En México comenzamos el confinamiento por COVID-19 en la tercera semana de marzo y cuando empieza junio la explosión infecciosa crece. Los efectos auguran desastre mayor.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, en agosto de 2019 el 56.3% de la población mexicana laboraba en la economía informal, vulnerable por precariedad agudizada con la contingencia, a tal grado, que durante abril 12 millones de mexicanos perdieron el empleo, esto es, 10% de la totalidad.
Esos millones de familias desmembradas del empleo se sumarán a la mitad de la población en condiciones de pobreza y miseria. El resultado tendrá repercusiones en el sistema escolar, por estrechez económica y el abandono escolar estimado, que podría reducir dramáticamente la matrícula del tercer sistema educativo más grande de América. Situaciones semejantes podrían vivirse en regiones del Cono Sur.
La salud, la economía y la educación convulsionadas brutalmente por la pandemia de COVID-19 obligan no solo a resarcir la “normalidad”, sino al esfuerzo de elucidar presente y futuro de las sociedades en nuestro continente. En esa perspectiva, en Argentina surgió un documento provocador con “Once tesis urgentes para una pedagogía del contra aislamiento”, redactado por Pansophia Project y disponible en “Panorama. Portal de política educativa en Iberoamérica”.
Pansophia Project se define como “un colectivo de pensamiento, experimentación, investigación y formación dedicado a comprender los procesos de disrupción creativa que se están operando globalmente en el campo educativo. Sin ataduras ni prejuicios, asumimos la historia de lo escolar y trabajamos en el presente y en los futuros posibles de la educación, incluso los improbables”.
A su horizontalidad aúnan diversidad de formaciones, posiciones políticas y ocupaciones, virtud imprescindible y escasa en momentos de intolerancia e incertidumbre. Con ese carácter, lo que sucede hoy en Argentina, México o el mundo es material precioso para sus actividades, que suelen realizar a través de las ZIP, Zona de Intercambio Pansophiano, “espacio de reflexión sobre temas claves de la agenda pansophiana, en los que personas de diferente formación e inquietudes dialogan simétricamente e integran perspectivas”, y del Instituto para el Futuro de la Educación.
Su nombre, Pansophia, del griego “saber para todos”, rinde tributo a uno de los más grandes exponentes de la pedagogía, Juan Amos Comenio, autor del texto fundacional Didáctica magna y del bellísimo Orbis sensualium pictus, primer libro ilustrado para niños, según mis referencias.
Frente a la pandemia y sus repercusiones en los sistemas escolares, las once tesis son una invitación a la reflexión y discusión sobre las escuelas que tenemos y deseamos. Enseguida las resumo o comento brevemente, con la invitación a su lectura.
Tesis 1.¿Qué hubieramos hecho si la pandemia ocurría en 1999? Nos habría encontrado más desprovistos, sin la abundancia de artefactos y tecnologías de hoy. Hubiéramos asumido la pérdida y planificaríamos el siguiente ciclo. Ahora pasamos de inmediato a las soluciones montadas tecnológicamente, pero urge pensar presente y futuro de la educación, y en una pedagogía contra el aislamiento.
Tesis 2. La pedagogía es lo contrario del aislamiento. La mirada pansophiana postula que “todo el saber humano debe ser para todos los seres humanos”, hecho que pudo ser posible gracias a las escuelas, el mejor mecanismo diseñado para el fin, que convoca a la presencia y el encuentro en torno al conocimiento, pero que abarca también lo emocional y corporal.
Tesis 3. La casa es lo contrario de la escuela. La casa corresponde al ámbito privado, las escuelas a lo común para todos. La disposiciones físicas, las reglas y funciones no pueden homologarse.
Tesis 4. De nada sirve pretender normalidad frente al encierro: “Frente al encierro, nuestra respuesta inicial fue performativa y eficientista. El desconcierto inicial se manifestó en hiperactividad y se tradujo en agobio. Quisimos darle naturalidad a una normalidad tambaleante sin considerar que estamos frente a un escenario de emergencia, que conforma una interrupción en sí mismo”.
Tesis 5. El aislamiento profundiza las desigualdades que las escuelas no habían podido resolver. Es innegable el impacto de la escuela como tecnología para la distribución del conocimiento, pero no llega igual a todos, ni en condiciones mínimas. La conclusión de la tesis llama a la acción pública: “La distribución social de la tecnología será injusta si no se abren los grifos de la red para enseñar y aprender. Y en esta situación, quedará patente lo que antes se negaba: no son los estudiantes los que abandonan a la escuela sino la escuela la que los abandona”.
Tesis 6. El teletrabajo docente no es trasladar la escuela a la casa del docente: “Los enfoques de educación a distancia/virtual/digital/online implican cambios en los contenidos, en los ritmos y hasta en los actores involucrados, contando, por ejemplo, con el soporte de tutores u orientadores para asegurar el seguimiento de cada alumno. Se trata, además, de propuestas diseñadas y planificadas cuidadosamente, en forma sistemática, con tiempo y con cierta previsibilidad”.
Tesis 7. La tecnología ayuda, el solucionismo tecnológico embrutece “cuando damos una respuesta allí donde solo hay preguntas: ¿Soluciona la tecnología los problemas educacionales que plantea el aislamiento? O, en todo caso, ¿en qué situaciones y en qué medida lo hace?”.
Tesis 8. Construir la continuidad educativa por otros medios (y con otros tiempos): “… Mantener el cronograma de actividades planificadas para la escuela, pero aplicadas a la situación de encierro supone una tarea que desde el principio se muestra improbable y hace falta una dosis importante de disociación para sostener el como si se estuviera en una escuela”.
Tesis 9. La prioridad es priorizar y es fundamental volver a los fundamentos: “Los tiempos del aislamiento son diferentes y nos obligan a despegarnos del cronograma escolar y pensar de otro modo la enseñanza empezando por el principio: qué vamos a hacer y cómo lo vamos a hacer una vez que rechazamos la idea de hacer, hacer y hacer por hacer”. Priorizar implica construir “criterios de relevancia entre disciplinas, contenidos y saberes”, tarea colectiva urgente.
Tesis 10. Construir un proyecto flexible, realista y pansophiano: “Es imprescindible construir un proyecto de la situación, un diagrama de la contingencia realista de las condiciones del asilamiento, flexible para adaptarse a las variaciones que se van presentando y pansophiano para posibilitar una pedagogía del contra-aislamiento por medio de la cual aún encerrados podamos mantener la posibilidad de abrirles a los otros y abrirnos a nosotros los caminos de perspectiva de la educación.”
Tesis 11. Cuando la experiencia no alcanza hay que pensar el presente. Hoy la experiencia no es suficiente y tampoco hay recetas universales, menos para contextos tan heterogéneos e inequitativos. Contra el aislamiento, todo está por pensarse y hacerse, pero no cualquier cosa; es imperativo para los educadores, porque la educación representa la posibilidad del pensamiento.
La pansophia, el saber para todos, representa el ideal que nunca como ahora se convierte en punto de referencia para orientar decisiones políticas del más alto nivel, pero también las acciones cotidianas que emprendemos los educadores en los salones de clase y, por ahora, al otro lado de las pantallas. La pansophia es innegociable.