Dar un enfoque ecosocial en Geografía e Historia es un imperativo de nuestro tiempo. Claramente, no podemos pasar por alto situaciones de alto impacto social y emocional como la reciente Dana que ha arrasado partes importantes del territorio valenciano, con las pérdidas humanas, ecosistémicas y materiales que ha supuesto. Pero realizar una educación ecosocial implica no solo abordar estos sucesos puntuales en el aula, sino hacerlo de una manera estructural. Es decir, un enfoque que requiere capacitar a nuestro alumnado para responder, entender y actuar preventivamente, algo de lo que aún estamos lejos, tal y como subrayaba este artículo dedicado a protegerse ante inundaciones.
Por suerte (o, más bien, fruto del trabajo de muchas organizaciones), la LOMLOE aborda esta cuestión en Geografía e Historia. Así, al repasar, por ejemplo, las competencias específicas de 4º de ESO, encontramos que todas ellas están impregnadas de una mirada ecosocial, tal y como explicamos a continuación, incluyendo enlaces a algunos recursos para poder trabajar estos temas en el aula.
- Buscar, seleccionar, tratar y organizar información sobre temas relevantes del presente y del pasado, usando críticamente fuentes históricas y geográficas, para adquirir conocimientos, elaborar y expresar contenidos en varios formatos. Desde luego, el cambio climático (véase el caso de la Dana, que tiene detrás el caos climático), pero también distintas facetas de la crisis civilizatoria que atravesamos (crisis ecosistémica, energética, material, las crecientes desigualdades por razones de renta, género, origen o racialización, crisis económicas recurrentes, etc.), son temas muy relevantes de nuestro tiempo.
- Indagar, argumentar y elaborar productos propios sobre problemas geográficos, históricos y sociales que resulten relevantes en la actualidad, desde lo local a lo global, para desarrollar un pensamiento crítico, respetuoso con las diferencias, que contribuya a la construcción de la propia identidad y a enriquecer el acervo común. Nuevamente, encontramos temas relevantes y actuales, a la vez que se incide en el desarrollo del pensamiento crítico (imprescindible ante un contexto comunicativo cada vez más condicionado por informaciones falsas) que respeta las diferencias (y, por tanto, sale al paso de la crispación social creciente, que se expresa con claridad, por ejemplo, en muchas de las respuestas políticas a la Dana valenciana).
- Conocer los principales desafíos a los que se han enfrentado distintas sociedades a lo largo del tiempo, identificando las causas y consecuencias de los cambios producidos y los problemas a los que se enfrentan en la actualidad, mediante el desarrollo de proyectos de investigación y el uso de fuentes fiables, para realizar propuestas que contribuyan al desarrollo sostenible. ¿Qué mayores desafíos podemos encontrar que la tremenda mutación climática (este año lo cerraremos por encima de 1,5ºC respecto a la temperatura media preindustrial, el límite de seguridad señalado por el Acuerdo de París que no deberíamos superar), o el resto de factores de la crisis ecosocial contemporánea. Ante eso, la LOMLOE nos plantea la necesidad de que la capacitación para la sostenibilidad sea central.
- Identificar y analizar los elementos del paisaje y su articulación en sistemas complejos naturales, rurales y urbanos, así como su evolución en el tiempo, interpretando las causas de las transformaciones y valorando el grado de equilibrio existente en los distintos ecosistemas, para promover su conservación, mejora y uso sostenible. Otra vez la sostenibilidad, pero esta vez enriquecida con una mirada holística que sea capaz de trenzar el análisis político, económico y cultural entre sí y estos con el ecosistémico, una característica definitoria de la educación ecosocial.
- Analizar de forma crítica planteamientos históricos y geográficos explicando la construcción de los sistemas democráticos y los principios constitucionales que rigen la vida en comunidad, así como asumiendo los deberes y derechos propios de nuestro marco de convivencia, para promover la participación ciudadana y la cohesión social. Más mirada crítica, pero en esta ocasión aplicada a los órdenes políticos democráticos, que en los últimos años están en recesión fruto del auge de distintas opciones autoritarias en todo el globo, pero también de la degradación de espacios de calidad donde realizar reflexiones compartidas, esencial en democracia más allá de la toma de decisiones conjuntas. La proliferación de la mentira consciente como herramienta política socava profundamente esa posibilidad de reflexión común en nuestra sociedad. Algo similar se puede decir de la convivencia, cuya mayor expresión de destrucción es la guerra, una guerra que tenemos dentro del territorio europeo (Ucrania) y que se expresa con su carácter más brutal, genocida, en Gaza.
