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En los últimos 30 años la educación privada ha incrementado su presencia a nivel global (Winkler, 1988). Este crecimiento responde, por un lado, a la incapacidad de las instituciones públicas para atender a toda la demanda estudiantil en las zonas donde operan. Por otro lado, las escuelas públicas no siempre logran satisfacer las necesidades específicas de ciertas familias, como ofrecer una educación religiosa o programas enfocados en el aprendizaje de idiomas. Sin embargo, el principal factor detrás del aumento de las escuelas privadas parece ser el impulso de políticas gubernamentales que promueven su creación, justificándose en argumentos como garantizar la libertad de elección de las familias al momento de seleccionar el centro educativo para sus hijos.
Entre los estudios que han analizado la relación entre la titularidad privada de las escuelas y la segregación escolar por nivel socioeconómico, destaca el trabajo fundamental de Coleman, Kilgore y Hoffer (1982), basado en datos de la encuesta nacional del National Center for Education Statistics en Estados Unidos. Los hallazgos de este estudio revelaron que los estudiantes de escuelas privadas presentan un nivel socioeconómico hasta tres veces superior al de los estudiantes de escuelas públicas del país. Además, se observó un contacto mínimo o prácticamente inexistente entre estudiantes de diferentes niveles socioeconómicos. En particular, los autores calcularon que solo el 14% (0,14) de los estudiantes con alto nivel socioeconómico en escuelas públicas comparten aula con estudiantes de bajo nivel socioeconómico, proporción que se reduce a la mitad, 7% (0,07), en las escuelas privadas. Estas cifras reflejan un índice muy bajo de interacción entre estudiantes de distintos niveles socioeconómicos y evidencian la selección que las escuelas privadas hacen del alumnado.
Diversos estudios han destacado la estrecha relación entre la segregación entre escuelas públicas y privadas y otros tipos de segregación, como la racial, socioeconómica o, incluso, por capacidad (Andre-Bechely, 2013; Betts y Fairlie, 2014). Por ejemplo, Rumberger y Parlardy (2005) señalan que las escuelas con un nivel socioeconómico más alto concentran un 84% de estudiantes blancos, mientras que las escuelas de nivel socioeconómico más bajo cuentan con un 62% de estudiantes pertenecientes a grupos minoritarios. Asimismo, el estudio de Arcidiácono et al. (2014) sugieren que el 70% de la diferencia en la asistencia entre escuelas públicas y privadas puede explicarse por el nivel socioeconómico y cultural de las familias.
Hace poco menos de un mes se publicó en este mismo diario el “Manifiesto por una Escuela Pública como pilar de la democracia”, un texto que pretende sentar las bases del sistema educativo de este país, reivindicando la necesidad de todos y todas por apostar decididamente por la escuela pública a través de:
- Evitar el cierre de aulas en la escuela pública.
- Apostar por una escuela pública de calidad y proximidad.
- Velar por la igualdad de acceso a las escuelas financiadas con fondos públicos.
- Facilitar la conversión centros privados-concertados en centros privados o centros públicos.
- Implementar políticas de reducción de la segregación escolar coordinadas entre las administraciones locales y autonómicas.
- Implementar políticas integrales que permitan garantizar derechos en todas las esferas del desarrollo infantil.
- Diseñar programas de inversión pública para la rehabilitación de las escuelas públicas.
- Reforzar la inversión en la educación pública alcanzando los estándares europeos.
- Dotar de estabilidad al profesorado.
- Disminuir las ratios de alumnos/as por docente.
En menos de un mes desde su publicación del manifiesto cuenta con más de 700 personas que lo han apoyado con su firma. Apoya el manifiesto con tu firma, reivindica la Educación Pública de calidad y para todos, aquí: https://eldiariodelaeducacion.com/manifiesto-por-una-escuela-publica-como-pilar-de-la-democracia/
Referencias
Andre-Bechely, L. (2013). Could it be otherwise? Parents and the inequalities of public school choice. Routledge
Arcidiácono, M., Cruces, G., Gasparini, L., Jaume, D., Serio, M., y Vázquez, E. (2014). La segregación escolar público-privada en América Latina. Naciones Unidas
Betts, J., y Fairlie, R. (2014). Explaining Ethnic, Racial, and Immigrant Differences in Private School Attendance. Journal of Urban Economics, 22(5), 25-46. https://doi.org/10.1006/juec.2000.2207
Coleman, J. S., Hoffer, T., y Kilgore, S. (1982). High school achievement: Public, Catholic, and private schools compared. Basic Books.
Rumberger, R., y Palardy, G. (2005). Does segregation still matter? The impact of student composition on academic achievement in high school. The Teachers College Record, 107(9), 1999-2045
Winkler, D. (1988). Higher education in Latin America: Issues of e$ciency and equity. Banco Mundial