuvo el dueño que aprender lengua o matemáticas. Pero en el currículum hay muchas cosas que no hay manera de encajarlas o explicarlas. Por ejemplo, la raíz cuadrada en primaria no tiene ningún sentido, es demasiado abstracta. Debería darse más adelante.
¿Qué opina de las lecturas obligatorias?
Creo que nunca deberían existir. A los niños hay que dejarles leer lo que les gusta. Lo importante es que lean, que sepan explicarlo y sacarle provecho. Creo que hay lecturas obligatorias que consiguen lo contrario de lo que buscan, sobre todo en la ESO. En primaria está menos marcada. Pero en secundaria mi hijo estuvo leyendo Los Pazos de Ulloa, y no creo que eso le anime a leer. Leer debe ser un placer, no una obligación.
Entonces mejor leer lo que sea, aunque tenga poca calidad.
Igual puedes escoger 20 libros que has consensuado con ellos. Se habla a principio de curso y luego como profesor puedes filtrar. Algo consensuado funcionaría mejor y así también trabajas la democracia y los gustos de los demás.
¿ Y las familias?
Este colegio es la comunidad educativa. Las familias son uno más en el centro, tienen hasta llaves. Sienten el colegio como suyo. Vienen a dar charlas, entran y salen con toda libertad. Para la educación del niño la familia es esencial y el colegio no debe separarse sino ir con ellas. Participan en todos los proyectos, aportan ideas…
¿Cómo habéis hecho para crecer?
Yo estoy en el colegio hace 12 años. Cuando llegué me encontré un centro tradicional, mezclados en el aula, pero con sus libros de texto, etc. Esto era una escuela rural llamada al fracaso. Si la escuela quería sobrevivir tenía que hacer algo como un colegio grande. Elaboramos un proyecto educativo nuevo sin libros de texto, no mandamos deberes, no hacemos exámenes sino que evaluamos con otras herramientas mucho mejores. Y todo basado en metodologías activas y participativas como el aprendizaje cooperativo o por proyectos. Que ellos elaboren sus aprendizajes y nosotros les ayudamos. El proyecto llegó a las familias a las que les interesaba esta educación y ha acabado viniendo gente de los pueblos de alrededor. El 40% del alumnado son hijos de maestros y profesores de instituto a los que no corresponde este colegio, pero les traen porque buscan esta enseñanza, no la más tradicional. No se elimina el juego en ningún momento. Consideramos que el espacio es otro agente educativo, tienes que tener un espacio en el que te apetezca estar y trabajar ahí. Tenemos hasta un sofá.