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En su reciente informe sobre el año 2024, el Defensor del Pueblo hace un repaso por los hitos de sus actividades durante el año. Uno de ellos tiene que ver con la participación de niñas y niños con necesidades educativas especiales o de apoyo educativo en las actividades extraescolares y en los campamentos de verano.
Las primeras, recuerda el organismo, deben estar alineadas con el proyecto educativos de centro, es decir, deben estar diseñadas por la dirección del centro y aprobadas por el consejo escolar. Este alineamiento supone, entre otras cosas, que deben ser inclusivas y deben contar con el personal necesario para la atención especializada de estas niñas y niños.
En este sentido, señala el papel de la Inspección educativa como garante del cumplimiento en los centros educativos de la legislación vigente y de la inclusión de todo el alumnado en las actividades que se desarrollan, aunque sean fuera del horario lectivo.
Una situación que no siempre ocurre y que ha supuesto diferentes actuaciones de la oficina del Defensor del Pueblo que no se especifican en el informe.
Más allá de las extraescolares, el documento también recuerda la obligación de las administraciones autonómicas y locales, de poner a disposición todos los recursos necesarios para que los compamanetos de verano y otras actividades de ocio y tiempo libre, no estrictamente educativas, también cumplan con la inclusión y con la legislación vigente y los planes en curso en este sentido.