- Comprender los procesos geográficos, históricos y culturales que han conformado la realidad multicultural en la que vivimos, conociendo y difundiendo la historia y cultura de las minorías étnicas presentes en nuestro país y valorando la aportación de los movimientos en defensa de la igualdad y la inclusión, para reducir estereotipos, evitar cualquier tipo de discriminación y violencia, y reconocer la riqueza de la diversidad. Esta competencia específica con marcado carácter ecosocial nos enfoca a enseñar desde la perspectiva interseccional. Es decir, ayudando a comprender que las distintas discriminaciones se realimentan y sostienen entre sí: de clase, de género, de racialización, de origen, de orientación sexual, de capacidades, etc. También nuestro papel en ellas.
- Identificar los fundamentos que sostienen las diversas identidades propias y las ajenas, a través del conocimiento y puesta en valor del patrimonio material e inmaterial que compartimos para conservarlo y respetar los sentimientos de pertenencia, así como para favorecer procesos que contribuyan a la cohesión y solidaridad territorial en orden a los valores del europeísmo y de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Cohesión, solidaridad, Derechos Humanos, otros tres elementos centrales. Algunos en recesión (cohesión), otros con una vulneración absoluta e impune como hacía décadas que no veíamos (Gaza es el ejemplo más palmario de la destrucción del marco internacional de Derechos Humanos), y otros que necesitamos maximizar (la solidaridad se ha mostrado en la reciente Dana como imprescindible para acometer las emergencias cada vez más frecuentes y virulentas).
- Tomar conciencia del papel de los ciclos demográficos, el ciclo vital, las formas de vida y las relaciones intergeneracionales y de dependencia en la sociedad actual y su evolución a lo largo del tiempo, analizándolas de forma crítica, para promover alternativas saludables, sostenibles, enriquecedoras y respetuosas con la dignidad humana y el compromiso con la sociedad y el entorno. La cuestión que aborda esta competencia no es ya la crítica, necesaria pero insuficiente, sino también la visibilización y capacitación en las alternativas, pues sin ellas estaríamos transmitiendo el mensaje de que cuanto estamos viviendo es inevitable, cuando en absoluto lo es. Solo si mostramos y capacitamos a nuestro alumnado para vivir en sociedades justas, democráticas y sostenibles éstas serán posibles. Y en esta capacitación el trabajo colectivo y la articulación social son determinantes, pues en solitario tenemos unas posibilidades de acción muy limitadas. Por ello, debemos mostrar que un buen análisis de la Historia requiere mostrar el papel central que han tenido y tienen los movimientos sociales en su devenir.
- Conocer y valorar la importancia de la seguridad integral ciudadana en la cultura de convivencia nacional e internacional, reconociendo la contribución del Estado, sus instituciones y otras entidades sociales a la ciudadanía global, a la paz, a la cooperación internacional y al desarrollo sostenible, para promover la consecución de un mundo más seguro, solidario, sostenible y justo. En este caso, repensar qué es la seguridad y qué es lo que tenemos que defender es central. ¿Necesitamos defender un territorio y una frontera? ¿No será más bien que lo que tenemos que defender son la sanidad universal, la educación de calidad, las formas de producir alimentos sin degradar el suelo, las redes de cuidados de las que dependemos o el aire limpio? Esto nos permite mostrar el pacifismo como una herramienta básica para alcanzar la vida digna de toda la población.
De este modo, lo ecosocial no es una guinda en Geografía e Historia, sino su eje central que podría resumirse en la necesidad de trabajar una competencia ecosocial. Lo importante no es comprender el fenómeno de la Globalización vigente o los procesos históricos que nos han llevado a ella, sino, a la vez, analizar sus repercusiones sobre la justicia entendida como la capacidad universal de satisfacer las necesidades (subsistencia, libertad, participación, entendimiento, protección, etc.), la democracia (la posibilidad de decidir y reflexionar sobre nuestra vida y nuestra sociedad colectivamente) y la sostenibilidad (la integración de nuestro metabolismo, de nuestra economía, en el funcionamiento de los ecosistemas de manera armónica).
Esto es complicado de llevar a cabo, pues la mayoría del profesorado carecemos de una formación profunda sobre este enfoque ecosocial. Por eso es necesario que aprendamos a la vez que enseñamos estas miradas. Un recurso que nos permite conseguir esto son los materiales didácticos de los que nos valemos. En FUHEM, llevamos años creando estas herramientas con la finalidad de que sirvan en ese proceso de aprendizaje al alumnado y al profesorado. El ejemplo más desarrollado que tenemos es el libro para el curso completo de 4º de ESO que acabamos de publicar, “Aprender de la historia de los siglos XX y XXI”, en el que se trabajan esas nueve competencias desarrollando toda su dimensión ecosocial e incluyendo una miríada de recomendaciones para docentes que permiten realizar esta labor atendiendo los objetivos de aprendizaje, los saberes básicos (contenidos) elegidos, el método empleado y, cómo no, la evaluación competencial. En definitiva, el conjunto del currículo.