De nuevo, el informe Panorama de la educación 2022, señala cómo las familias, desde hace más de una década, están absorbiendo el golpe económico de las sucesivas crisis en el ámbito educativo. Según los últimos datos, en España, las familias se hacen cargo del 12 % de la financiación de la educación de la educación primaria, secundaria postobligatoria no terciaria (formación profesional). Un 87 % corresponde a la financiación pública y un 1 % a otras entidades. El problema surge con la comparación. En la media de la OCDE, el 90 % del gasto lo asume el Estado y el 7 %, las familias. El resto, otras entidades. Para la UE22, la situación es similar, un 92 % está financiado por dinero público y los hogares solo costean el 5 %.
Y estos tramos, al englobar a la educación obligatoria (y gratuita en España), no son los peores. En relación al gasto en estudios terciarios, las cifras son más crudas. Las administraciones públicas españolas ponen el 65 % del capital (66, la OCDE y 75 %, la UE22) y las familias, el 30 (22 para la OCDE y 13 para la UE22).
Según recoge la propia OCDE en el documento, entre los años 2011 y 2019 hay una caída de la inversión pública en educación de 6,3 puntos porcentuales. Es la mayor caída inversora del conjunto de la Organización. La mayor parte, entre 2011 y 2015. Este descenso del gasto es asumido, 100 %, por familias, que aumentan su parte en, exactamente, 6,3 puntos porcentuales también. En la media de la OCDE la caída de la inversión pública es de 0,6 puntos y el aumento de la privada (hogares), 0,5 puntos.
Esta caída de la inversión educativa no es homogénea según las etapas, de manera que los recortes que se dieron en la universidad, ya desde 2012, impactaron de manera muy superior a las cifras. De esta manera, la caída de la inversión pública en educación terciaria fue de 10,6 puntos porcentuales, frente a los 4,4 puntos de media en el resto de las etapas educativas desde primaria.
Como se dijo un poco más arriba, el recorte en la inversión pública en España es sustancialmente mayor que en la OCDE o la UE22. De hecho, la primera organiza los datos diferenciando el periodo 2011-2015 y 2015-2019. España rebajó sus inversiones en educación terciaria en 9,3 puntos porcentuales en el primer periodo (asumidos por las familias) y en 1,3 puntos, en el segundo. En la OCDE la variación en el entre 2011 y 2015 fue de 1,4 puntos porcentuales positiva, aunque esa misma inversión se redujo en la misma cifra en el periodo siguiente. En la UE22, los primeros años aumentó la inversión en 1,1 puntos para descender 0,5 puntos en el segundo periodo.
Como se ha dicho, España, según los datos de la OCDE, invirtió en 2019 un 4,3 % en educación, desde primaria hasta universidad. Estos fondos provienen mayoritariamente de la inversión pública a pesar de la caída inversora, sobre todo, tras la crisis de 2008. De este 4,3 % (misma cifra que en Alemania), 3,5 puntos los pusieron las administraciones, y 0,8 puntos, el sector privado, principalmente, las familias.
Según las cifras de la OCDE en Panorama de la educación 2022, de los países del entorno europeo, España se encuentra en mejor situación de inversión pública que Italia (3,3 puntos del 3,8 % del PIB que invierte el país mediterránoe) y que Grecia (también con 3,3 puntos públicos sobre el PIB).
En la lista, las diferencias más notables existen con los países escandinavos: Noruega, Suecia y Finlandia. Los dos últimos dedican un 5,5 y un 5,2 % del PIB a educación. En el caso de Suecia, 5,2 puntos de los 5,5 son públicos. en el caso de Finlandia son 5,1 de los 5,2. Noruega está casi en otra liga con una inversión del 6,6 % del PIB en educación de la que 6,4 puntos son inversión pública. Todo ello entre la primaria y la terciaria.
La grave crisis de 2008 lastró en buena medida no solo a la economía del país sino a las inversiones educativas. Mientras que en el periodo 2008-2019 la OCDE vio crecer su PIB un 21 %, la inversión en educación lo hizo en un 18 %. En el caso de la UE22 estos porcentajes fueron del 13 y el 15 respectivametne. España quedó por detrás, con un incremento en educación del 10 % y del PIB del 7. Estas cifras se refieren a la educación desde la primeria a la postobligatoria no terciaria.
A dónde va el dinero
La mayor parte del presupuesto educativo, en España y en cualquier otro lugar, se va en pagar principalmente las nóminas del profesorado y de otros profesionales que están en los centros educativos. Mientras que en la media de la OCDE este gasto es el 75 %, en España asciende al 79 % desde primaria a terciaria. Es mayor si se observa el gasto entre la primeria y la postobligatoria no terciaria, que sube la cifra hasta el 81 %.
En esta cuestión también hay importantes diferencias entre quienes trabajan en el sector público y en el privado, de manera que en el primero suponen el 74 % del gasto frente al 64 % en el caso de las entidades privadas para los niveles previos a la universidad. En las universidades también es importante la diferencia. En las públicas se gasta el 56 % del total en las nóminas frente al 36 % en las privadas.